El Gobierno se ha negado a responder pública y oficialmente a las exigencias del expresidente de Cataluña Carles Puigdemont para apoyar la investidura de Pedro Sánchez, aunque han transmitido la idea de que tras escucharle siguen viendo posible el acuerdo para arrancar la legislatura.
La ministra Portavoz y de Política Territorial en funciones, Isabel Rodríguez, se ha refugiado en la ambigüedad de asegurar que el Gobierno busca el diálogo, dentro de la Constitución y en busca de mejorar la convivencia en Cataluña para no responder nada.
De hecho, ni siquiera ha aclarado si consideran que la petición de amnistía cabe en la Constitución, aunque eso ya es un cambio porque en la anterior legislatura el Gobierno y el PSOE aseguraron reiteradamente y con rotundidad que la amnistía no cabe en la Constitución. Ahora ese mensaje se ha olvidado y negocia de forma secreta con Junts y ERC una fórmula de amnistía.
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“Nuestro marco fue el que expresó el presidente del Gobierno. Para abordar esta situación tenemos una herramienta, que es el diálogo, un marco, que es la constitución y un objetivo que es la convivencia", ha reiterado una y otra vez.
En la misma rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros estaba presente el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande Marlaska, que fue preguntado reiteradamente, ya que es juez de carrera, sobre las posibilidades de aprobar una ley de amnistía. El ministro ha intentado una imprecisa respuesta sobre el respeto a la Constitución y luego ha renunciado a profundizar más, remitiéndose a las palabras de la portavoz.
Rodríguez y Moncloa se han refugiado en la necesidad de respetar la investidura del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para no fijar ninguna posición sobre las peticiones de Puigdemont. De esta forma, gana tiempo para seguir negociando de manera discreta.
Rodríguez ha reiterado la tesis de que la vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz, acudió a Bruselas a reunirse con Puigdemont en calidad de lider de Sumar y no como vicepresidenta segunda.
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Para el PP, las exigencias de Puigdemont son demasiado. Los populares tenían pensado reunirse con el grupo parlamentario de Junts, como parte de la ronda de consultas para intentar ser investido. Sin embargo, tras las declaraciones del expresidente catalán en Bruselas este martes, Feijóo ha dejado claro que "ni quiero ni puedo pagar el precio que ha fijado Puigdemont para ser el próximo presidente".
Por su parte, el expresidente del Gobierno y exlíder del PSOE Felipe González se ha mostrado en contra de la ley de amnistía que exige Puigdemont a cambio de votar a favor de una investidura de Sánchez. "La amnistía no sólo borra el delito, también condena al ordenamiento jurídico dándole la razón a los que se rebelaron contra la justicia", ha asegurado este martes en una entrevista en Onda Cero.