"Si Pedro Sánchez piensa que Puigdemont se va a bajar del burro, suerte", advierten desde Waterloo

Este jueves, día 17, se constituyen las Cortes y los apoyos con los que Sánchez cuenta para su hipotética investidura pasarán su primer examen en el nombramiento de la presidencia del Congreso, a la que también aspira, y con posibilidades, el PP de Alberto Núñez Feijóo.

Ahora mismo, el presidente en funciones cuenta con 171 apoyos, frente a los 172 del PP. Necesita, por tanto, el sí expreso de Junts para sentar a un socialista en el cargo de tercera autoridad del Estado. El PSOE ha estado hasta ahora mostrándose confiado y diciendo que "la cosa va muy bien", pero ahora desde Junts amenazan con hacer saltar sus aspiraciones por el aire. Habrá que ver si se trata de una estrategia negociadora o si de verdad están dispuestos a apretar el botón.

"Tras las primeras tomas de contacto, nada está avanzado. Ante esta situación, podemos decir que el día 17 va a haber sorpresas", aseguran desde el núcleo duro de Waterloo. "Aquí, la gran pregunta que lo decanta todo es la siguiente: ¿qué quiere hacer Pedro Sánchez?", añaden.

Los dos principales reclamos de Junts son conseguir que en Cataluña haya un referéndum de independencia y que el hipotético Ejecutivo de Sánchez tramite una ley de amnistía que afecte a los encausados y condenados por haber participado en el procés secesionista. Aunque, eso sí, son conscientes de que la segunda petición es más alcanzable que la primera.

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"El expresident sabe perfectamente que hay unas cosas que se pueden conseguir de entrada, otras que se consiguen de salida y otras que no se consiguen nunca", añaden desde su círculo de confianza.

En esa dirección, ya han conseguido que crezcan en el PSOE las voces dispuestas a tramitar la amnistía que piden los independentistas. Los mismos socialistas que antes decían que era imposible, ahora murmuran que "iremos viendo", tal y como adelantó este diario, y se está estudiando la viabilidad de tramitarla.

El PSOE, sin embargo, todavía no está dispuesto a ponerlo encima de la mesa. Consideran que es demasiado pronto y es una carta que se quieren guardar para más adelante en caso de que decidan usarla.

Bolaños se vio con Nogueras

Hasta ahora, los socialistas han sido más o menos claros mostrándose proclives a ayudar a Junts para que tengan grupo propio en el Congreso de los Diputados. Los independentistas no cumplen los requisitos para formarlo y esto afectaría a su financiación parlamentaria y a los tiempos de intervención, que serían más cortos si tuvieran que compartirlo con otras formaciones.

Sin embargo, en conversación con este diario, desde el entorno de Junts desdeñan esa oferta. Aseguran que no necesitan el dinero y se muestran dispuestos a hablar con el PP y otorgarles a ellos la presidencia del Congreso. Esto podría ser un farol en la negociación, si no fuera porque esta semana el coordinador general del PP, Elías Bendodo, se abrió a hablar con la formación independentista.

En este contexto, llama la atención un episodio que tuvo lugar el pasado jueves en el Congreso. Entregando sus credenciales de diputados electos coincidieron Félix Bolaños, ministro de Presidencia en funciones y el designado por Pedro Sánchez para pilotar las negociaciones, y la portavoz de Junts en la Cámara Baja, Míriam Nogueras.

Según conocedores del encuentro, el mismo fue "tenso y corto" y Bolaños se quedó sorprendido porque Nogueras no le aseguró su voto a favor del candidato que el PSOE proponga para presidir el Congreso. Ella le habría transmitido que la concesión del grupo propio no era suficiente.

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Aquí Junts se enfrenta a un auténtico dilema. Concederle la presidencia al PP sería darle un verdadero toque de atención a Sánchez, demostrarle que están dispuestos a no llegar a ningún acuerdo y que el presidente tenga que aumentar la oferta. El problema para ellos es que, de llegar a un eventual pacto de investidura con el PSOE, difícilmente una Mesa encabezada por el PP tramitaría su ansiada ley de amnistía.

Sin tener la postura del todo clara, en Junts están optando por dilatar los plazos hasta las últimas horas conscientes de que, en el último minuto, el precio sube. La gran incógnita a despejar en su caso es si están dispuestos a ir a una repetición electoral. Hay voces dentro de la formación que creen que no es una mala idea.

Sería también una jugada peligrosa. Las repeticiones electorales suelen beneficiar a los grandes partidos y perjudicar a los que la ciudadanía responsabiliza como causantes de volver a las urnas. Además, Junts perdió escaños el 23-J y se ha colocado en una buena posición estratégica que quizás no se repita.

Pero la diferencia en este caso es que el electorado de Junts puede interpretar que Puigdemont no cedió, y eso podría beneficiarle. "Empieza a crecer la sensación de que una segunda vuelta iría bien", añaden desde el núcleo duro de Waterloo. "Hay una cosa que no se está viendo en Madrid. Es que Puigdemont está en una situación en la que sólo pierde si cede más de la cuenta", aseguran.