Los veinteañeros todavía se confiesan en España. Al filo del mediodía, han acudido a entrevistarse con el padre Roca, que les saludaba en el salón donde lucen los retratos del resto de sacerdotes de la Carta Magna. Todos han muerto menos Miguel Herrero de Miñón, que también iba a asistir, causando baja por enfermedad en el último instante.
Antes de dar la palabra a los chavales que están cursando "un curso sobre la Constitución", el padre Roca ha dicho algunas cosas. Ha elegido una escena para explicar qué es lo mejor de lo que se celebra mañana.
"Estaba yo sentado y tenía a Fraga enfrente. Las primeras veces, cuando lo miraba, pensaba que me iba a detener. Nos hicimos amigos. Acabé llorando su muerte". Esa ha sido la manera elegida por Roca para "hacer cierta pedagogía constitucional". Sin conceptos abstractos, con escenas concretas.
Igual que ha elegido otro suceso para mostrar la ansiedad que tenía la sociedad española en 1977. Iba el padre Roca andando por la calle –todavía estaba embarazado, faltaba un año para que diera a luz–, eran la una de la madrugada y salía de ver al presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas. Se le acercó un tipo por la calle y, con las narices rozando, le dijo: "Señor Roca, no se preocupe. Sólo vengo a pedirle una cosa. Esta vez, esto tiene que salir bien".
"Esto" era la Constitución. Había habido media docena antes. Ninguna había durado, ninguna llegó a votarse en referéndum.
Hoy, suena muy serio lo de ser "padre" de la Constitución. Incluso antiguo. Roca y sus interlocutores se llevan más de sesenta años. "Un día, de repente, estás sentado en una mesa y tienes que escribir la Constitución. Viene así, de pronto. Ni lo piensas ni lo habías pensado", les ha dicho.
Compartía mesa con Miguel Ángel Sastre –27 años, diputado más joven del PP– y con Ada Santana –25 años y diputada más joven del PSOE–. En el público, decenas de alumnos del curso.
"Algo que tiene 45 años está en la flor de la vida. Escuchamos canciones que tienen esa edad. Otros países tienen textos constitucionales de mucha más trayectoria", le ha dicho a Roca el del PP.
"Mis padres no votaron la Constitución porque eran muy jóvenes entonces. La votaron mis abuelos. No la estudiamos bien en el colegio, sino de prisa y corriendo porque hay que llegar a la EBAU", le ha contado la del PSOE.
Los dos jóvenes diputados han coincidido en pedir la reforma del artículo 49 –el referido a los "disminuidos"– y del 57 –para eliminar la preferencia del varón sobre la mujer en la línea sucesoria de la jefatura del Estado–.
Roca ha asentido sobre lo primero, pero no ha compartido lo segundo. A su juicio, como la Constitución recoge que no puede haber discriminación de género, se podría anular el efecto del artículo 57 mediante una Ley Orgánica. "Así lo dice, además, la propia Constitución", ha reiterado.
Roca ha captado la atención de los alumnos diciendo: "Esta es mi casa y vengo armado". Luego ha sacado una Constitución de bolsillo de la americana: "Este es mi compromiso". Después, les ha brindado una reflexión: "Os puede parecer que no fue tan difícil porque hay muchos años de distancia. Uno puede acentuar el valor del presente, cosa que es lógica, y poner en segundo plano el valor del pasado. Pero, de verdad, no fue fácil".
La Constitución consistía –ha seguido Roca– en "dar respuesta, además de a la dictadura, al fracaso colectivo de la guerra civil y a una larga historia de intolerancia": "Nos teníamos que demostrar a todos que éramos capaces de generar un espacio de libertad y respeto".
Roca no se opone frontalmente a la reforma, pero ha reconocido que no le entusiasma la idea. Esa actitud ha chocado con la urgencia requerida por los jóvenes para actualizar los artículos mencionados: "Creo que la reforma es un pretexto para otra pelea. No sacralizo la Constitución, pero es mucho más importante la voluntad de cumplirla que su contenido".
De manera maliciosa, ha señalado la encuesta publicada hoy por El País... sin mencionar El País. Dos tercios de los españoles están de acuerdo en reformar la Constitución, rezaba el titular. Y se dejaba para el texto, en letra mucho más pequeñita, que también dos tercios se dicen satisfechos con ella.
Miquel Roca tiene un artículo favorito de la Constitución, el 9.2: "Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo sea real y efectiva". Le gusta por ese papel "proactivo" que se adjudica a los poderes públicos.
Para terminar, y metiendo el dedo en la llaga del portazo que han dado los diputados nacionalistas y los de Vox al acto institucional del 6-D, Roca ha ironizado: "Mañana celebramos la Constitución. ¿Podríamos sonreírnos por un día?".
Después, más serio, ha concluido: "Mucha gente ha muerto en este país por la libertad. No se merecen que nadie deje de respetarla hoy".