Junts sostiene que el auto contra Puigdemont por terrorismo obliga al PSOE a "ampliar la amnistía"

Que Félix Bolaños viajara el miércoles pasado por la noche a Barcelona para cerrar el pacto con Jordi Turull, secretario general de Junts, ya ha quedado lejísimos. Al partido de Puigdemont no le valía la redacción de "la futura ley de amnistía" que llevaba el ministro de la Presidencia en funciones bajo el brazo, y detuvo las negociaciones.

Más aún, después de ver cómo el borrador del "acuerdo político" cerrado con el PSOE se leía en el firmado con Oriol Junqueras, presidente de Esquerra.

Desde aquel día, los negociadores del expresident fugado en Waterloo aclararon a los socialistas que había "algunas deficiencias" en el texto de la proposición de ley, porque no se contemplaban "todos los supuestos". Pero aun así se aprestaban a "trabajar toda la noche", como pedía el PSOE.

Ahora, fuentes de la negociación se explican con más claridad: "El auto del juez de este lunes demuestra que teníamos razón. Una amnistía que no sea completa es papel mojado, no sirve de nada". 

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A lo que se refiere este portavoz de Junts es a la imputación de Puigdemont por terrorismo en el sumario del Tsunami Democràtic. El magistrado de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón le atribuye este delito a él y a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en un auto de 34 páginas fechado este lunes.

El juez, titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, investiga las supuestas actividades terroristas de la citada plataforma independentista, que colapsó en 2019 el Aeropuerto de El Prat en protesta contra la sentencia del procés.

"Resaca del 1-O"

"Antes no querían hablar de lawfare y ahora lo aceptan", continúa esta fuente. Con ello se refiere al caso de Gonzalo Boye, abogado del prófugo, negociador con el PSOE en su nombre y procesado por blanqueo de dinero procedente del narcotráfico de otro de sus defendidos, Sito Miñanco.

Pero también al caso de Josep Lluís Alay, vinculado a las conexiones rusas del procés en el llamado caso Volhov; y al del exconsejero de Interior Miquel Buch, condenado a cuatro años y medio de cárcel por contratar a un mosso para escoltar a Puigdemont en su fuga a Bélgica. 

Carles Puigdemont y Marta Rovira (ERC), imputados por terrorismo en el 'caso Tsunami', durante un encuentro de 2019. Europa Press

"Todo eso es resaca del 1-O", explican los colaboradores del expresident huido a Waterloo. "Y es costumbre de los jueces españoles perseguir al independentismo con cualquier excusa. O lo paramos de antemano, o de nada serviría amnistiar las acusaciones de desobediencia y malversación", añaden.

La condena de Laura Borràs a cuatro años y medio de prisión por favorecer a un amigo troceando contratos de la Institució de les Lletres Catalanes para adjudicárselos a dedo, según estas fuentes, se quedará fuera. No hay manera de que el PSOE la acepte, y Junts no apretará más con eso.

"Así que si quieren el pacto puede ser hoy mismo o dentro de una semana... Basta que nos digan sí a todo". Cuando dice "hoy mismo" se refiere a este martes, porque las negociaciones se cortaron a media tarde del lunes. "Y ya no trabajaremos de noche, nosotros no tenemos ninguna prisa, son ellos", indican las mismas fuentes.

PSOE tenso

De momento, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, continúa en Bruselas. Pero este lunes no se llegó a ver con Puigdemont, y las negociaciones se hicieron por teléfono, videoconferencia, WhatsApp y correo electrónico. "El president Puigdemont ya está reconocido como interlocutor, pero ahora entendemos que al PSOE le cueste que haya más fotos juntos; sólo volverán a verse para escenificar el acuerdo".

A pesar de la tensión que les alimenta Puigdemont, en el PSOE están convencidos de que Sánchez será investido presidente del Gobierno "esta semana". Para que ello pueda ocurrir, los socialistas confían en que el acuerdo con Junts se cerrará este mismo martes, lo que permitiría celebrar el pleno de investidura el miércoles y jueves, terminando el debate con la votación y el sí de los independentistas catalanes.

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Aunque las fuentes de Junts creen que "no se está tan cerca como para que eso pase", todo podría ser, ya que el presidente en funciones quiere llegar reelegido a la reunión de este viernes en Málaga, con los socialistas europeos. Ahí lanzará la precampaña de las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2024, y sólo con el pacto cerrado podrá justificar la presencia de Iratxe García en el despacho de Puigdemont, la semana pasada, y que la amnistía es el precio para "el reencuentro".

Distintas fuentes del PSOE y del equipo negociador de Sánchez insisten en que, aunque los nervios están a flor de piel por lo apretado de la agenda y por la dependencia en última instancia de que un Puigdemont impredecible dé luz verde, ése es el principal escenario que manejan: que habrá investidura ya.

Una vez resuelta la reelección de Sánchez, el líder socialista podría dar a conocer los nombres de quienes formarán parte de su nuevo Gobierno el viernes por la mañana y, esa misma tarde, viajar a Málaga para inaugurar el Congreso del Partido Socialista Europeo.

Para Sánchez esta es una cita muy importante por la proyección internacional, por su papel de presidente de la Internacional Socialista y de jefe del Gobierno de la Presidencia española de la Unión Europea. Además, el PSOE aspira a seguir siendo la principal delegación de eurodiputados socialistas en la Eurocámara, y quiere exhibir fuerza en Málaga.

Los socialistas interpretan que el frenazo de Puigdemont la semana pasada se debió a que esos días se conoció también el acuerdo entre el PSOE y ERC, y los posconvergentes no querían salir después a "vender" algo similar a lo que ya había obtenido Oriol Junqueras.

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Entre los motivos, las fuentes apuntan a la competición entre ambas formaciones independentistas de cara a las autonómicas catalanas. Y así lo admiten fuentes de ERC y de Junts, que compiten por "la hegemonía en el independentismo".

A pesar de ello, el PSOE insiste en dar por resuelto el "acuerdo político", extremo que confirma la contraparte de Puigdemont. Pero si para el PSOE esta prórroga inesperada es una cuestión de "relato" indepe, Junts insiste en que sin una "amnistía completa" no habrá investidura de Sánchez.

"Todo el mundo tiene que hacer su trabajo interno. Se han estado manteniendo en posiciones muy férreas y hay algunos virajes que cuestan", asegura una persona del equipo negociador de Sánchez.

Tras el bache, las conversaciones se retomaron este domingo y este lunes continuaron con buen pie. Muestra de ello es que los equipos de ambos partidos se coordinaron para trasladar a la prensa que todo seguía por buen cauce, que se estaban "intercambiando documentos" muy técnicos y que la tardanza se debía a que los equipos jurídicos de ambas partes estaban revisando hasta la última coma.

Tramitar la ley de amnistía

Una vez que el PSOE cuente con el sí de Junts, es potestad de la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, convocar el Pleno de investidura. Aunque no se suele hacer con menos de 24 horas de antelación, el reglamento de la Cámara Baja no indica nada al respecto y ya en 2016 se convocó el Pleno de un día para otro.

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Sucedió para la investidura de Mariano Rajoy, por lo que existen precedentes y el PSOE podría evitar las críticas del PP en ese frente.

Otra cuestión muy distinta es tramitar la ley de amnistía. Los independentistas catalanes exigen "hechos comprobables" para investir a Sánchez ya que, aseguran, no se fían de que vaya a cumplir su palabra. Esto implicaría iniciar el trámite antes del debate.

Tras haber agotado el lunes sin llegar a un acuerdo, la proposición de ley de amnistía ya no se podría calificar –el primer paso que debe cumplir– en la reunión que la Mesa celebra este martes. Sin embargo, fuentes parlamentarias indican que sí se podría convocar una Mesa de forma extraordinaria de martes a miércoles y que califique el texto antes de un Pleno, que empezaría el jueves y podría hacer presidente a Sánchez el viernes a mediodía.