A las 12:30, Cuca Gamarra cruzaba la verja de la carrera de San Jerónimo mirando su teléfono móvil, tratando de contrastar lo que instantes después le ha confirmado el vicepresidente del Congreso de los Diputados y diputado popular, José Antonio Bermúdez de Casto: "Armengol acaba de convocar a la Mesa para el miércoles de la semana que viene".
"Mira que fácil, no ha hecho falta ni ir al Constitucional, sólo hemos tenido que salir a la puerta", ha reaccionado con ironía la portavoz parlamentaria del PP. Minutos antes, junto a una nutrida representación de diputados de su grupo, se ha plantado frente a la entrada de los Leones que da al Hemiciclo para protestar por la "injustificable parálisis" de la actividad parlamentaria.
Acción-reacción. La presidenta del Congreso, acto seguido, ha llamado a filas a los miembros de la Mesa, órgano rector de la Cámara, para abordar la semana que viene cuestiones ordinarias como la jura de la Constitución de la princesa de Asturias, prevista para el 31 de octubre. También ha anunciado la reunión de dos comisiones: la del Estatuto de los Diputados y la de Peticiones.
Sin embargo, el resto de órganos siguen sin constituirse y la Junta de Portavoces, donde se aceptan iniciativas de calado como las peticiones de comparecencia de los miembros del Gobierno, no se reúne desde hace un mes. En definitiva, las acciones elementales que se desarrollan en el Congreso, como el control al Ejecutivo, están en punto muerto a la espera de que haya investidura... o no.
Según la número dos del Partido Popular, esta situación no tiene precedentes. "Ni en periodos de guerra" se pone el freno al Congreso. Y el "el responsable" de todo es Pedro Sánchez, que "siempre ha buscado máximos poderes con mínimos controles" y ahora, critican desde Génova, "está utilizando" a Armengol para "que no haya ningún control al Gobierno en funciones".
"El Senado sí funciona"
En este contexto, el primer grupo del Congreso, el popular, tiene claro que utilizará "todos los medios" a su alcance para que el Poder Legislativo "se ponga en marcha", pese a que sus funciones se estén "obstruyendo" por parte de la presidenta Armengol. El equipo de la aludida niega la mayor: "La Cámara está funcionando con normalidad".
Pero el PP no opina lo mismo, e insiste en que seguirá defendiendo la separación de poderes y la rendición de cuentas del Gobierno. "Aunque esté en funciones, el Ejecutivo tiene que ser sometido al control parlamentario". En otras palabras: "El Congreso debe estar al servicio del ciudadano y no al servicio de un solo ciudadano, por sus ansias de poder".
Según defiende Cuca Gamarra, la Cámara Baja debería tener ya calendario de Plenos y actividad parlamentaria "para cumplir con su función constitucional de Poder Legislativo y control al Gobierno", como ocurre en el Senado, dirigido por mayoría absoluta por el PP. "Es la demostración de que una Cámara sí funciona y la otra no".
Hasta la fecha, los populares han trasladado a Armengol varias peticiones: que fije ya la fecha del debate de investidura de Sánchez, porque "con Feijóo tardó apenas veinticuatro horas"; la comparecencia del presidente Sánchez, para informar sobre el Consejo Europeo; y la de otros dos miembros de su gabinete: Marlaska, Interior, y Albares, Exteriores, para dar cuenta, respectivamente, de la crisis migratoria en Canarias y de la postura de España en Oriente Próximo.