El desdén de Yolanda y el revés a Irene Montero del TS desarman a Podemos al filo de cerrar la coalición

En la recta final, la formación morada vive sus horas más bajas en la negociación, con diversos frentes abiertos al mismo tiempo. Yolanda Díaz está desdeñando a Podemos sin estar presente en las negociaciones. Ayer mismo se fue a Doñana.

Mientras, los partidos que integrarán la coalición aumentan la presión sobre Podemos anunciando su adhesión al proyecto en un goteo incesante y calculado. Eso provocó este miércoles que varias agrupaciones territoriales de Podemos pidiesen explicaciones a la dirección.  

Para más inri, el Tribunal Supremo avaló ayer, en el peor momento para Irene Montero, las rebajas de condenas a violadores y pederastas provocadas por la Ley del sólo sí es sí. Estos días se ha señalado a la ministra de Igualdad como una de las causantes de los malos resultados de la izquierda el 28-M por su empecinamiento en esa ley.

Yolanda Díaz mostró este miércoles que no está dispuesta a esperar a Podemos. El martes nombró al eurodiputado Ernest Urtasun como portavoz de campaña y con él se trasladó ayer a Doñana en su primer acto de campaña electoral.

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Esta decisión no ha sentado bien en la cúpula de Podemos. El portavoz del partido en el Congreso, Pablo Echenique, reconoció en los pasillos de la Cámara Baja que las negociaciones "van tarde", porque en un principio preveían haberlas concluido este miércoles, y que ello les impide hacer campaña "como están haciendo otros", en una clara referencia a la vicepresidenta.

Díaz se reunió el lunes de la semana pasada, justo después de que Pedro Sánchez anunciara el adelanto electoral, con Ione Belarra y, desde entonces, no se han vuelto a ver. Si bien sus segundos espadas están participando en las negociaciones, la vicepresidenta ha optado por no implicarse personalmente por ahora en las conversaciones.

Sube la presión

Mientras tanto, crece la presión de los pequeños partidos que conformarán Sumar para las elecciones del 23 de julio. Ya hay 13 formaciones que han firmado su entrada en el proyecto de Díaz. Los anuncios se van conociendo poco a poco, de manera deliberada para arrinconar, más si cabe, a la formación morada.

El último en hacerlo ha sido, este miércoles, Más Madrid. Esta adhesión no es una más, ya que es precisamente el territorio madrileño en el que más pugna hay por las listas. En los puestos de salida hay que encajar a Yolanda Díaz, a Íñigo Errejón, a dos personas de confianza de Mónica García, a Enrique Santiago y, si finalmente concurre, a Irene Montero.

En esta batalla es donde Pablo Iglesias está acusando a Sumar de vetar a la ministra de Igualdad. Pero el hecho de que Más Madrid firme un acuerdo con Sumar sin que todavía se conozcan las listas y los acuerdos a los que Díaz tendría que llegar con Podemos, demuestra que la coalición se mueve sin esperarles.

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En este contexto, el revés sufrido en los tribunales por Montero no suma a su favor. El Supremo ha unificado doctrina y ha avalado las rebajas de penas provocadas por el sólo sí es sí que impulsó su departamento. Lo ha hecho desautorizando el criterio de la Fiscalía y del Ministerio de Igualdad.

Pero las presiones no sólo vienen de fuera. Este miércoles también han aparecido los primeros conatos de rebelión interna en Podemos ante el peligro de no llegar a un acuerdo antes del viernes. Podemos de Madrid, Extremadura y Galicia han mandado un recordatorio a su dirección nacional, incidiendo en que la unidad es necesaria en las elecciones.

"Acordar no es resignarse", ha dicho el líder de los morados en Galicia, Borja San Ramón. La madrileña Alejandra Jacinto ha hablado de la "unidad como forma de hacer política", y la de Extremadura, Irene de Miguel, ha pedido que "aquellos que no quieran la unidad tienen que dar un paso al lado".

Todos los actores esperan que no haya que estirar los plazos al máximo y confían en que se pueda llegar a un acuerdo este jueves. Ya están en el tiempo de descuento y no quieren pasar a prórroga, especialmente después de lo que se vio en Andalucía en las pasadas elecciones autonómicas: la coalición de Podemos mandó el correo electrónico necesario a las 0.14 horas, cuando el plazo ya había vencido.