En pleno Día Internacional del Orgullo LGTBI, recién horneados los pactos de PP y Vox en distintas comunidades y horas después de que Santiago Abascal declinara celebrar esta jornada dada su condición de heterosexual, apareció en El Hormiguero Alberto Núñez Feijóo, candidato a la Presidencia del Gobierno, y le dijo a Pablo Motos: "Los derechos del colectivo LGTBI son sagrados".
Por si no había quedado claro, el líder del PP también avanzó que, en caso de que consiga llegar a la Moncloa tras las elecciones del próximo 23-J, su gabinete seguirá "respondiendo a todos los derechos de esos colectivos". Sin "ninguna duda", apostilló en una entrevista en la que marcó distancias con Vox una y otra vez. Al menos, en materia de derechos sociales.
Feijóo llegó al afamado plató con la presión de hacer un buen papel tras la impresión causada la noche anterior por Pedro Sánchez en ese mismo programa. Al contrario que su rival, lució americana y reloj. Y enfrente se encontró a un presentador menos beligerante que el del martes.
Para tratar de apuntalar el voto útil que pretende recibir de aquellos ciudadanos de centro, o centro izquierda, que no quieren a Abascal de número dos del próximo gobierno de España, el aspirante del PP proclamó que si le votan a él "lo suficiente", está en disposición de garantizar "que el Gobierno será del PP en exclusiva".
"Me creo las encuestas, va a ganar el PP. Estamos a 20-30 escaños de la mayoría absoluta, cuando me presenté a la Xunta nadie daba un euro, cuando Juanma Moreno se presentó a las elecciones nadie daba un duro y consiguió mayoría absoluta (...) Es mi modelo, ese es mi modelo", reseñó.
En cualquier caso, volvió a confesar que pase lo que pase tiene unas líneas rojas para Vox. Estas son: una sanidad que siga siendo "pública y gratuita", una "educación que tiene que ser de calidad", las leyes "de violencia machista", o "el Estado autonómico". Aunque, lo más importante es el respeto a la Constitución: "La Constitución Española y las libertades que se recogen, no son negociables".
Los acuerdos con los de Abascal centraron buena parte de la entrevista en el programa estrella de Antena 3. Con una frase, trató de resolverlo todo: "No somos Vox, mi partido no es Vox". Acto seguido, insistió en que intentará gobernar únicamente con los votos que tenga el PP. Y, llegado el momento, desveló que tendrá una vicepresidenta que ya tiene decidida, pero cuyo nombre no quiso desvelar.
En referencia a los hipotéticos nombramientos en el Consejo de Ministros, declinó cambiar una costumbre asumida durante cuatro legislaturas en Galicia: "Cuando uno empieza a nombrar ministros o vicepresidentes antes de las elecciones, es un soberbio. Le diré que mi objetivo es nombrar una vicepresidenta y sé quién es. Y el ministro de Economía también sé quién es, tenga usted la seguridad de que son muy buenos".
Más explícito fue a la hora de desgranar cómo quedaría el Consejo de Ministros que quiere presidir: "Con 14" miembros. En ese sentido, reiteró la anunciada desaparición de los ministerios de Consumo y de Igualdad, este último planteó anexionarlo a Sanidad y Políticas Sociales, como avanzó EL ESPAÑOL. Ante la pregunta de si no hacía falta una cartera específica para promover políticas feministas, Feijóo matizó: "Las políticas de Igualdad dependerán de la Presidencia del Gobierno".
Sobre los acuerdos autonómicos, el presidente de los populares se mostró "contento". Porque su partido, en este tiempo, ha dado "la alcaldía de Barcelona al PSOE, la de Vitoria al PSOE, la Diputación Foral de Guipúzcoa al PNV y al PSOE". Y, además, gobernará en Canarias "con Coalición Canaria" y en Cantabria gracias a la abstención del PRC de Miguel Ángel Revilla.
Los pactos con Vox
En cuanto la coalición con Vox en Comunidad Valenciana, justificó la premura del pacto por la reuncia del candidato condenado por maltrato y defendió el polémico documento programático que recoge el término de violencia intrafamiliar: "No se toca la violencia machista, no está en contra de la ley de violencia machista". Además, pidió esperar a las "próximas noticias" para ver "quién lleva las políticas de Igualdad". Es decir, que estarán en una de las consejerías que ocupe su formación.
Más incómodo se mostró Feijóo cuando tuvo que explicar la decisión del PP de dar la presidencia de algunas cámaras autonómicas a Vox, como la de las Cortes Valencianas a Llanos Massó, que es antiabortista y contraria a las vacunas del coronavirus. "Una persona antiabortista tiene derechos similares a una abortista, no estamos de acuerdo con este tipo de cuestiones y, en consecuencia, discrepamos", recalcó.
De Extremadura, lamentó las interferencias de la dirección nacional de Vox en la negociación, y también defendió a su baronesa, María Guardiola: "La conozco, la quiero y la voy a seguir apoyando". Acto seguido, se refirió al acuerdo en Baleares, donde Marga Prohens gobernará en solitario, y actualizó la situación en la que queda el mapa en este momento: "De 9 donde hemos ganado, 6 sin Vox. Nos quedan Aragón, Extremadura y Murcia".
Dicho lo cual, Feijóo afirmó: "Somos el mismo PP que votó al PSOE en Barcelona y que ha pactado con Vox un documento que ha dado estabilidad en Valencia. Lo que no podemos llegar a la conclusión es que el PSOE puede pactar con cualquiera y nosotros con nadie". Y le preguntó a Motos: "¿Si pacto con ERC, Bildu y Podemos, eso estaría bien?".
En cuanto al resto de la entrevista, Núñez Feijóo aprovechó la ocasión para, parafraseando al Sánchez del día anterior en ese mismo sillón que él ocupaba, definir el sanchismo: "Maldad, mentira y manipulación, lo dijo él". Una vez más, criticó la elección de los comicios en pleno verano: "No parece que esté buscando la participación electoral".
En materia ideológica, abordó con amplitud dos cuestiones sensibles que suelen generar grietas en las filas de su partido: el aborto y la eutanasia. De lo primero, recordó que la única modificación que pretende llevar a cabo es la interrupción voluntaria del embarazo en las menores de 16 años. "Lo tiene que decidir un juzgado en 48 horas".
De lo segundo, pidió dejar hablar a los "comités de bioética, los profesionales, que son muy buenos; pedir dictámenes" y, finalmente, "reunirse sin apriorismos" para tomar las decisiones que se tengan que tomar. "Es un tema en el que los políticos no debíamos de meternos".
Con la fachada de la sede nacional del Partido Popular iluminada anoche con los colores de la bandera LGTBI, Feijóo manifestó sin tapujos su compromiso con este colectivo. No así con la Ley Trans aprobada por el Gobierno que, a su juicio, "no respeta el sexo biológico y lo vulgariza, y no respeta que una persona que se está formando, un adolescente, pueda adoptar unilateralmente la decisión de cambiar de sexo".
Eso sí, también reconoció que le gustan más "los derechos" que "las banderas", una larga cambiada para reconocer que hay administraciones, en las que gobierna su partido en coalición con los de Abascal, que se están mostrando reticentes en estos días a la hora de colgar desde el balcón la tela arcoíris.
Finalmente, se explayó con la economía, repitiendo la mayoría de sus argumentos para desmontar el triunfalismo de Sánchez, quien dice que España va "como una moto". En un juego de palabras con el apellido del presentador, bromeó: "Me da la sensación de que usted va mucho mejor que la economía española".