El jefe de la Oficina de Carles Puigdemont en el Parlamento Europeo, Aleix Sarri, ha presumido de que la amnistía constituye "una humillación pública a los jueces, fiscales y abogados del Estado" que han intervenido en las causas judiciales relativas al procés.
A través de las redes sociales, Sarri ha presentado como un triunfo de los independentistas el pacto de investidura firmado entre el PSOE y Junts. Celebra que los socialistas hayan asumido el memorial de agravios de Cataluña, que se remonta a los Decretos de Nueva Planta de 1714, y destaca que el partido de Puigdemont en ningún momento ha renunciado por escrito a la vía unilateral.
Así lo confirmó también el propio Carles Puigdemont en la rueda de prensa ofrecida el jueves desde Bruselas, en la que advirtió de que el apoyo de Junts a cada iniciativa parlamentaria que impulse el Gobierno estará condicionado a que se produzcan "avances" en la mesa de negociación que se va a desarrollar en el extranjero con cuatro verificadores cuya identidad permanece en secreto.
Por tanto, durante toda la legislatura Pedro Sánchez estará sometido al capricho de Junts, que podrá retirarle el apoyo en cualquier momento si considera que no se producen avances en la negociación o no cumple sus acuerdos. El partido de Puigdemont podrá sentirse liberado entonces para retomar la vía "unilateral", según deja entrever ahora Sarri.
El jefe de la Oficina de Puigdemont en el Parlamento Europeo, Aleix Sarri, recuerda que "los indultos son un perdón del Estado a unos hechos que se siguen considerando un delito". Por el contrario, la amnistía supone que el Parlamento desautoriza y "humilla" a los jueces que intervinieron en las causas judiciales del procés.
La amnistía supone, explica Sarri, "una humillación pública del comportamiento autoritario de jueces, fiscales, abogados del Estado y Tribunales de Cuentas españoles, por parte del propio Parlamento español", un reconocimiento de que actuaron injustamente contra los independentistas.
Y los jueces españoles son perfectamente conscientes de ello, añade: "Es probable que aumente en los próximos días el cabreo que llevan y sus llamadas implícitas a dar un golpe de Estado", dice Sarri sobre el pronunciamiento unánime de todas las asociaciones de jueces y fiscales en contra de la ley de amnistía.
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El jefe de Junts en Bruselas lo dice más claramente: "La amnistía no significa que el independentismo pida perdón ni un blanqueamiento del Estado español". Por el contrario, se trata de una "autocondena del propio Parlamento español" y "un acto de condena de las acciones del aparato del Estado español contra las instituciones catalanas y el independentismo".
Sarri plantea así una interpretación muy distinta realizan los principales dirigentes del PSOE, que sostienen que su pacto de investidura con Junts supone un paso adelante en la reconciliación e implica que Carles Puigdemont ha regresado a la senda constitucional.
El dirigente de Junts considera especialmente relevante que el PSOE haya aceptado que intervengan cuatro "verificadores internacionales" (cuya identidad permanece en secreto), para certificar el cumplimiento de los acuerdos que se adopten en la negociación que se va a desarrollar durante los próximos meses en el extranjero.
Sarri explica por qué conviene ocultar la identidad de estos verificadores: "En los últimos seis años hemos podido comprobar el comportamiento ultramontano de la prensa española en todo lo que se refiere al independentismo".
Verificadores secretos
"Si los verificadores internacionales han de hacer su trabajo", añade, "lo más adecuado es que no estén en el punto de mira de El Confidencial, El Mundo o ABC (por citar tres medios en los que hay consenso de su odio anticatalán). El anonimato es la única garantía contra el señalamiento".
¿Cuál será su labor? Aleix Sarri lo explica así: "Cuando el PSOE haga sus jugarretas habituales [en la negociación], habrá un grupo de personas no vinculadas a Cataluña y con un prestigio internacional que levantará acta. Por tanto, si todo el proceso de negociación fracasa habrá testimonios" que Junts hará valer ante la comunidad internacional, para llevar adelante sus pretensiones.
Pero lo más trascendente, destaca Aleix Sarri, es que "por primer vez un actor político español de primer orden (y el PSOE lo es) acepta que el conflicto entre Cataluña y España necesita la participación de los actores internacionales".
Junts ha logrado cumplir así otro de sus objetivos, en el pacto suscrito por el secretario de Organización del PSOE: "Internacionalizar el conflicto".
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El jefe de Puigdemont en Bruselas destaca otro éxito de la negociación: que el PSOE ha asumido en el texto del acuerdo el relato independentista y el mito de que los Decretos de Nueva Planta de 1714 supusieron la abolición de las libertades que hasta ese momento disfrutan los catalanes.
"Situar el punto cero en 1714", celebra Sarri, implica "asumir que el conflicto político entre Cataluña y España/Castilla no sólo el previo a la Constitución del 78, sino también a la dictadura franquista, a la primoriverista e incluso al régimen de la restauración borbónica".
Y abunda en el mismo sentido: "Que el punto inicial del conflicto es la imposición de los Decretos de Nueva Planta, aunque discutible (por algún motivo la primera república catalana fue proclamada en enero de 1641), es reconocer que la existencia de la nación catalana es previa cualquier constitución española".
De nuevo, argumenta, esta cesión del PSOE dará munición a Carles Puigdemont para reivindicar ante los actores internacionales el reconocimiento de Cataluña como nación.