El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha aceptado el encargo del Rey para formar Gobierno después de la investidura fallida del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Este martes, en el marco de la ronda de consultas, Felipe VI se ha reunido con Sánchez y con Feijóo, y después le ha comunicado a la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, su decisión de proponer como candidato al actual presidente del Gobierno en funciones.
Sánchez ha comparecido en la Moncloa tras su reunión con el jefe de Estado. No ha utilizado en ningún momento la palabra "amnistía", pese a ser reiteradamente preguntado por este asunto. Sí lo ha hecho sobre el referéndum de autodeterminación que piden los independentistas catalanes, para explicar que lo rechaza por inconstitucional.
Hace unos días aseguró en Nueva York que cuando recibiera el encargo del Rey explicaría su posición sobre la amnistía, pero una vez que eso se ha producido ni siquiera ha mencionado esa palabra. Sí ha repetido la palabra "generosidad".
El presidente del Gobierno en funciones ha anunciado para esta semana y la próxima una ronda de reuniones con todos los partidos, salvo Vox, e incluyendo al PP. Se ha escudado en esa ronda para señalar que hasta que no escuche a los portavoces no fijará posición.
Pese a todo ello, ha admitido que hay "negociaciones discretas" desde hace tiempo con los grupos con los que podría alcanzar un acuerdo de legislatura. En esas negociaciones se habla de amnistía y, por tanto, el Gobierno tiene fijada una posición desde hace semanas, aunque Sánchez siga sin explicarla.
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"Concordia y convivencia" son las dos palabras que ha repetido con insistencia. El líder del PSOE ha explicado que "es hora de la política" y ha señalado que tuvo que tomar decisiones "difíciles", como la de los indultos, y "hoy puedo constatar que esa decisión fue acertada y bien tomada. Debe resolverse en el terreno de la política". Ahí se ha quedado.
Sin embargo, ha explicado que el referéndum tiene "inconvenientes constitucionales" y, además, va en sentido contrario a la convivencia y a su "convicción política". "El referéndum es contrario a mi palabra y a mi acción", ha manifestado. Hace sólo dos meses sostenía lo mismo de la amnistía.
El líder socialista ha asegurado que pedirá a Feijóo "desterrar el insulto de la vida política". Su reunión con el líder del PP no buscará su apoyo en la investidura, pero sí pedirle que acepte renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tras mantenerlo bloqueado casi cinco años.
Sánchez ha confirmado que quiere un acuerdo de legislatura y no sólo de investidura, que quiere que incluya la aprobación de los Presupuestos y no ha puesto fecha al debate de investidura. Sólo dijo que "cuanto antes".
Inicialmente, Moncloa quería que fuera en octubre, pero ahora fuentes oficiales admiten dificultades para cumplir ese calendario.
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En todo caso, ha mostrado su confianza en que pueda reeditarse el Gobierno de coalición, sin que haya que repetir las elecciones el 14 de enero. La fecha tope para una investidura es el 27 de noviembre. Si Sánchez no logra ser investido antes de ese día, habrá nueva llamada a las urnas. La fecha de la investidura la elige la presidenta del Congreso, quien se comunicará con Sánchez para plantear las posibles fechas.
Tras la investidura fallida del líder del PP, se preveía que Sánchez iba a recibir el encargo del Rey al encabezar el segundo partido más votado en las elecciones del 23-J. El PSOE podría llegar a la mayoría absoluta si logra pactar con los partidos independentistas catalanes (ERC y Junts), Bildu, PNV y Sumar, con quien formaría una coalición, como en la pasada legislatura hizo con Unidas Podemos. El BNG también podría entrar en la ecuación.
En el caso de recibir el sí de las citadas formaciones políticas en la eventual investidura, Sánchez llegaría a los 178 diputados y sería investido presidente del Gobierno. Sin embargo, en estos momentos, el candidato socialista no tiene asegurados ninguno de esos apoyos. Se prevén, por tanto, unas próximas semanas de negociaciones entre partidos.