Feijóo se aleja más de Abascal: quiere hacer en esta legislatura con Vox lo que la pasada con Cs

Los líderes de las dos formaciones, aliadas en seis gobiernos autonómicos, mantuvieron actitudes muy distintas en el Congreso de los Diputados. Más allá de que Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal coincidieron en cargar contra la amnistía que borra los delitos a los responsables del procés, lo hicieron por vías muy distintas.

Feijóo aceptó la legitimidad de la elección del presidente del Gobierno, pero anticipó una oposición férrea. "Es una equivocación lo que acabas de hacer", fueron las palabras que dirigió a Sánchez cuando estrechó su mano una vez finalizada la votación. Abascal, en cambio, comparó al presidente con Hitler, denunció un "golpe de Estado" y se cambió de ropa para ir a manifestarse a Ferraz.

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Las palabras del presidente de Vox en el Hemiciclo, su posterior ausencia y la de todos sus diputados cuando Sánchez daba réplica, la complacencia que ha mostrado con las protestas callejeras de estos días y sus llamamientos a la insubordinación de la Policía no han sentado bien en Génova 13. "Sigue siendo el mejor aliado de Sánchez", lamentan dirigentes populares. 

El jueves, en el Congreso, a medida que los síes a la reelección de Sánchez iban aumentando, la reflexión que hacían algunos diputados de la bancada popular era concluyente: "Si estamos aquí, es por Vox".

Para corroborar su teoría recordaban el discurso de Sánchez del día anterior: más de cuarenta minutos centrados en la "ultraderecha", comodín para tratar de justificar decisiones tan controvertidas como la amnistía a los condenados y encausados por el golpe independentista en Cataluña o el pacto a tres bandas con Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Arnaldo Otegi.

Según admiten en Génova 13, a diferencia del PSOE, que consiguió "blanquear" a Podemos tras la salida de Pablo Iglesias, el PP no está logrando moderar a Vox. Esto se debe, razonan los populares, a que el partido de Abascal está decidido a parecerse cada día más a la "caricatura" que le hace la izquierda.

Esta situación preocupa a Feijóo, que es consciente de que los "excesos" de Vox sólo sirven para dar oxígeno a Sánchez.

El PP sube, Vox baja 

En la investidura, Abascal emplazó a Feijóo a frenar la Ley de Amnistía en el Senado, donde el Partido Popular tiene mayoría absoluta. El líder de Vox no se limitó a exigir al PP ese propósito, sino que amenazó con tomar represalias en los gobiernos autonómicos.

Los populares, lejos de entrar al trapo, desdeñaron la idea en privado. La medida, de dudosa constitucionalidad, podría desembocar en un choque institucional inédito en democracia entre las dos Cámaras.

La estrategia de Feijóo con Vox, según deslizan en su entorno, no va a ser la de la confrontación, sino la de la absorción paulatina de votantes, como ocurrió con Ciudadanos. De ahí que el líder del PP haya mantenido estos días un discurso encendido.

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En la investidura, el jefe de la oposición trazó una cruda radiografía de la política española y apeló a una "España que no se rinde". Al mismo tiempo, ha apostado por la mayor movilización ciudadana de la Democracia, pero alejándola de las sedes del PSOE. 

Si en otras ocasiones PP y Vox han aireado públicamente sus reproches, ahora es sólo Vox el que va al choque. Eso podría explicarse en el hecho de que, según las encuestas, el rechazo social a la amnistía y los pactos del PSOE con Junts, ERC y Bildu a quien más beneficia en términos políticos es a Feijóo.

En Vox alimentan de nuevo el lema en desuso de "la derechita cobarde" mientras sus cachorros jalean a diario ante las sedes socialistas consignas, tales como: "¿Dónde está?, no se ve, el gallego del PP".