La negociación entre Pedro Sánchez y el independentismo catalán no ha comenzado de forma oficial, pero sí a través de los periódicos, que acaban convertidos, en estos casos, en una suerte de "mesa de diálogo". En una primera toma de contacto.
Tal y como ha testado EL ESPAÑOL, tanto a un lado como a otro de esta mesa –PSOE y separatistas– se dan por recibidos los "globos sonda" que se les ha enviado desde el otro lado del muro. "Han empezado los movimientos tácticos en los periódicos", coinciden. Y Junts poco ha tardado en pinchar esos globos. Se mantienen en la amnistía y el referéndum de autodeterminación.
"Ya hemos dicho que no cerramos la puerta a nadie. Pero las negociaciones no han empezado y hemos impuesto el silencio. La gente sabe cuál es nuestro punto de partida", expresa un portavoz de Junts.
Carles Puigdemont y Oriol Junqueras han estrenado un proceso de reconciliación. La relación, maltrecha desde que se partió el gobierno de la Generalitat de Cataluña, ha comenzado a restañarse mediante la asunción de dos objetivos comunes: la amnistía y el referéndum.
Esa fue siempre la postura de Puigdemont. También la de ERC, aunque los republicanos renunciaron a alcanzarla por medios fuera del marco constitucional. Ahora, con una carta publicada en el Ara y firmada por todos los dirigentes de Esquerra, se da por sentado su acercamiento a Junts.
El PSOE sabe que debe ser quien mueva ficha. En Junts dicen haberse ido de vacaciones... porque así lo ha hecho Sánchez hasta que se constituyan las Cortes, el día 17 de agosto. Pero los fontaneros del presidente ya filtran a los medios esos "globos sonda" con el objetivo de ir pulsando la reacción de los de Puigdemont.
La primera propuesta lanzada a los medios por el PSOE habla de una "España federal". No concretan demasiado los filtradores a qué se refieren, pero mencionan a referentes como Rubalcaba para no provocar sobresaltos en su propio electorado y remiten a una doctrina trabajada desde hace años por juristas de prestigio.
La llamada "Declaración de Granada", del año 2013, sentó las bases para una reforma federal impulsada desde el PSOE. Se incluyeron entre las propuestas la inclusión en la Constitución del nombre de las Comunidades autónomas, la reforma del Senado para convertirlo en una verdadera Cámara territorial, aumentar el número de competencias autonómicas, reconocer "la singularidad de nacionalidades y regiones"...
Ese podría ser el arranque del PSOE en la negociación, mediante el ofrecimiento a Puigdemont y Junqueras de una federalización a medio-largo plazo. Pero en Junts, captado el mensaje, responden exhibiendo su maximalismo: amnistía y referéndum.
Otro de los globos sonda lanzados por el PSOE tiene que ver con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Cataluña tiene contraída una deuda de 70.000 millones de euros con este fondo. En sucesivos plenos del Parlament, los independentistas han pedido una "quita total" de esa deuda. El PSC, mediante una enmienda, ha llegado a aceptar una "quita parcial".
Los socialistas tienen la esperanza de que la federalización, las competencias y la deuda sean tres pilares de la negociación, porque todos ellos podrían enmarcarse dentro del Estado de Derecho. La principal inquietud de Sánchez es precisamente ésa: averiguar qué puede ofrecer a Puigdemont que le convenza y que respete la Carta Magna.
Al mismo tiempo, ha sido ERC quien ha enviado un globo sonda, una oferta a Puigdemont. En realidad, lo ha hecho Joan Tardà a título personal, pero el exportavoz de los republicanos en el Congreso todavía representa a muchos cuadros del partido.
A través de una tribuna publicada en El Periódico, Tardà proponía tres asuntos para el acuerdo entre el independentismo catalán y el Gobierno central: el traspaso integral de la gestión de Rodalies –el servicio de cercanías en Barcelona y el área metropolitana–, la "asunción [por parte del Estado] del insoportable déficit fiscal" y "mantener viva la Mesa de Diálogo".
Esta última reivindicación –la de la Mesa– da buena cuenta de que una facción importante de ERC concibe que fue un éxito sentarse a negociar de esa manera con Sánchez. Sin embargo, recorrer ese camino ha supuesto la merma electoral del partido el 23-J, perdiendo hasta seis escaños en el Congreso.
Pedro Sánchez será quien provoque el efecto dominó en las negociaciones con su llamada a Junts. Pero no lo hará hasta que Felipe VI encomiende a un candidato el intento de investidura.