El ambiente de este sábado en la sede del PSOE de Ferraz recordó, a ratos, a una época en la que todo implosionó. El primer Comité Federal tras la debacle del 28-M no fue como aquel de 2017, aunque sí evidenció una cosa: el enfado de los barones por las listas del 23-J augura una campaña con una parte del socialismo desmovilizada.
Pedro Sánchez consiguió ratificar, con la "unanimidad" de los asistentes que levantaron la mano, los nombres que ha impuesto para la próxima legislatura en el Congreso y el Senado. Pero, precisamente esto fue lo que le valió una dura crítica interna, con gestos y palabras, de los presentes y, especialmente, de los ausentes.
Sonoros fueron los desplantes, a primera hora de la mañana, del todavía presidente de Aragón, Javier Lambán, y del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page. Con su ausencia, ambos evidenciaron el malestar con Sánchez por cómo ha gestionado en las últimas horas la elaboración de las listas electorales.
[Page y Lambán no asisten al Comité Federal del PSOE por el malestar con las listas de Ferraz]
A través de un tuit, el barón aragonés denunció: "Los socialistas de Zaragoza y Teruel elaboramos democráticamente unas magníficas candidaturas al Congreso y al Senado. Lamento mucho que los ciudadanos de Teruel y de Zaragoza no vayamos a tener la oportunidad de votarlas". En ambas capitales, al igual que en Ávila, todos los integrantes de las candidaturas han dimitido en bloque.
Nada más llegar a la sede nacional del PSOE, el secretario general del partido en Castilla y León, Luis Tudanca, se mostró "enormemente decepcionado e indignado" por los cambios en las planchas. Después, durante la celebración del Comité Federal, hizo lo propio, según desvelaron dirigentes socialistas.
No quiso compartir su enfado el valenciano Ximo Puig, pero la injerencia de Ferraz en las listas de las tres provincias de su comunidad le ha caído como una sentencia de muerte. El todavía presidente de la Generalitat eludió pronunciarse sobre si se sentía desautorizado, aunque su rostro lo decía todo.
En este contexto, no pasó desapercibida la petición de "unidad" y "que nadie se preste a ser tonto útil de la derecha" que pronunció la alcaldesa saliente de Toledo y presidenta del Comité Federal del PSOE: Milagros Tolón, causante del último enfrentamiento entre Page y Sánchez. El presidente del Gobierno quiso colocarla de número uno en la lista Toledo, Page se negó y consiguió doblar el pulso a Ferraz.
Sánchez clamó por la unidad
Con el revuelo interno como telón de fondo, Pedro Sánchez condicionó el éxito en las urnas a que "el PSOE salga unido". En su primera intervención ante los principales mandos de su formación tras las municipales y autonómicas y el anuncio de adelanto electoral, aseguró que su formación lo tiene "todo para ganar" el 23-J; pero eludió cualquier tipo de autocrítica sobre el 28-M.
Sobre las listas, tan sólo se refirió al final de su intervención. "Os pido que aprobemos las listas de los que van a estar en primera línea, pero lo que importa es una militancia activa, que sepa llevar este mensaje de esperanza hasta el último rincón", dijo en un claro intento de tranquilizar a los suyos.
El presidente y candidato a la reelección, previamente, ofreció un discurso de algo más de media hora en el que optó por lanzar un mensaje esperanzador. En los primeros compases remarcó que la "victoria" en las próximas elecciones es posible y que de ella dependerá "el avance o no de España".
Después, compartió una reflexión sobre el "avance institucional de las fuerzas conservadoras" que se produjo en los comicios de mayo. Según explicó, tuvo que ver con la concentración del voto conservador en "sólo dos fuerzas", frente a la "digresión" en la izquierda.
En ese sentido, celebró el acuerdo alcanzado entre Sumar y Podemos para concurrir juntos a las elecciones: "Es una noticia positiva, la unidad es la primera prueba de responsabilidad para lo que espera la ciudadanía". Aunque el voto útil volvió a pedir para su partido, ya que incidió en la idea de que sólo así se podrá imponer "el progreso".
Por otro lado, cargó contra PP y Vox por no estar a la altura en las peores circunstancias de la legislatura y ponerse "a favor de las crisis" y no del lado de la gente ni de los intereses del país. "Sólo con un fin", denunció: "Desgastar al Gobierno".
En cambio, presumió de que su partido, al frente del país, se ha "dejado la piel para sacar España adelante, tratando de responder a las necesidades de la ciudadanía, dando la cara, asumiendo la responsabilidad; no ignorando a los desafíos que tiene España, peleando sin descanso por alcanzar los acuerdos necesarios para hacer posibles esos avances".
Críticas al PP
Sánchez se explayó, sobre todo, en la economía. Insistió en que el país va "como una moto" y, según expresó, cualquier gobernante serio habla hoy "de la necesidad de fortalecer, de movilizar y de impulsar al Estado para competir económicamente con China y EEUU, y para superar desafíos como el cambio climático". Sólo el PP, censuró, "sigue aferrado al viejo dogma neoliberal".
Sánchez trató de dejar en evidencia a su rival, Alberto Núñez Feijóo, por no querer "hablar de economía". Los populares, criticó, "no saben qué decir, todo lo que se les ocurre es balbucear viejas recetas". En definitiva, y en contraposición de modelos, agregó: "Nosotros tenemos un plan y ellos no tienen nada. Nosotros tenemos a Nadia y ellos tienen a... nadie", en referencia a la vicepresidenta económica del Gobierno.
Tras este juego de palabras y presumir de balance en la gestión, el presidente del Gobierno proclamó: "Lo tenemos todo para que, el próximo 23 de julio, una mayoría de ciudadanos apueste por nosotros. Tenemos el plan, las ideas y el proyecto de país; las herramientas, reformas estructurales, fondos europeos... el prestigio bien ganado en las instituciones y los equipos para hacerlo posible. Todo lo que ellos no tienen".