Acaba de empezar la semana clave de Alberto Núñez Feijóo. En cinco días se juega gobernar con mayoría simple o "suficiente". Como avanza EL ESPAÑOL, la estrategia final diseñada por su equipo gira en torno a un objetivo: convencer a los votantes de centro y a parte de los electores del PSOE descontentos con Pedro Sánchez.
Con estos mimbres, el líder del Partido Popular se ha subido en la mañana de este lunes al faro de la Moncloa. Un altísimo torreón con una panorámica de Madrid y próximo a la sede de la Presidencia del Gobierno. Desde ahí, ha pedido reeditar los pactos de la Moncloa "sin vetos" para "sustituir las coaliciones de partidos". Una oda a la Transición.
"¿Quién puede decir que esta aspiración al pacto sea utópica? Suárez, Calvo-Sotelo, González, Fraga, Carrillo... Su ejemplo debe servirnos para iniciar una etapa en la que el acuerdo sea una aspiración constante y que la política que ha persistido en dividirnos sea una página en nuestra historia para olvidar", ha recalcado.
Ante los miembros de la candidatura del PP de Madrid al Congreso y el Senado, y parapetado por banderas de España y Europa (como en las ocasiones solemnes), Feijóo ha vuelto a marcar distancias con Vox, de forma implícita: "Quien crea que puede imponerme algo, se equivocará; quien crea que puede obligarme a cualquier cosa, que se olvide. Me imponen mis principios y mis compromisos, me obliga el pueblo que me vota".
Previamente, ha reconocido que la victoria está cerca, pero no consumada: "Podemos llegar a la Moncloa, pero no lo hemos hecho". Acto seguido, ha agregado: "Me dirijo a mi país con la Moncloa a la vista, teniendo presente que quien está dentro es Sánchez, ni cerca es dentro ni poder es conseguir, pero tenemos al alcance nuestro objetivo".
"Libertad sin ira"
En pleno proceso para reclutar apoyos en el centro político y convencer a los abstencionistas, Feijóo se ha propuesto este lunes "restaurar el espíritu de la Moncloa que alumbró la democracia". Y ha pedido hacerlo sobre la estela de aquel lema que representó el cambio de una época: "Sin ira".
Del contexto actual, ha reconocido que el país está en "otra encrucijada, con otros problemas". Con unos "resortes democráticos de los que antes carecía", pero con el reto de "trazar un camino de progreso y bienestar común". Esta vez, según Feijóo, España "apuesta por el cambio". Aunque, ha apostillado, "a los españoles no les vale cualquier tipo de cambio".
El cambio que el candidato popular quiere personificar no es "abrupto, con deseos de revancha o atropellado". Más bien, lo contrario: "Un cambio sin ira". Para ello ha pedido el voto: "No busco ni una venganza ni un escarmiento, busco la victoria para que España se gobierne de la mejor manera posible, con las mejores certezas y perspectivas de futuro".
Con las miras puestas en la Moncloa y en la próxima legislatura, el aspirante popular ha puesto sobre la mesa "unos nuevos pactos de la Moncloa en los que no haya ni cordones ni vetos". En total, ha enumerado cinco propuestas de acuerdo para acometer después de las generales.
"Pacto institucional que mejore la calidad democrática, pacto por el Estado del bienestar que garantice la viabilidad de la sanidad pública y la estabilidad de la educación, pacto por el saneamiento económico para la solvencia de los más vulnerables, que busque un camino más próspero para los jóvenes; pacto para las familias, para que tengan mayor capacidad para lo prioritario; pacto territorial destinado a fortalecer la España de las autonomías".
Después de plantear estas cinco cuestiones, Feijóo ha enfatizado: "Hacerlo posible no dependerá sólo de mí, muchas cosas han de cambiar en el resto de partidos. Pero unos resultados electorales elocuentes nos llevarán hacia ahí sin duda. Con que salga uno de esos 5 pactos la legislatura habrá merecido la pena".
Para el final se ha dejado la principal idea-fuerza del discurso: "No voy a tolerar cualquier ataque a la unidad nacional ni a la España de las autonomías, no voy a someter los intereses de España a ningún poder autoritario, personal, ni propio ni ajeno. No seré rehén de ningún partido y no voy a contradecir mis principios".
"No existen las dos Españas, hay una sola: la de la libertad, la igualdad y la fraternidad. A ella nos debemos. Por eso estoy aquí. Me gusta España como es, no quiero cambiarla, quiero mejorarla. Si la gran mayoría quiere, aquí estoy dispuesto a escribir juntos el cambio sin ira que nos merecemos".