La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, confía —o quiere confiar, más bien— en que su partido podrá mantener al menos un ministerio en el futuro Gobierno, cuya composición se conocerá a partir del lunes.
Este sábado, la todavía titular de Derechos Sociales en funciones, admitía que Pedro Sánchez es quien tiene "la última palabra" sobre los nombramientos. "Conoce bien a Podemos...", deslizó la secretaria general de Podemos durante una concentración dedicada a criticar el "genocidio" de Israel contra el pueblo palestino.
"Después de que todo el mundo votara ya la investidura el otro día, sólo hay una persona que toma decisión sobre los nombres de los ministros y las ministras, y esa persona es Pedro Sánchez", recalcó la ministra ante los medios de comunicación.
Tal y como avanzó EL ESPAÑOL, la líder de Sumar y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, se decantó por Nacho Álvarez como miembro del futuro Gobierno. El economista y profesor, número dos en el ministerio de Derechos Sociales que encabeza Belarra, tiene carné de Podemos. Pero, a estas alturas, es más próximo a Sumar que al partido morado.
Precisamente, este viernes por la tarde, Díaz ofrecía a Podemos un asiento en el Consejo de Ministros, como Belarra y el resto de dirigentes llevan semanas reclamando. Pero la propuesta estaba envenenada: ligaba la cartera a Nacho Álvarez, hasta ahora secretario de Estado de Derechos Sociales.
No obstante, a pesar de tener carnet morado, el economista hace tiempo que soltó amarras con su partido. De hecho, lleva mostrando su independencia desde antes de las elecciones del 23-J, para las que operó como uno de los portavoces de Sumar a espaldas de Podemos. Ahora, rechazado por ambos, ha decidido volver a su puesto como profesor de universidad.
Todo ello, además de constatar la ya conocida fractura entre Podemos y Sumar, supone la amenaza de que el partido de Belarra vaya a actuar como un verso suelto dentro de la coalición de Gobierno.
Especialmente, después de que sus militantes ratificaran que su proyecto debe ser autónomo del de Yolanda Díaz.
Dicho este, este sábado, Belarra insistió en solicitar un asiento morado en el Consejo de Ministros. Lo que está ahora "encima de la mesa", dijo, "es si hay un Gobierno de transformación con Podemos, que es valiente y que toma medidas ambiciosas, o si se conforma un Gobierno únicamente presidido por Sánchez".
Pese a que Belarra se aferre a esta última carta, hace días que los tótems de Podemos han asumido su salida de la gestión gubernamental. La ministra de Igualdad, Irene Montero, primero, y Pablo Iglesias, después, han alertado esta semana de que el PSOE y Sumar buscan relegarles a la formación al ostracismo, sin una sola cartera en el Gobierno.
"El hecho de que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz vayan a echar a Podemos del Gobierno va a dificultar que pasemos de las palabras a los hechos para frenar esta ofensiva reaccionaria política y judicial", señaló la ministra de Igualdad a la salida del debate de investidura de Pedro Sánchez, en referencia a las manifestaciones contra la Ley de Amnistía.
Esta circunstancia se une la recién aprobada nueva hoja de ruta de Podemos. A principios de mes, sus militantes avalaron la posibilidad de romper con Yolanda Díaz y el resto de la coalición en el futuro, si es que así lo consideran.
Del mismo modo, Iglesias acusó a Sumar de no tener "legitimidad democrática" para expulsar a su partido del inminente Gobierno. En este sentido, el exvicepresidente y primer secretario general de Podemos pronosticó que a lo largo de la legislatura los cinco diputados morados estrecharán muchos más lazos con ERC, Bildu y el BNG, que son los tres aliados de izquierdas del llamado bloque de investidura y que no cuentan con ningún asiento en el Consejo de Ministros.
Esta declaración, así como las críticas de Montero, reposan sobre un leitmotiv que en el partido lleva resonando desde el día después de las elecciones: que sus cinco diputados en el Congreso valen tanto como los de cualquier otro partido y que, por tanto, serán ellos quienes comanden sus propios acuerdos con Pedro Sánchez. Más allá de las declaraciones altisonantes, en ningún momento se puso en duda su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez, pero el resto de la legislatura es otro cantar.