Mientras el Partido Popular condenó sin paliativos y desde el primer minuto la ofensiva yihadista de Hamás en Israel, iniciada el pasado sábado, el Gobierno de España aún no se ha pronunciado oficialmente. Además, a pesar de ocupar la presidencia de turno de la UE, Pedro Sánchez se quedó fuera del comunicado conjunto de los líderes occidentales que, este lunes, reunía a Joe Biden (EEUU), Olaf Scholz (Alemania), Emmanuel Macron (Francia), Giorgia Meloni (Italia) y Rishi Sunak (Reino Unido).
José Manuel Albares ya se significó en una posición menos clara que ellos este lunes, al expresar la "protesta" del Gobierno de España y su"rechazo" a que la Comisión Europea congelara los fondos que entrega a las autoridades palestinas, sólo secundado por Luxemburgo e Irlanda.
Este martes, el jefe de la diplomacia española convocó -como presidente de turno del Consejo de Exteriores de la UE- una cumbre de ministros comunitarios para reclamar que la Unión "mantenga su apoyo a la población palestina" porque "dependen de nosotros".
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Después de la cita, y para rematar las sospechas sobre la izquierda española, la posición dubitativa de Moncloa fue rematada por Josep Borrell este martes. El exministro español de Exteriores y hoy Alto representante de la UE para la Política Exterior, acusó a Israel de "violar el derecho internacional" por las políticas de bloqueo a Gaza atribuidas al Gobierno de Benjamin Netanyahu.
Borrell, quien desde Omán coordinó por videoconferencia la reunión de emergencia de los ministros de la UE, fue más claro aún: "Israel tiene derecho a defenderse, pero tiene que ejercerlo de acuerdo al derecho humanitario internacional". Sus palabras se referían a la decisión anunciada por el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, quien ordenó el lunes el "completo asedio" a la Franja de Gaza, de manera tal que el territorio controlado por Hamás no reciba ni suministro eléctrico, ni combustible, ni comida.
Concentración en Madrid
A la misma hora, mientras acababa la cita de los ministros de la UE, se celebraba en Madrid una concentración frente a la Embajada de Israel, en apoyo del derecho a existir del Estado judío, en repulsa por los ataques yihadistas de Hamás, y para arropar a las víctimas: asesinados, secuestrados, violados, descuartizados, desaparecidos...
Fuentes de la Federación de Comunidades Judía en España (FCJE), en conversación con este diario, agradecían el apoyo "masivo" de la ciudadanía y lamentaban "la soledad" en la que los ha dejado el Ejecutivo: "Somos judíos, y tan españoles como cualquiera, ¿por qué nuestro Gobierno no apoya a una democracia aliada, por qué no rechaza las acciones de unos salvajes terroristas?".
Lo cierto es que la investidura de Sánchez se ha encontrado un escollo dificilísimo en su camino, que a trompicones va de la mano de la presidencia española de turno en el Consejo de la UE. El conflicto radical y esencial que ya había advertido en Madrid la comunidad internacional desde la invasión rusa de Ucrania, se confirma estos días en los que los equilibrios descolocan al "Gobierno progresista" de Madrid.
Sánchez, un político experimentado en política internacional -y que se empeña en manejarla directamente él desde Moncloa-, convive y necesita a unos socios de Podemos y de Sumar que declaran su apoyo públicamente a la causa palestina, sin importar las atrocidades de estos días. Y con unos aliados parlamentarios aún más vehementes.
En la concentración en apoyo a Israel estuvieron el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida; la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso; o Esteban González Pons, vicesecretario institucional del PP, entre otros. Pons criticó que una parte del Gobierno justifique a los "vándalos" de Hamás y aseguró que legitimar este acto "incapacita" como demócrata. "Creo que en el ataque de Hamás contra Israel no hay justificación posible".
González Pons lamentó, además, que el Gobierno de España es el "único país de la Unión Europea que tiene en su seno personas que están a favor de las víctimas conviviendo con otras que justifican a los vándalos".
El también vicepresidente del Partido Popular Europeo remarcó que él "no quisiera que permaneciera en el Gobierno ni un día más un solo miembro del Gobierno que legitima, justifica, explica o es capaz de entender un ataque terrorista como el de Hamás".
Sin comunicado
Entretanto, el Gobierno en funciones ni siquiera ha emitido todavía un comunicado oficial a propósito de la ofensiva terrorista de Hamás en Israel.
Es más, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores se remiten a un tuit de Albares "que también habla, como no podía ser de otra manera, por todo el Ministerio". Pero, ¿habla por todo el Gobierno? Eso ya no parece seguro, a la vista de que con la misma oficialidad ha hablado la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, socia principal de Sánchez para la coalición que, en pocos días, debe fraguar la reelección del socialista.
Albares impulsó una reunión extraordinaria de sus ministros de Asuntos Exteriores. España lidera administrativamente, en estos meses, la Unión Europea al tiempo que su Gobierno sigue en funciones y, además, se muestra dividido entre la condena y la defensa a Hamás. El titular español de la cartera y, por tanto, presidente de la reunión, conminó a los socios comunitarios a mantener el apoyo económico a los palestinos, a pesar de todo.
La Comisión Europea había sido muy explícita desde el primer momento, con su presidenta Ursula von der Leyen marcando una doctrina clara de apoyo al derecho de Israel a defenderse y de condena "son paliativos" a las acciones del llamado Movimiento de Resistencia Islámica, Hamás, una organización terrorista según los listados de la UE, que rige con mano de hierro los destinos de la franja de Gaza desde el año 2007.
Este lunes, el comisario de Vecindad, el húngaro Olivér Várhelyi, anunció la "suspensión" y puesta en "vigilancia" de los fondos de cooperación con las autoridades palestinas. El Gobierno español fue el que más rápidamente salió públicamente a rechazar la medida. También el de Luxemburgo afeó la iniciativa al comisario húngaro, y recordó que "es el Consejo" el que toma esa decisión.
Este martes, el ministro Albares lograba un acuerdo precario entre los Veintisiete para mantener las ayudas, bajo la premisa de que "la población palestina depende de nuestro apoyo".
Después de la polémica política, llegó la reunión extraordinaria del Consejo de la UE, con todos los ministros de Exteriores de los Veintisiete, para tratar de aunar criterios y marcar una posición común ante los salvajes ataques terroristas de Hamás en Israel, lanzados el pasado sábado y que ya dejan, como balance, al menos 900 asesinatos, además de desaparecidos y secuestrados (y violaciones y decapitaciones de bebés) entre la población civil.
Según una nota distribuida por el equipo de Albares al acabar la cumbre, ésta fue "una nueva muestra de unidad europea".
Pero esa unidad se había resquebrajado, incluso en el seno de la Comisión la tarde anterior. El comisario de Cooperación y Desarrollo, el esloveno Janez Lenarcic, contradijo a su compañero: "La ayuda humanitaria se mantendrá", espetó.
Y este martes, el Consejo prefirió centrarse en un discurso más político para soslayar el lío: "La unidad ha sido total, tanto por la condena absoluta al ataque de Hamás y a la violencia sobre la población civil, como por el reconocimiento del derecho de Israel a defenderse", expresaban fuentes de Exteriores.
Lo cierto es que la división en el seno del Gobierno español también ha operado en este impasse europeo, a la hora de no hablar con una sola voz. Desde la vicepresidenta Díaz hasta Ernest Urtasun, portavoz de Sumar, pasando incluso por el exportavoz de Podemos, Pablo Echenique... han defendido públicamente si no las acciones, sí las motivaciones de Hamás. Y han presionado al PSOE, que depende de sus votos para no repetir elecciones.
Albares ha tenido que lidiar con ello, haciendo equilibrios. Por eso, aprovechó su intervención en la reunión ante sus colegas de la UE para marcar "una distinción muy clara entre la población palestina, la Autoridad Palestina y Hamás, una organización terrorista".
El ministro español reivindicó, además, la legitimidad del Consejo para pronunciarse sobre "cualquier decisión que afecte a Palestina", pero no aclaró a qué ayudas (y destinadas a qué facciones) se refería su exigencia de que la UE siguiera aportando fondos a "los palestinos".
Pero el jefe de la diplomacia española sí expresó su "total rechazo a la suspensión de la cooperación" con las autoridades palestinas, a pesar de las acciones de una de ellas, Hamás, que gobierna Gaza ininterrumpidamente desde hace más de 15 años.
Según las fuentes del Ministerio español, esta posición de Albares "fue apoyada por la gran mayoría de sus homólogos", aunque no por todos.
Para el actual Gobierno de España es clave mantener una posición de equilibrio, aunque "no equidistante", entre las dos partes. Las relaciones con Israel son normales, si bien fuentes diplomáticas las catalogan de "átonas" desde hace tiempo, e incluso a veces de "ásperas". Además, nuestro país ha sido y es desde hace décadas amigo de la causa palestina, y refugio para muchos de sus líderes.
Por eso, el ministro también expresó su "preocupación" por que "la revisión de los programas de cooperación anunciada por la Unión Europea se pudiera convertir en una suspensión de este apoyo". En este sentido, Albares recordó que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) "ha sido un socio clave para la UE", si bien no hay constancia de que dijera algo parecido sobre Hamás, facción yihadista enfrentada con la más política de la ANP.
Según España, cualquier acción que debilite a la ANP "sólo empeorará las cosas en el corto, mediano y largo plazo", reza el comunicado, dando por hecho que las acciones de Hamás repercutirán en la lucha por el liderazgo palestino y las relaciones con Israel, como interlocutor de cualquier armisticio, tregua o paz. "La población palestina depende de nuestro apoyo y, por eso, cortarlo sería totalmente contraproducente", ha expresado el ministro español.
Lo que no se dice
"Tenemos un deber hacia la población palestina; no podemos abandonarlos", sentenció Albares. Y para ello, insistió en la importancia de que la Comisión Europea garantice una financiación suficiente para la agencia de las Naciones Unidas que proporciona ayuda a los refugiados palestinos en Gaza (UNRWA).
Y como en diplomacia lo más importante es lo que no se dice, nada consta en la comunicación oficial sobre que los Veintisiete hayan opinado o tomado posición sobre los programas propios de la UE en el terreno, que sí podrían sufrir una revisión.
Las discusiones también concluyeron que la UE debe centrarse en recuperar espacio en la región, buscando el estrechamiento de la "coordinación con los socios árabes para estabilizar la situación". El objetivo es tratar de ser "más eficaces" a corto plazo, "en el objetivo de evitar una escalada regional".
Y, en especial, en el caso del Líbano, donde el aumento de las hostilidades en la frontera por parte de Hizbolá, el llamado Partido de Dios, urgen a adoptar una postura firme en defensa de la estabilidad del país, que puede estar en riesgo.
No en vano, tanto Hamas como Hizbolá son 'proxis' de Irán, eterno enemigo de Israel... y de Arabia Saudí, y ambos países estaban terminando unas eternas negociaciones para firmar la paz, establecer relaciones y, de paso, cambiar el mapa geopolítico de la región.