María Guardiola consiguió el número de votos necesarios para presidir Extremadura el pasado viernes gracias al acuerdo con Vox. En ese pacto se decidió que tanto la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural como el puesto de senador autonómico quedarían en manos de Vox.

Es por esta razón que Ángel Pelayo Gordillo (Vox) ha sido este jueves nombrado senador por designación autonómica por la Asamblea de Extremadura. Con él, ha sido nombrado también senador el expresidente extremeño Guillermo Fernández Vara.

Estas designaciones han contado con los votos del Partido Socialista, del Partido Popular y de Vox, aunque con la abstención de Unidas por Extremadura. Fernández Vara y Gordillo sustituyen a Rafael Lemus (PSOE) y José Antonio Monago (PP) en la representación de la región en la Cámara Alta.

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En el pleno de la cámara extremeña ha tenido que repetirse la votación. La presidenta de la Asamblea, Blanca Marín, ha percibido que algunos de los nuevos diputados no habían votado de la forma correcta, como consecuencia de ser el primer pleno de la legislatura.

"No es la primera vez que esto sucede en el primero", ha señalado Blanca Martín. "En todos los primeros plenos hay problemas con el sistema de votación, en todos", aclaró. Eso sí, ha recordado en cualquier caso que este pasado miércoles se envió a todos los diputados unas instrucciones sobre el sistema de votación. Ese proceso consistía en que cada uno debía confirmarse primero como presente y, posteriormente, votar.

El Gobierno de coalición

El pasado viernes María Guardiola se convirtió en la primera mujer en presidir la Junta de Extremadura y también en formar un gobierno de coalición en la región. Fue elegida con el apoyo de los 33 diputados del bloque de la derecha, de los cuales 28 eran del Partido Popular y 5, de Vox.

"Nosotros hemos firmado un acuerdo, un buen acuerdo, y este acuerdo ha sido posible porque hemos apartado lo que nos diferencia y nos hemos centrado en lo importante, en todo aquello que nos une", dijo Guardiola tras dos semanas de conversaciones.

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Aun así, el consenso entre ambas fuerzas no fue fácil, pero la actual presidenta agradeció en su intervención durante la investidura el acuerdo al que llegaron, por encima de las "diferencias, que las hay", y "enfrentamientos ideológicos".

El pacto fue descartado por María Guardiola en un principio. Para justificar el cambio de decisión, afirmó: "Es preferible que me frustre yo a que se frustre el interés de los extremeños. Mi palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños".

Aludía a las declaraciones que efectuó en las que garantizó que en ningún caso daría cabida a Vox en su Ejecutivo regional, porque "es un partido que niega la violencia de género y desprecia los derechos LGTBI".