Después del desafío de Sumar, este lunes, afirmando que sólo aceptará entrar en un Gobierno de coalición con el PSOE si este Ejecutivo "reconoce el Estado palestino", Pedro Sánchez ha proclamado en Albania que "la única solución definitiva para el conflicto en Oriente Próximo es el reconocimiento de los dos Estados para que puedan coexistir en paz y seguridad".
Es decir, el reconocimiento del Estado palestino. Israel ya fue reconocido por España el 1 de enero de 1986, cuando ambos países establecieron relaciones diplomáticas a la vez que España entraba en la Comunidad Económica Europea.
No es casualidad que haya sido en la cumbre sobre el llamado Proceso de Berlín donde Sánchez haya hecho este anuncio. El viaje del presidente en funciones a Tirana, capital de Albania, se decidió este fin de semana en Moncloa.
La reunión en Albania estaba convocada desde el pasado mes de julio, pero el Ejecutivo español no había confirmado su presencia en un foro en el que se sentaría, entre otros, junto a los representantes de Kosovo -país no reconocido por España- hasta este domingo.
Críticas a España
El viaje de Sánchez retrasó la primera reunión de la comisión negociadora del PSOE, prevista para este lunes. Y llega después de las exigencias de Sumar, que no aceptará la coalición con el PSOE sin reconocer el Estado palestino, y de las críticas que levantó la ausencia del Gobierno del país que ejerce la presidencia rotatoria de la Unión Europea en la visita de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, y de Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo a Jerusalén.
La propia actuación de la presidenta de la Comisión no ha estado exenta de críticas, por su alineamiento total con Israel en sus primeras declaraciones, junto al presidente del país, Isaac Herzog. Pero como informó este periódico, fuentes europeas consideran que la ausencia de Josep Borrell, presidente del Consejo de Asuntos Exteriores como Alto Representante, debería haber sido suplida por José Manuel Albares, jefe de la diplomacia española.
En todo caso, la división del Gobierno en funciones respecto a los ataques terroristas de Hamás contra Israel, lanzados el pasado 7 de octubre ya había provocado la ausencia de España en el comunicado conjunto de los Gobiernos de EEUU, Alemania, Italia, Francia y Reino Unido a los dos días de estallar, de nuevo, el conflicto.
Ya el pasado sábado, en plena polémica, Sánchez tomó postura durante un mitin en Mérida, reconociendo por primera vez en público "el derecho legítimo de Israel a defenderse" del ataque de Hamás. Aunque aludiendo que "debe hacerlo respetando el derecho internacional y humanitario", la misma frase que había sido pronunciada por Borrell desde Omán, tras presidir telemáticamente una reunión del Consejo, antes de irse a Pekín.
Esa ausencia de Borrell también fue criticada por varias fuentes comunitarias. Y el propio presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, declaró a este periódico que "Borrell tiene las prioridades equivocadas". El político alemán llegó a sugerir una moción de censura contra el Alto Representante de la UE: "Nos preguntamos"; dijo en nombre del EPP, "si sigue siendo la persona adecuada para el puesto".
Entretanto, el PSOE recordaba, el mismo sábado en que Sánchez hacía esa declaración, que el Congreso español ya aprobó en noviembre de 2014 una Proposición no de Ley para mandatar al Gobierno -entonces de Mariano Rajoy- que reconociera el Estado palestino. Aquella votación contó con el apoyo del propio Partido Popular.
Las palabras de Sánchez
Ahora, Sánchez ha defendido la necesidad de "evitar una escalada en Oriente Próximo" tras el ataque terrorista de Hamás contra Israel, al tiempo que ha defendido que "la reconciliación es la única salida y es la esencia de la Unión Europea". Además, ha reclamado que "se permita la entrada de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza".
Sentado junto a Charles Michel, presidente del Consejo, Von der Leyen y Olaf Scholz, canciller de Alemania, Sánchez habló como primer ministro del Gobierno que ocupa la presidencia rotatoria de la UE, en el arranque de la reunión en Tirana del Proceso de Berlín, que da cita a varios países europeos con los de los Balcanes Occidentales que aspiran a entrar en la UE.
En su opinión, en un "momento crucial para la comunidad internacional" como el actual, "Europa es un ejemplo de que el diálogo y la cooperación entre vecinos funcionan, de que las diferencias pueden superarse y que la reconciliación es la única salida".
Un concepto que encaja, además, con la negociación de la amnistía a los implicados en el procés... palabra que pronunció por primera vez, hace dos semanas, en una conferencia de prensa junto a Michel y Von der Leyen, en Granada. Es más, ha añadido, "el lenguaje de la violencia y el conflicto son lo contrario de lo que defendemos".