Yolanda Díaz lleva meses controlando los tiempos, imágenes y condiciones de su campaña electoral. Ni el pulso con Podemos por acudir a Magariños, ni el veto a Irene Montero, ni la conformación de las listas exprés han conseguido mover un centímetro los planes de la vicepresidenta. Nadie ha sido capaz hasta este jueves, cuando los comunes han recuperado la reivindicación de un referéndum de independencia en Cataluña.
La cabeza de lista por Barcelona y dirigente de En Comú Podem, Aina Vidal, aseguró que la consulta formará parte del programa de su candidatura —la marca catalana de Sumar— en las elecciones generales del próximo 23 de julio, algo que pone a Díaz en una situación comprometida. Por un lado, porque asumir esa doctrina le restaría votos en toda España; y por otro, porque rechazarla la separaría de algunos de sus máximos valedores.
La solución, en este caso, es jugar con dos barajas. La vicepresidenta no piensa incluir el referéndum de autodeterminación en su programa electoral, pero sí añadirá "una consulta para la ratificación de un acuerdo entre Catalunya y el resto de España que surja de la mesa de diálogo", según confirman fuentes de Sumar. Dicho de otro modo, un referéndum sobre lo que se acuerde en la mesa de diálogo.
El plebiscito sobre la independencia es una reivindicación histórica de En Comú Podem y, aunque Díaz no puede prometérselo, fuentes de los comunes aseveran que el compromiso de esa consulta es suficiente para ellos. Es mucho menos de lo que en su día cedió el grueso de Unidas Podemos, el grupo confederal al que todavía pertenecen.
La diferencia con Sumar, en este caso, es que Díaz lleva mucho tiempo sin pronunciarse sobre este tema para ensanchar lo máximo posible su espacio político. Precisamente ahora, en un contexto en que el procés ha perdido fuelle, pero las posiciones independentistas están volviendo a endurecerse, pocas cosas podrían agitar tanto la campaña electoral de la vicepresidenta.
"Los Comunes defienden lo que siempre han defendido para Catalunya", indican fuentes de la candidatura, reacias a reabrir un tema que, dicen, "no está en el foco ahora mismo" y diluye los mensajes de campaña de Díaz, centrados en la economía. Eso sí, las mismas personas detallan que "en el caso concreto de esta legislatura" llevarán al programa electoral una consulta para ratificar las conclusiones de la mesa de diálogo entre España y Cataluña.
Es decir, que ni unos ni otros quieren que Cataluña se vaya de España, pero eso no quita que estén a favor de los referéndums ni de "que la gente se pronuncie" sobre el conflicto. En Sumar, de hecho, hacen especial hincapié en que la mesa de diálogo —que no existía antes del procés y lleva en hibernación desde el verano pasado— debería llegar a esa misma conclusión. En cualquier caso, opinan, "que sean los catalanes quienes decidan sobre ella".
Preguntada por los medios este jueves por la tarde, Aina Vidal remarcó que la posición de En Comú Podem sobre el referéndum de independencia es "la de siempre", esto es, "que Cataluña debe votar su futuro" y que así lo incluirán en su propuesta. Por su parte, fuentes de la dirección de Sumar señalan que el programa de la coalición no incluirá el referéndum de autodeterminación; sólo la citada consulta.
En cualquier caso, la defensa del referéndum no es novedad por parte de los comunes, que ya lo incluyeron en todas sus candidaturas. Tanto Vidal como la líder del partido, Ada Colau, la han defendido en innumerables ocasiones, siempre con el apoyo de la dirección nacional de Podemos. Claro que ahora la coalición es otra.
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La única pista que se puede encontrar sobre la posición de Sumar se encuentra en los "Documentos iniciales para un proyecto de país", una especie de protoprograma surgido de los grupos de trabajo convocados por Sumar y que la propia Díaz presentó antes de la campaña del 28-M. Entre sus medidas, el equipo de Sumar apostaba por "desbordar el autonomismo" y reconocer "la plurinacionalidad de España", sin concretar más.
Fuentes cercanas a la líder de Sumar entienden que la reivindicación de los comunes es "esperada y justificable", y que su visión de promover un referéndum aunque sea para votar en contra de él es lo esperable dentro de Cataluña, pero que genera fricciones en el resto de España. En este marco, temen una reacción desaforada de la derecha, la pérdida de movilización de la izquierda o la vuelta a una retórica que ni comparten ni dominan.
Sumar, al fin y al cabo, no va de eso.