El Gobierno da por hecho que Puigdemont no quiere volver a ser candidato a presidir la Generalitat

El líder de Junts ha mantenido multitud de contactos directos, personales y telefónicos con responsables del Gobierno desde las elecciones generales del 23 de julio. Y en esas conversaciones, siempre según fuentes del Gobierno, Puigdemont ha dejado claro que no tiene intención de aspirar de nuevo a la Presidencia de la Generalitat.

Si se aprobara la ley orgánica de amnistía, Puigdemont quedaría exonerado de responsabilidad penal y, por tanto, evitaría ser inhabilitado para ocupar cargo público. Esa amnistía también afectaría a otros implicados en el procés independentista de 2017 que fueron indultados la pasada legislatura. 

Esos indultos fueron parciales, es decir, se les eliminaba la pena de prisión, pero no la de inhabilitación. Es el caso, por ejemplo, de Oriol Junqueras, líder de ERC, que ahora sí podría ser candidato si se aprueba la ley de amnistía.

El único problema para Puigdemont y el resto de amnistiados sería el temporal. En principio, los negociadores pretenden que la ley esté totalmente aprobada antes de finales de este año.

[El PSOE da por perdida la investidura de Sánchez esta semana por las diferencias con Junts]

Luego tendrían que aplicarla cada uno de los tribunales con causas abiertas, incluido el Tribunal Supremo, que mantiene imputado a Puigdemont. Si estos tribunales plantean cuestión de constitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, la ley quedaría paralizada hasta que no hubiera sentencia. 

La previsión del Gobierno es que esa sentencia esté publicada en un año, como mucho, es decir, en otoño de 2024. Las elecciones catalanas deben celebrarse como muy tarde antes de febrero de 2025, por lo que sí sería posible que Puigdemont llegara con posbilidades de ser candidato.

Sin embargo, el Gobierno entiende, de las conversaciones de los últimos meses, que el líder de Junts no tiene intención alguna de intentar recuperar el cargo. 

Para Pedro Sánchez y el PSC esas elecciones autonómicas serán fundamentales porque servirán para medir la eficacia de su política respecto a Cataluña, que se inició con los indultos, luego con la reforma de los delitos de sedición y malversación y ahora con la amnistía.

El objetivo del líder socialista es culminar su hoja de ruta logrando que Salvador Illa sea president de la Generalitat, con un mal resultado de los partidos independentistas.

Este mismo miércoles, en carta a todos los militantes del PSOE, Sánchez justificaba ahora, con mayor razón que antes tras los últimos acontecimientos, formar un "gobierno progresista" con Junts. Para el líder socialista, las protestas contra la amnistía a Carles Puigdemont le reafirma en su día de "frenar la ola reaccionaria".

"Hechos como los que estamos viviendo nos reafirman, con más fuerza si cabe, en la necesidad de sacar adelante un gobierno de coalición progresista", señala.