El equipo más cercano a Pedro Sánchez ya sabía, en la última semana de campaña electoral, antes del 23-J que la "única, compleja y endiablada opción" para ser reelegido pasaba por la amnistía. Así lo ha podido corroborar este diario a través del entorno de Moncloa y otras fuentes, unas otras independentistas y otras interpuestas, pero todas involucradas en la negociación.
En los últimos dos meses, este periódico ha informado cumplidamente del empeño del PSOE en ir introduciendo la posibilidad de conceder una amnistía a Carles Puigdemont y al resto de implicados en el procés.
La misma semana posterior a las elecciones ya era evidente la filtración. Y a inicios de agosto, EL ESPAÑOL publicó que había juristas afines al PSOE se alienaban con Puigdemont y que ya había informes jurídicos en poder de Sánchez dando por "constitucional" esta medida de gracia. "El escenario estaba contemplado de antes", apunta el colaborador de uno de los negociadores independentistas.
Pero la prueba de que antes de las elecciones el PSOE ya trabajaba en ese escenario llega por dos fuentes. La primera, del entorno del presidente: "En campaña, Sánchez no dijo 'no' a la amnistía", desliza. "Fíjate bien".
Efectivamente, en la última entrevista que concedió en campaña el hoy presidente en funciones, fue preguntado expresamente por esto. Y su respuesta, armada de manera confusa, fue explícita en el rechazo al referéndum, pero no a la amnistía:
"...yo entiendo que estamos en campaña y que tienen que decir estas cosas. Pero el independentismo pedía la amnistía y pide un referéndum de autodeterminación. No han tenido amnistía y no hay un referéndum de autodeterminación ni lo habrá. Primero, por convicción personal y política; y en segundo lugar, porque la Constitución, y no solamente la española, ninguna Constitución en el mundo reconoce el derecho a la segregación..."
La otra fuente es el expresidente Rodríguez Zapatero, si bien, en este caso por vía interpuesta. "Sólo un político cercano a Sánchez me habló compleja y endiablada pero posible entonces de que había una opción, que calificó de, que haría pasar todo por las manos de Puigdemont" y que, por tanto, Moncloa se vería impelida a dar ese paso para lograr la investidura de Sánchez. "Fue Zapatero y fue en esa semana".
Este diario se ha puesto en contacto con el expresidente Zapatero, que "no corrobora" esta versión. Sin embargo, la fuente se reitera. La persona que mantuvo esta charla -"y otras muchas"- con el antiguo líder socialista, que tiene "línea directa con Sánchez" y tan activo fue en la campaña electoral, pide permanecer en el anonimato.
"Me anticipó que el PSC se iba a salir y que el independentismo iba a caer mucho, pero que 'paradojas de la política', la balanza caería en manos de Puigdemont" si es que PP y Vox no lograban sumar.
Una 'porra' en el PSOE
Dos integrantes del Gobierno confirman a este periódico que el resultado electoral que finalmente se dio ya estaba calculado en el PSOE. "La mayoría de encuestas decían lo contrario, pero mirando circunscripción a circunscripción, estábamos convencidos de que era posible".
Una de esas personas en el actual Ejecutivo en funciones, de hecho, reveló a este diario su porra, pocos días antes de la jornada electoral. Acertaba de lleno en los resultados de Vox y de Sumar. Sólo equivocaba levemente los del PP, partido al que daba dos más de los 137 obtenidos finalmente, y los del PSOE, con uno menos de los 121 definitivos.
Por otro lado, fuentes independentistas también coinciden con esta versión: "Si las cuentas iban a salir, a cada lado de la mesa todos ya sabíamos que al PSOE no le valdría con los de la anterior legislatura, y que tendría que añadir al resto de la periferia a su acuerdo".
Es decir, a Puigdemont, cuya posición de "amnistía y referéndum" nunca se le cayó de la boca desde que huyó de la Justicia en un maletero hasta Waterloo... "y que tiene un interés personal en ella", añade un ministro en funciones para admitir que ésta es la única opción de Sánchez, "y que además de mucho poder, la llave en realidad, tras el 23-J".
Una fuente del PP corrobora todo esto, tras contactar con Junts antes y después del 23-J para sondear sus pretensiones: "El independentismo sabía que los socialistas intentarían todo para seguir gobernando".
"Nadie se fía de nadie"
La amnistía, de hecho, ya se discutió en la tercera reunión de la llamada Mesa de Diálogo, en julio de 2022, tal como informó este diario y confirman ahora fuentes de Esquerra. "Entonces, no se daban las circunstancias", que sí fueron propicias para el separatismo tras las elecciones, cumpliéndose el escenario "endiablado" que anticipaba Zapatero en la semana en la que él y Sánchez anunciaban "remontada".
Estas fuentes republicanas están muy interesadas en insistir en lo que dijo Oriol Junqueras, el pasado martes, a las puertas del Congreso de los Diputados. Que "el acuerdo del 17 de agosto para que Francina Armengol fuese presidenta del Congreso ya incluía la amnistía. Simplemente, el PSOE prefirió llamarlo 'desjudicialización' y a nosotros lo que nos importa es que ocurran las cosas, no ir diciendo que van a ocurrir".
Así lo reflejó este diario a las 10.18 horas de la mañana de aquel jueves: Sánchez da la amnistía a ERC con un eufemismo: "Desjudicialización por todas las vías posibles". En todo caso, la andanada va para Junts, a quien ERC da "la bienvenida" a la vía de la negociación.
"Las cuentas de Sánchez sólo podían ir por ahí", explica a este diario una última persona conocedora de la negociación con los dos partidos independentistas catalanes.
Aunque no confirma que la opción del "alivio penal", como lo bautiza ahora Moncloa -o "poner el contador a cero", como le llama Esquerra-, ya estuviera sobre la mesa de Sánchez antes de las elecciones, sí que añade un detalle: "En política, las cosas se hacen cuando las circunstancias lo favorecen, y Sánchez sólo podía ser presidente si se daba esta paradoja".
Y aunque Junqueras dice que está pactado, y en el PSOE dan por hecha la investidura, Puigdemont quiere su "hecho comprobable". En esta partida, "nadie se fía de nadie" y hasta que no esté la ley en el Congreso, los indepes no darán sus votos. "Que se lo digan a Xavier Trias... que hace un mes iba a un pleno a que lo hicieran alcalde de Barcelona, y salió líder de la oposición".
Aquel día, fue una gran coalición de populares y socialistas... pero eso sí que sería un final de sorpresa para la semana de Feijóo.