Pese al fracaso de las expectativas, Alberto Núñez Feijóo salió al balcón de Génova entrada la medianoche a celebrar su amarga victoria. Era la primera vez desde 2016 que su formación política, finalizado el recuento de votos, conseguía ganar las elecciones; recuperando hasta 47 parlamentarios con respecto a los comicios de 2019.
El resultado de este 23-J, en rasgos genéricos, es muy similar al de 1996. De ahí que Feijóo pidiera al PSOE que "no bloquee" su hipotética investidura. El PP supera al PSOE en poco más de 300.000 votos; antaño fueron 290.000. La diferencia es que, esta vez, no hay una mayoría alternativa en el centroderecha y Pedro Sánchez sí tiene opciones para seguir en el poder reeditando el Frankestein.
El presidente del Gobierno, tal y como dio a entender con su celebración a pie de calle en Ferraz, intentará construir un bloque a su izquierda que aglutine a Sumar y a todos los partidos nacionalistas e independentistas de la Cámara. Todo a fin de continuar una legislatura más al frente del país. El encaje, a la espera de que Junts entre en el redil previa negociación, es posible.
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Se trata de un escenario antagónico al de Felipe González cuando perdió los comicios tras 14 años en la Moncloa. Aún quedando a menos porcentaje de votos del PP que Sánchez, y pudiendo continuar una legislatura más con el apoyo de Izquierda Unida y CiU, decidió facilitar la llegada de un Gobierno de Aznar a la Moncloa.
Nada que ver con el contexto actual. Aunque el líder popular, en su declaración de anoche, lanzó un mensaje claro: "Mi deber es abrir el diálogo para intentar gobernar el país". En segundo lugar, apeló de forma directa al PSOE, aunque su líder sea Sánchez y no González: "Pido que no bloquee el Gobierno de España una vez más".
El discurso de Feijóo, que salió acompañado por todos los miembros de su comité de dirección, Ayuso y Almeida, trató de poner la venda a una pésima gestión de las expectativas. El PP cosechó este 23-J el triunfo electoral más agrio de la historia de la democracia. Los ánimos, desde que se cerraron las urnas hasta que finalizó el escrutinio, fueron decayendo paulatinamente. Lo que empezó con una euforia contenida, acabó siendo una depresión.
A la calle Génova 13 acudieron los militantes y simpatizantes populares con banderas de España y del PP, dispuestos a festejar el más que proclamado final del sanchismo. Cuando el recuento de votos alcanzaba la mitad, la incredulidad daba paso a cánticos coreados durante la campaña, como el "Qué te vote Txapote", y otros improvisados: "A por ellos".
"Después de siete años de nuestra última victoria de las elecciones generales, el PP ha vuelto a ganar las elecciones generales. Me siento muy orgulloso. Los españoles saben que hemos pasado de ser segunda fuerza a ser el partido más votado con 136 diputados", fueron las primeras palabras de Feijóo a los militantes y simpatizantes.
En su breve discurso, puso el énfasis en que "hace poco más de un año y medio", el resultado obtenido parecía "imposible". "Todos saben que este partido vivió una crisis intensa y que parecía que sería imposible estar aquí", añadió, en alusión a la salida de su antecesor, Pablo Casado. En ese momento, buena parte del público presente empezó a clamar: "Ayuso, Ayuso, Ayuso".
"Abrir el diálogo"
Acto seguido, Feijóo sacó pecho de haber "conseguido 8 millones de votos, 3 más que en las últimas generales". Dicho lo cual, recalcó que su obligación es "que no se abra un periodo de incertidumbres en España". "Los españoles han dado la confianza al PP y han dicho a todos los partidos del arco parlamentario que dialoguemos, mi deber es abrir el diálogo para intentar gobernar nuestro país", agregó.
Como el candidato "con más apoyo" en las generales, Feijóo avanzó que se hará "cargo para formar Gobierno, de acuerdo con la voluntad mayoritaria de los españoles expresada en las urnas". Y avisó, en otra apelación a los socialistas: "Que nadie tenga la tentación de volver a bloquear España".
Según su opinión, sería "una anomalía" que no pudiese "gobernar el partido más votado". Y recordó que, hasta la fecha, todos los presidentes de la democracia lo fueron después de ganar las elecciones: Suárez, González, Aznar, Zapatero, Rajoy e, incluso, Sánchez. "No hay ningún presidente que haya gobernado después de perder, me corresponde intentarlo, somos la opción alternativa", apostilló.
Feijóo concluyó su discurso anunciando la convocatoria de una Junta Directiva Nacional de su formación este mismo lunes: "Seguro que vamos a hablar mucho estos días y estas próximas semanas". Según fuentes populares, será en esta cita cuando se marquen las principales líneas a seguir a partir de ahora.
Con el resultado electoral de este domingo, en Génova contemplan tres salidas: que Feijóo consiga un imposible encaje de bolillos convenciendo, por un lado, a Vox y, por otro, a PNV, Coalición Canaria y UPN; una repetición electoral como consecuencia del bloqueo o una investidura de Sánchez tras el sí de Junts. "Veremos, porque no todo el bacalao está vendido", apostillan fuentes de la dirección del partido.