Tomás Serrano

Política AMNISTÍA

Sánchez dejará que pase el 1-O para contactar con Puigdemont y negociar con un separatismo más débil

Tras el "pinchazo de la Diada", Moncloa cree que "pillará al separatismo con la musculatura debilitada" después del aniversario del referéndum ilegal.

16 septiembre, 2023 03:10

De momento, "no hay nada". Y no lo habrá hasta después del 1-O.

El Gobierno, mimetizado en el PSOE, sabía que el calendario endiablado posterior a la constitución de las Cortes le aconsejaba dejar pasar la Diada del pasado lunes. En principio, para evitar la "inflamación" de sus eventuales socios independentistas; pero a la vista del "pinchazo" de la manifestación de este 11-S, fuentes socialistas confirman que también se evitará cualquier negociación hasta después del aniversario del referéndum ilegal de 2017.

Así lo explica un dirigente del PSOE, en conversación con este diario: después de que el independentismo "no saliera precisamente reforzado", cualquier llamada al entorno de Carles Puigdemont para negociar la investidura de Pedro Sánchez se dejará para después de que se cumpla el sexto aniversario del 1-O, y tanto Junts como ERC tengan "la musculatura debilitada".

Las fechas oficiales, además, le convienen a Sánchez. El PSOE puede alegar que está respetando el tiempo de Alberto Núñez Feijóo: el debate de investidura del líder del PP se celebrará los próximos 26 y 27 de septiembre. "Hasta entonces, no haremos nada... pero aún te diría más, dejaremos pasar el 1-O", confirma un ministro en funciones.

Ésa es la apuesta de Sánchez, siguiendo la costumbre de los socialistas en la última legislatura, en la que dilataban las negociaciones a varias bandas con los grupos parlamentarios para ir conquistando más terreno. "Nadie se pregunta qué está dispuesto a ceder Puigdemont", apunta este miembro del Gobierno, en conversación con EL ESPAÑOL. "Es legítimo que exija sus máximos, pero negociar es ceder... ¿amnistía? Veremos. Pero ¿ellos qué entregan?".

Pedro Sánchez, candidato del PSOE, con el entonces president Carles Puigdemont, en un encuentro de 2016.

Pedro Sánchez, candidato del PSOE, con el entonces president Carles Puigdemont, en un encuentro de 2016. Efe

De este modo, aunque el entorno del expresident fugado en Waterloo insista en que la amnistía es una condición previa y no el "pago" para la investidura -como apuntó Jaume Asens, amigo y colaborador en el pasado de Puigdemont, ahora en las filas de Yolanda Díaz-, el PSOE pretende forzar el calendario.

Después de la segunda votación de Feijóo, el 29 de septiembre empezará a correr el reloj, y si el 29 de noviembre no hay presidente se disolverán las Cámaras e iremos, de nuevo, a elecciones.

Así, si nadie llama a Waterloo hasta la semana siguiente -después de la "pirotecnia verbal, y nada más", que espera Moncloa que sea el 1 de octubre-, los plazos se acortan. Y eso hace casi imposible que dé tiempo a que se apruebe una proposición de ley para el "alivio penal" de los responsables del procés.

Más aún con el Senado en manos del PP -con mayoría absoluta- y con capacidad de dilatar la tramitación. 

Avances antes del 17-A

Es cierto, explican otras fuentes conocedoras de la negociación entre socialistas e independentistas, que en las fechas anteriores al acuerdo para la conformación de la Mesa del Congreso, ya se anticiparon los elementos que compondrían la de la investidura. En los días previos al 17-A, el equipo socialista que negocia con Puigdemont ya transmitió a Moncloa qué habría que hacer, según confirma otra fuente socialista en Bruselas.

En todo caso, no hacía falta imaginar mucho, aporta otro miembro del Consejo de Ministros, para saber que tanto ERC como Junts recuperarían su "matraca". Es decir, amnistía y referéndum. "Más ahora, que sus votos favorables nos son imprescindibles". 

Pero el PSOE está dejando madurar las cosas. "Si preguntas cómo va la negociación, la respuesta es que no va. Porque no la hay", inicia el relato una de las fuentes citadas. La realidad es que los contactos están congelados, como ya lamentó Puigdemont la semana pasada.

Pero eso no quiere decir que en el PSOE no se esté trabajando en cómo afrontar técnicamente la respuesta a la demanda de amnistía. Este periódico puede afirmar que hay juristas del PSOE trabajando en los aspectos técnicos, constitucionales y políticos que se podrían traducir en un texto legal.

"Saldremos fuertes"

El Gobierno de Pedro Sánchez, experto en cambiar de posición en los temas más sensibles y curtido ya en mil negociaciones, ha alimentado la discusión pública sobre la amnistía por dos vías.

Una, filtrando su disposición a negociarla a cambio de los votos de Carles Puigdemont para la investidura; y dos, limitándose a declaraciones oficiales que no desdijeran ese rumor, pero insistieran en que "lo que se haga será en el marco constitucional".

Así pretenden conjurar las críticas internas -"que las hay, claro", admiten las fuentes- y el clamor de la vieja guardia del PSOE. "Los mismos de ahora, ya levantaron la voz contra los indultos, y aquello ya está superado. Vinieron bien y se ve en el pasado".

Además, siempre queda la vía de pararlo todo. El objetivo de esa estrategia incluye el desgaste del PP de Feijóo por un lado y, según confirma esta fuente del Gobierno, dejar siempre abierto el plan B. "Negociar con disposición a ceder. Y si el precio es muy alto, no pagarlo". Por eso, concluye, "si hacemos lo que hay que hacer, saldremos fuertes"... aunque no aclara si se refiere a España o al PSOE.