El PP acusa a Sánchez de romper el "pacto cerrado" en Ceuta con el PSOE para "no ofender a Marruecos"

Por eso, que Ferraz ordenara romper el pacto ha provocado estupor en la Ejecutiva nacional del PP. Una persona del núcleo duro de la dirección de Génova se explicaba indignada, este viernes, en conversación con este periódico. "Ceuta es clave para la seguridad nacional, y Pedro Sánchez lo ha sufrido", insistía. Por eso, sólo se explica esta decisión como un paso más en el oscurantismo seguido por su Gobierno en las relaciones con Marruecos.

"Se puede pensar que ha roto el acuerdo para no ser mal visto, para no ofender a Rabat", acusa. Y añade que una coalición entre los dos grandes partidos en la ciudad autónoma habría mandado un mensaje claro a Marruecos, de unidad en defensa de la españolidad de Ceuta y de Melilla. Pero "que el presidente haya ido de veraneo allí muestra que nada le importa, si le conviene para mantenerse en el poder".

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Esta persona de la alta dirigencia popular se refiere al asalto a la ciudad autónoma inducido por el régimen de Mohamed VI, en mayo de 2021, instigando la entrada en masa de más de 12.000 personas en apenas 36 horas, por los puestos fronterizos abiertos del lado marroquí. "La lealtad institucional del PP nacional entonces y, sobre todo, la del Gobierno ceutí de Juan Jesús Vivas no guarda coherencia con esto".

La ruptura del acuerdo sorprende aún más en Génova dado que hasta el pasado 28-M el líder del PSOE ceutí, Juan Gutiérrez, colaboraba con el Gobierno de la ciudad, aprobando los Presupuestos y negociando, norma a norma, con Vivas, para "darle estabilidad a la ciudad". De hecho, en esta ocasión se estaba negociando una coalición por expreso deseo del socialista. Él mismo se lo reclamó al líder popular y lo explicó en la televisión pública ceutí el viernes 28 de julio: "Si quieren contar con nosotros, será dentro del Gobierno". 

Pero el candidato a la reelección como presidente del Gobierno "ha elegido la inestabilidad" en una ciudad que es un "elemento sensible" en las relaciones con Marruecos, alega esta fuente. De hecho, en el PP nacional reclaman que el presidente en funciones -de vacaciones estos días en Marrakech, Tánger y Tetuán- explique si su decisión "tiene que ver con los inexplicados e inexplicables" cambios en la política exterior española con el país vecino más importante para España.

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En la sede popular, además, señalan que "la orden de romper el pacto y aislar al PP tampoco guarda reciprocidad con la institucionalidad y altura de miras" con las que los de Alberto Núñez Feijóo apoyaron al PSOE en Vitoria y Barcelona. Los alcaldes de esas dos capitales son socialistas gracias a los votos "gratis" del PP, para que ni la capital vasca ni la catalana cayeran en manos de los independentistas.

"Eso es institucionalidad y altura de miras", recuerdan en el PP. Lo mismo ocurrió en el Ayuntamiento de Durango y en la Diputación de Guipúzcoa, donde los populares favorecieron gobiernos del PNV para cerrar el paso a Bildu. "Cuando se trata de los intereses generales, este partido tiene claro lo que tiene que hacer". 

"Sería el colmo"

Tal como desarrollaba Vivas, presidente de la ciudad autónoma, en una entrevista publicada este viernes con EL ESPAÑOL, "el interés general está y estará siempre por encima del de mi partido". Y en ese sentido, el equipo más cercano a Feijóo cree que los socialistas demuestran "su obsesión con que el PP no pueda gobernar nunca y en ningún sitio, incluso aunque se ponga en riesgo la estabilidad de un enclave estratégico de España", como Ceuta.

A primera hora de este viernes, Feijóo destacaba el hecho de que el PP "es un partido de Estado" como principal argumento para criticar la decisión del PSOE. "Nuestro deber es fortalecer la cohesión social y proteger a los ciudadanos, frente a ese interés por mantenerse en el poder", concluía, señalando a Sánchez por el veto a la coalición.

La crisis diplomática y política con Marruecos ha sido "la más grave" entre los dos países de las últimas décadas, tal como admiten fuentes del Ministerio de Exteriores.

Comenzó cuando España acogió en secreto al líder del Frente Polisario Brahim Ghali para tratarle en un hospital riojano. Se sustanció en el "ataque a la integridad territorial" de nuestro país, tal como definió Sánchez el asalto a Ceuta. Y sólo se comenzó a solventar, un año después, tras el giro histórico del Gobierno respecto a la marroquinidad del Sáhara Occidental. 

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Desde entonces, Madrid y Rabat han signado dos declaraciones conjuntas. La primera de ellas, en abril de 2022, comprometiéndose a inaugurar "una nueva etapa" de relaciones. Y la segunda, en febrero de este año, tras las tres veces postergada Reunión de Alto Nivel (RAN), celebrada en la capital de Marruecos. Aun así, hace apenas una semana, los invitados españoles a la Fiesta del Trono de Mohamed VI fueron acreditados con unas tarjetas que llamaban a Ceuta y a Melilla ciudades "ocupadas".

Refiriéndose a todos estos desplantes marroquíes, la alta dirección del PP afirma que "sería el colmo" que este establecimiento de un "cordón político" para aislar al partido de Feijóo pusiese en riesgo la estabilidad de una ciudad "especialmente protegida en la Estrategia de Seguridad Nacional, sólo por intereses de poder partidario". Para los populares se está debilitando la "seguridad nacional".