El presidente Pedro Sánchez ha anunciado este miércoles, en una charla con el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, tres de las medidas económicas del programa electoral del PSOE: promete ampliar a 20 semanas el permiso de maternidad y paternidad, garantizar por Ley la actualización del salario mínimo interprofesional (SMI) al 60% del salario medio e inyectar cada año 5.000 millones de euros a la hucha de las pensiones.
Para celebrar esta última medida, Sánchez ha publicado en su perfil de Twitter un gráfico con el que pretende mostrar la evolución de la hucha de las pensiones. Un gráfico que resulta engañoso por muchos motivos.
A la izquierda, en color azul, muestra la curva de los últimos años: la hucha de las pensiones llegó a superar los 60.000 millones de euros en 2011, y desde entonces ha descendido hasta casi vaciarse por completo en 2022.
Bajo el título "De vaciar la hucha de las pensiones...", todo este período aparece teñido de azul, el color que se identifica con el PP, en un intento de atribuir al partido de Alberto Núñez Feijóo el saqueo de la hucha de las pensiones. A pesar de que la curva se extiende hasta 2022 e incluye, por tanto, toda la legislatura de Pedro Sánchez.
A la derecha, con el título "...a recuperarla y ampliarla", aparece en color rojo la proyección prevista del crecimiento de la hucha de las pensiones, que con la aportación anual anunciada de 5.000 millones al año llegaría a alcanzar los 120.000 millones en el año 2043. Siempre que los Gobiernos se limiten a hacer aportaciones, sin gastar ni un euro de la hucha.
De este modo, el gráfico difundido por el PSOE atribuye a Pedro Sánchez el mérito de acumular más de 120.000 millones a la hucha de las pensiones durante las dos próximas décadas. Algo que responde más a unas previsiones que han sido puestas en duda que a una estimación real, pues no tiene en cuenta los ciclos económicos o posibles crisis que afecten al empleo.
La fórmula para llenar la hucha de las pensiones ya está prevista en el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). Entró en vigor el 1 de enero de este año y consiste en una cotización adicional que en la actualidad es del 0,6%, pero que subirá progresivamente hasta el 1,2% en 2029, a un ritmo de una décima por año. Un punto porcentual corre a cargo de la empresa y los 0,2 puntos restantes a cargo del trabajador.
Sin embargo, es muy difícil, aparentemente, que los objetivos de ingresos se logren. El candidato del PSOE ha prometido inyectar 5.000 millones al año. Pero por ahora las previsiones de ingresos por esta medida son de unos 2.200 millones. Inclusos si se aplicara en su plenitud (y no de forma progresiva) no llegaría a la cantidad, sino que se quedaría en 4.400 millones al año.
Además, a largo plazo, hay demasiadas variables que pueden jugar en contra o a favor de esta recaudación. Una de ellas es la progresión del empleo. Es cierto que desde 2022 el crecimiento del mercado laboral es positivo, y ello se ha notado en unos ingresos por cotizaciones que el año pasado se cerraron en cifras récord.
Sin embargo (y pese a los buenos datos que está arrojando el mercado laboral este 2023), se trata de un aspecto de la economía muy cambiante y con mucha incertidumbre. La suficiente como para que, según los expertos, sea prácticamente imposible hacer pronósticos a décadas vista, como sí hacen Sánchez y Escrivá.
La deuda de la Seguridad Social superó los 100.000 millones de euros el pasado mes de noviembre, por lo que inyectar cada año 5.000 millones (como promete ahora Sánchez) a la hucha de las pensiones tendrá un impacto muy limitado a corto plazo.