José María Aznar también se moviliza en contra de la amnistía. Apenas un día después de la multitudinaria manifestación en Barcelona convocada por Sociedad Civil Catalana en contra de los pactos del PSOE con el independentismo, el expresidente del Gobierno ha apelado a que la sociedad se enfrente a Pedro Sánchez, al que acusa de estar "poniendo en duda la continuidad de la Nación española".

"Tenemos enfrente del Gobierno a un delegado del separatismo y de los prófugos de la Justicia", ha afeado Aznar en un coloquio organizado por el Foro Neos, la fundación conservadora presidida por el exministro Jaime Mayor Oreja, y moderado por el periodista Bieito Rubido, en el que han analizado el olvido penal de los principales protagonistas del procés independentista.

Aznar ha incidido en que la condonación de los delitos a los independentistas a cambio de apoyar la investidura de Pedro Sánchez no debe tomarse como un "acto de generosidad" del Gobierno, sino como "un borrado del delito y las responsabilidades". Esto, argumenta, no sólo está fuera de la Constitución, sino que atenta contra ella directamente.

[Sánchez: una amnistía que no se llame amnistía y un referéndum que no se llame referéndum]

"Si olvidamos los delitos, estamos diciendo que el golpe de Estado [del independentismo] tuvo su sentido, que estaba justificado, y estaremos condenando a los que se opusieron a él", ha defendido el expresidente. "Lo que se pretende con todo esto es el cambio de régimen constitucional de España", ha aseverado. 

Así, el presidente de Faes ha criticado que el Gobierno también esté discutiendo, a su juicio, posibles consultas de autodeterminación. "Hemos llegado al límite. No es cuestión de resistir, es cuestión de movilizarnos. No es tiempo para silencios. Hoy se pueden hacer muchas cosas menos estar callado", ha añadido.

Amnistía y/o referéndum

En este sentido, Aznar analiza que se está viviendo un "momento político críticamente existencial para España" porque, asume, "la discusión está centrada en dos cosas: la amnistía y las posibles consultas de autodeterminación". Este mismo argumento es el que utiliza el PSOE para vender que, al aceptar la condonación penal, se desactivarían los movimientos pidiendo un referéndum. 

De hecho, parte del plan de los socialistas pasa por aprobar una amnistía sin llamarla amnistía, abrir el debate sobre un referéndum sin llamarlo referéndum y que los independentistas renuncien a la unilateralidad sin que haya una renuncia expresa a la unilateralidad. La propia palabra amnistía ni siquiera aparecerá en la proposición de ley orgánica para evitar cualquier conflicto constitucional.

En este ámbito, y en cuanto a la posibilidad de que el Tribunal Constitucional pudiera frenar la amnistía, Aznar ha dicho que el órgano "es garante de la Constitución; no es un poder político y no puede decir lo que la Constitución no dice, y si lo hace rompe flagrantemente sus obligaciones".

El Gobierno, dicen fuentes de la Moncloa, tratará entonces de redactar una exposición de motivos que no asuma el relato del independentismo, pero tampoco el del Estado, y nadar en la ambivalencia para evitar problemas. El eje de la cuestión, de hecho, será justificarse a través de los acuerdos de la Mesa de Diálogo con Cataluña y las referencias a la desjudicialización, sin mentar la Constitución.