El PP dice que comparar sus pactos con Vox con el de PSOE y Junts es "tomar por tontos a los españoles"

El Partido Popular es consciente de que los pactos autonómicos con Vox pasaron factura en las elecciones del 23-J. Lo reconoció ayer Alberto Núñez Feijóo en una entrevista radiofónica. Aunque también admitió que no había otra alternativa: "O dar estabilidad o repetir las elecciones". "Evidentemente, yo no quería pactar con Vox", apostilló.

Acto seguido, la parroquia socialista replicó que ese mismo argumento utilizará el Gobierno para justificar su pacto con Puigdemont. A lo que Cuca Gamarra, veinticuatro horas después, ha respondido: "No es para nada comparable, en absoluto, nada tiene que ver. Querer comparar esto es querer justificar algo que es injustificable, que es la amnistía". 

En definitiva, la número dos de Feijóo ha considerado que "querer comparar ambas situaciones como hace el PSOE", trazando un paralelismo entre los pactos PP-Vox con el que previsiblemente pueda alcanzar Sánchez con Junts es: "Tomar por tontos a los españoles". Así lo ha expresado en una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados. 

[Sánchez admite por primera vez que negocia la amnistía: "Estamos hablando con los grupos"]

La también portavoz parlamentaria del PP ha comparecido apenas unos minutos después que Pedro Sánchez, que ha atendido a los medios en Granada, donde se celebra la cumbre europea. Por primera vez, todavía sin mencionar la palabra más repetida en el argot político en los últimos meses, el presidente en funciones ha reconocido que negocia el borrado de los delitos del procés. 

Según ha censurado Gamarra: "Eso es lo contrario que dijo en un programa electoral y sobre lo que se pronunciaron en las urnas los españoles, aparte de que está fuera del ámbito constitucional. Es reconocer que España no es una democracia plena y no lo era en 2017. Es reconocer que era legítimo lo que hicieron un grupo de políticos catalanes independentistas". 

Los "intereses" de Puigdemont

Para el PP, lo que está haciendo el PSOE es negociar "con la igualdad de todos los españoles ante la ley, con la seguridad jurídica, con el Código Penal, con el prestigio de los cuerpos y fuerzas de seguridad y con el Poder Judicial". Todo esto "es lo que está detrás de una amnistía". 

En vísperas de una nueva movilización en contra de la posible amnistía en Barcelona, Gamarra ha reprochado que el Gobierno en funciones "no está pendiente de 48 millones de españoles, sino de los intereses de uno solo", en referencia a Carles Puigdemont. Parafraseando a la misma Carmen Calvo, Gamarra ha remarcado que "uno puede ser generoso con su patrimonio, no con el de todos los españoles". 

Pedro Sánchez empezó a abonar el terreno para anunciar la amnistía hace semanas. Lo hizo con el pretexto de la generosidad, a la que apela cada vez con más frecuencia. Por ello, la número dos del PP ha remachado este jueves: "Con la dignidad de todos los españoles no puede decir alguien que seamos generosos. Con eso no se debe jugar". 

"De lo que se está hablando y lo que se está negociando es encontrar una solución para que un ciudadano se quede al margen de la ley y otro de presidente del Gobierno de España. Es la impunidad de uno a cambio de la presidencia del Gobierno de otro. Ni más ni menos. Esto es lo único sobre lo que se negocia y para lo que sobramos el resto de 48 millones de españoles", ha criticado Gamarra.  

Presiona a Armengol

Por otro lado, ha denunciado que dos días después de que Sánchez recibiera el encargo del Rey para formar gobierno, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, sigue sin fijar una fecha para la investidura. Lo contrario que hizo con Feijóo: "Lo que tenía sentido para la presidenta en agosto, no lo tiene ahora en octubre". 

Aunque Sánchez se ha dado de plazo un mes para negociar los apoyos, el PP insiste: "Queremos denunciar y exigir que Armengol actúe como presidenta del Congreso y fije la fecha. No puede quedar a expensas de que la decida un prófugo de la justicia, Puigdemont, y que la sociedad española tenga que ver lo que significa que un prófugo esté decidiendo no sólo el futuro de la gobernabilidad en nuestro país, sino que también tenga en su mano cuándo se celebra o no un debate de investidura".