Las vacaciones se le terminan a Félix Bolaños, que regresa a Madrid este jueves -antes que el resto de ministros-, para ponerse al frente de las negociaciones del PSOE con los socios y aliados que precisa Pedro Sánchez para armar su eventual mayoría de investidura. Fuentes socialistas confirman a este diario que el titular de Presidencia y Relaciones con las Cortes se apresta a "cerrar acuerdos", primero con Sumar, llamado a integrar la coalición del posible Gobierno; y después con los grupos nacionalistas e independentistas.
Pero lo cierto es que en el seno del PSOE ya han recibido el mensaje de que éstas son dos negociaciones separadas.
Sumar da por hecho, según fuentes internas, que tendría un miembro en la Mesa del Congreso, si se logra sellar un pacto que es a muchas bandas. Los socialistas han sondeado la posibilidad de que el acuerdo con las formaciones periféricas se base en dos premisas: asegurarle el grupo parlamentario a Junts y a Esquerra -que no cumplen los requisitos legales precisos- y ofrecer un puesto en la Mesa, probablemente, al PNV.
La clave está en el concepto: el PSOE, según las fuentes consultadas en el Congreso, está jugando con la posibilidad de que la mayoría "plurinacional" que debe pasar su primera gran prueba el próximo 17 de agosto se pueda ver reflejada en el órgano de gobierno de la Cámara Baja. Pero eso no termina de satisfacer al partido que hasta ahora menos entusiasmado se muestra, el de Carles Puigdemont.
Los separatistas herederos de la vieja Convergència transmiten al PSOE, a través de canales informales, que su empeño no está en "cuestiones institucionales del Estado español" -de ahí, el ataque a la Monarquía del huido expresident- ni en traspasos competenciales, en clara referencia crítica al "posibilismo" de ERC. Y aunque evitan confirmar a este periódico de manera explícita que sus reivindicaciones son el referéndum de autodeterminación y la amnistía, es por ahí por donde se debe interpretar que "Sánchez debe ceder, y hacerlo en clave nacional", es decir, soberanista.
Por eso, fuentes del Gobierno señalan a Bolaños no sólo como el negociador en jefe de Sánchez, sino como su "primera opción" para presidir el Congreso. El entorno del ministro, consultado por este periódico, prefirió no hacer comentarios de desmentido sobre esta elección del líder socialista, apuntada por varias fuentes en el seno del PSOE y del Gobierno.
Amnistía
EL ESPAÑOL informaba este miércoles de que los partidos independentistas han planteado la negociación de los puestos de la Mesa, que incluyen la presidencia, más por el contenido que por los nombres: el secreto está en conformar un órgano de gobierno que esté dispuesto a tramitar leyes y proposiciones que, hasta ahora, se paraban antes incluso de llegar al debate del pleno.
Así ocurrió con una proposición de ley de amnistía presentada por ERC, Junts, la CUP y el PDeCAT para amnistiar a todos los procesados y condenados no sólo por el proceso independentista catalán del otoño de 2017, sino también por la consulta soberanista de 2014 puesta en marcha por Artur Mas. La iniciativa fue vetada por la presidenta, entonces Meritxell Batet, el 23 de marzo de 2021, impidiendo siquiera su tramitación.
Fuentes socialistas confirman en privado que los términos de la negociación se desarrollan en ese sentido. Desde Sumar la retransmisión del asunto está siendo mucho más pública. La semana pasada, Yolanda Díaz, y este lunes Enrique Santiago urgían a Sánchez a "reflejar la plurinacionalidad del Estado" no sólo en su disposición al diálogo, sino también en su acción política. Y este miércoles, el portavoz de la plataforma, Ernest Urtasun, afirmaba que "los contactos avanzan de manera positiva".
Una prueba de ese "avance" fue la que ofreció el martes Batet, anunciando que no quería optar a la reelección como presidenta de la Cámara. La manera de anunciar su salida fue una concesión elegante, porque la decisión ya la llevaba barruntando el presidente en funciones desde pocos días después de la cita electoral. Sánchez era consciente de que la dirigente del PSC, por eso mismo, y por decisiones como el veto a la tramitación de esa ley de amnistía, debía caer para tener opciones de un acuerdo con el independentismo.
Las mismas fuentes del seno del PSOE añaden que Bolaños sería un presidente del Congreso adecuado por varias razones. Además de por haber sido quien pilotaba muchas de las negociaciones con los grupos la pasada legislatura, por su doble condición de 'mano derecha' del presidente que busca la reelección y experto jurista.
"El nombre de Félix Bolaños es la opción preferente", concluyen, "para un escenario" como el descrito en la información de este periódico: si Sánchez quiere ganar la primera batalla del 17 de agosto y que el PSOE retenga la presidencia del Congreso, al frente debe sentarse alguien que, como mínimo facilite se debatan proposiciones de referendos y de amnistías.