Pedro Sánchez necesita el voto favorable de los siete diputados de Junts para lograr su investidura como presidente, pero durante los últimos años no ha dudado en descalificar al líder del partido independentista, Carles Puigdemont, que se encuentra huido de la Justicia en Waterloo.
Tres meses antes de la moción de censura que le llevó a la Moncloa, Pedro Sánchez garantizó en las redes sociales que el PSOE nunca pactaría con los independentistas: "La izquierda no puede alinearse con los separatistas, es profundamente insolidario. No hay ninguna causa de izquierdas en el independentismo", sentenció.
En similares términos se había pronunciado Pedro Sánchez en 2019 en las redes sociales, al proclamar que "nadie está por encima de la ley. Puigdemont es un prófugo de la Justicia".
"Trabajaremos para que el sistema judicial español, con todas sus garantías, pueda juzgarlo con imparcialidad", añadió, "la Fiscalía cuenta con todo el respaldo del Gobierno en la defensa de la Ley y del interés general".
Pedro Sánchez tiene ahora como única salida pactar con Puigdemont, del que dijo más recientemente que "su palabra vale lo que su declaración de independencia: es papel mojado". Así lo afirmó el líder del PSOE en la entrevista concedida a Telecinco el pasado día 6, justo antes del inicio de la campaña electoral.
Sánchez pronunció estas palabras al ser preguntado por las declaraciones de Puigdemont, quien había revelado que el PSOE le había prometido el indulto, a cambio de una estancia breve en la cárcel si regresa a España. En aquella misma entrevista, el candidato del PSOE añadió, en tono despectivo: "Puigdemont hace cinco años era un problema, ahora es una anécdota".
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Después de que Puigdemont asegurara que el PSOE le había prometido el indulto, otras fuentes del Gobierno recalcaron que el expresidente de la Generalitat es un "embustero" y que sus declaraciones son "mentira". Las mismas fuentes indicaron que el único objetivo de las afirmaciones del político catalán era "salir en prensa", después de que el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) le hubiera retirado la inmunidad como eurodiputado.
En el mismo sentido se pronunció la ministra de Transportes, Raquel Sánchez: "Yo quiero desmentir rotundamente esas afirmaciones, eso es falso, absolutamente falso", dijo sobre las declaraciones de Puigdemont.
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La ministra negó cualquier verosimilitud a las palabras del prófugo de la Justicia, del que dijo que tiene una "falta total de credibilidad no sólo ahora, sino desde hace muchísimo tiempo".
También la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, desmintió rotundamente las declaraciones del eurodiputado catalán: "El señor Puigdemont miente, es falso", afirmó. Montero aprovechó la polémica para cargar contra el PP por dar credibilidad "en plena campaña" al prófugo de la Justicia.
Por su parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, se declaró "escandalizada" por las palabras de Puigdemont. Y el ministro de Sanidad, José Miñones, atajó la polémica: "Ayer Puigdemont perdió la inmunidad y hace mucho tiempo que perdió la credibilidad".
A pesar de todo ello, el PSOE se resigna ahora a negociar con Carles Puigdemont, para lograr que Junts facilite la investidura de Sánchez con su voto favorable, imprescindible para Sánchez después de que el PP haya obtenido su escaño 137 en el escrutinio del voto CERA en Madrid.
Desde la Moncloa aseguran, no obstante, que dicha negociación en ningún caso podrá sobrepasar los límites de la Constitución, en referencia al referéndum de independencia que reclama Junts.