Cuando Safira Cantos, presidenta de Hay Derecho, envió por escrito su preocupación sobre la Ley de Amnistía a Pedro Sánchez, Didier Reynders, Salvador Illa y Josep Borrell en realidad no esperaba respuesta. Ellos, por su parte, tampoco esperaban que en cuestión de semanas la asociación jurídica fuera a reunir 101.513 firmas contra la medida de gracia, llevarlas al Congreso de los Diputados y obligar a debatirlas en el hemiciclo.
"La Ley de Amnistía, por su origen y contenido, representa una seria amenaza al Estado de Derecho, a nuestro sistema legal y a la separación de poderes", explica Cantos, quien ha hecho entrega este martes de las firmas. "No es una ley democrática. De hecho, por su propia naturaleza, pone en riesgo la separación de poderes y los principios constitucionales".
Esta misma semana, la fundación Hay Derecho se apuntó el tanto de anular en el Supremo el nombramiento de Magdalena Valerio como presidenta del Consejo de Estado. Ahora, el objetivo es proponer al Congreso su comparecencia en la comisión que tramite la amnistía "para que los fundamentos contrarios a la norma sean escuchados".
"La ley no está planteada contra cualquier razón de Estado o de respuesta al interés general, sino por necesidad de la aritmética electoral", enfila la presidenta. "Ya el hecho de que se esté negociando no ya fuera del Parlamento, sino de las fronteras, es tremendamente anómalo", concretaba este martes.
Se trata, a ojos de la fundación, de una realidad que se separa mucho de la búsqueda de "convivencia" prometida por Pedro Sánchez y con pactos que Hay Derecho critica duramente, como los firmados con "una coalición de partidos, entre ellos los independentistas [...] cuyos dirigentes tuvieron vinculaciones con ETA", en referencia a EH Bildu.
"No se trata de una cuestión técnica que afecta sólo a los juristas, sino de un gravísimo riesgo: sin Estado de Derecho digno de tal nombre los ciudadanos quedamos indefensos pues desaparecen la igualdad entre los ciudadanos, los límites al poder y la seguridad jurídica. Así empiezan a morir las democracias", afea la fundación.