Hace dos semanas, en la Junta Directiva del Partido Popular en Baleares, Marga Prohens hizo una promesa a Alberto Núñez Feijóo: "Presidente, el primer acto de tu campaña para las generales del 23-J será mi toma de posesión como presidenta de la región". Dicho y hecho.
Este miércoles, tras una negociación intensa, la baronesa popular ha conseguido amarrar los apoyos de Vox para sacar adelante su sesión de investidura, que se celebrará la próxima semana, durante los días 3 y 4 de julio. La toma de posesión tendrá lugar el viernes, coincidiendo con el inicio de la campaña electoral en España.
Más tarde, la líder popular podrá conformar un gobierno monocolor. En solitario. El partido de Santiago Abascal ha aceptado allanar su camino hacia la presidencia con una abstención. El precio a pagar ha sido un acuerdo programático que incluye 110 medidas que se aplicarán durante la legislatura.
Previamente, el PP ya tuvo un gesto significativo con Vox al cederle la presidencia del Parlamento autonómico. Además, ambos partidos han constituido una comisión de seguimiento y evaluación del pacto alcanzado para controlar el cumplimiento del centenar de medidas comprometidas. Este organismo se reunirá de forma periódica y revisará las acciones legislativas previstas por el Gobierno Balear.
Según informan los populares en un comunicado, "el documento programático desarrolla las cinco líneas básicas de preservar la libertad, el desarrollo económico, las mejoras de los servicios sociales y la sanidad pública, la protección de la mujer y la seguridad de los ciudadanos de Balears". Otro punto a destacar es el compromiso de Vox a no votar contra ningún presupuesto autonómico en los próximos cuatro años.
Coalición en los Consell de Mallorca y Menorca
La otra cara de la moneda del acuerdo alcanzado por PP y Vox es que las dos formaciones también han logrado el entendimiento para desbloquear la gobernabilidad de los Consell de Mallorca y Menorca, donde sí habrá una administración con gobiernos de coalición.
En el citado comunicado, el PP agradece a Vox "su predisposición desde el primer momento para alcanzar un acuerdo que respeta el mandato de los ciudadanos en las urnas y la voluntad de cambio expresada en Balears".
Mientras tanto, Vox pone el énfasis en que lo acordado supone el "fin de las políticas socialistas y separatistas en las islas aplicadas por el anterior gobierno; así como las bases para un cambio en Baleares que atienda prioritariamente problemas como la falta de libertad lingüística, el acceso a la vivienda, la bajada de impuestos, el apoyo a la familia o la lucha contra la inmigración ilegal".
Otro punto que destacan los de Abascal es que el pacto "contempla la creación de una Oficina de Garantía de la Libertad Lingüística que sustituya a la actual Oficina de Defensa de los Derechos Lingüísticos, que ha servido como instrumento de imposición lingüística y exclusión del Español". La nueva oficina, enfatiza Vox, "tendrá como función principal la defensa de la libertad de uso y opción lingüística".
"Vox, siguiendo en todo momento el principio de anteponer el cambio político y las medidas concretas a los sillones, ha actuado con la responsabilidad y firmeza necesarias para lograr cuanto antes un gobierno del cambio en una de las regiones más amenazadas por el separatismo", subraya el partido en el comunicado emitido.