Nadia Calviño, este jueves en Bruselas, atiende a los medios de comunicación.

Nadia Calviño, este jueves en Bruselas, atiende a los medios de comunicación.

Política NUEVA LEGISLATURA

La marcha de Calviño al BEI deja a Sánchez sin su freno a Yolanda Díaz y sus socios radicales

José Luis Escrivá, David Vegara y Manuel de la Rocha, principales candidatos para sustituirla en la cartera de Economía.

8 diciembre, 2023 02:21

En los corrillos casi espontáneos de la fiesta del aniversario de la Constitución coincidieron la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y el portavoz socialista, Patxi López. Éste le trasladó que en el Grupo Socialista tiene un grupo de fans que aprecia su salto al "tono político" en los plenos del Congreso.

Se refería a la forma en la que Calviño ha evolucionado desde un perfil técnico a soltarse en el Congreso e incluso en mítines del PSOE con un tono más político y contundente. En la Cámara ha puesto de pie a los diputados socialistas y en el PSOE se cuenta que, en campaña, numerosas federaciones socialistas pedían su presencia en actos.

Calviño aterrizó por sorpresa en la política española en julio de 2018, tras la moción de censura que ganó Pedro Sánchez. Era una especialista en las instituciones europeas y no estaba en ninguna quiniela de posibles ministrables, ni se había dejado ver en el equipo económico del hasta entonces líder de la oposición.

[Sánchez afronta una frágil legislatura con un equipo económico provisional y sin revulsivos políticos]

Se contó entonces que Sánchez buscó en ella imagen de moderación, buenas relaciones con las instituciones europeas y aceptación en el mundo empresarial. Todas esas condiciones servían para facilitar el aterrizaje de un Gobierno socialista que llegó apoyado en partidos de izquierda más radical, nacionalistas e independentistas.

Desde entonces se ha consolidado como una pieza esencial para Sánchez. Tanto, que en las campañas de elecciones generales siempre hacía saber que Calviño seguiría siendo su vicepresidenta económica. Seguía buscando tranquilizar a Europa y a los mercados y moderar su imagen en el mundo económico.

Además, el presidente del Gobierno siempre ha alardeado en todo tipo de foros de la gestión económica de su Ejecutivo como principal activo, pese a los tiempos de crisis como los derivados de la pandemia, la guerra de Ucrania o la crisis energética. Ayer lo volvió a hacer en Antena 3.

Por eso, ahora Sánchez arriesga con su salida hacia la presidencia del Banco Europeo de Inversiones, porque pierde una pieza esencial de su Gobierno. 

De arriba abajo y de izquierda a derecha: Escrivá, Calviño, Montero, De la Rocha, Vegara y Ribera.

De arriba abajo y de izquierda a derecha: Escrivá, Calviño, Montero, De la Rocha, Vegara y Ribera. Arte EE

Las quinielas

No hay pistas de quién será su sustituto y el presidente del Gobierno evita decir quién ocupará la vicepresidencia primera de su Ejecutivo.

En el entorno del Gobierno las apuestas van desde la sorpresa total de un técnico desconocido, como ya ocurrió con Calviño, a un retoque en el Gobierno, elevando el rango y las competencias del ministro José Luis Escrivá, las vicepresidentas Teresa Ribera y María Jesús Montero o el secretario de Estado y jefe de la Oficina Económica de Moncloa, Manuel de la Rocha.

Escrivá ha sido nombrado titular del Ministerio de Transformación Digital, un departamento con escasas competencias que, precisamente, formaban parte hasta ahora de la Vicepresidencia de Calviño. Su problema es que no es bien visto por sectores del PSOE y del propio Gobierno, porque se le considera "demasiado técnico" y con "poco posicionamiento ideológico y corazón progresista".

Ribera es una de las personas mejor valoradas por Sánchez, aunque no es economista y se habla mucho de sus opciones de ser candidata en las elecciones europeas de junio, para ser propuesta luego como comisaria europea.

María Jesús Montero tampoco es economista, es médica, y ya tiene encima ser número dos del PSOE y una de las negociadoras con los socios parlamentarios.

De la Rocha acaba de ser ascendido a secretario de Estado y es una de las personas del núcleo de confianza de Sánchez, como sherpa en Europa y responsable de prospecciones en la Moncloa.

También han tomado fuerza en ese entorno socialista nombres ajenos al actual Gobierno. El principal es David Vegara, que fue diputado por Barcelona, y secretario de Estado de Economía en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero.

Es del PSC y eso es importante, ya que los socialistas catalanes han perdido peso en el Gobierno actual. En la actualidad es alto directivo del Banco de Sabadell, lo cual puede ser una ventaja, pero al tiempo un inconveniente para asumir la Vicepresidencia económica.

El Banco de Sabadell trasladó su sede de Barcelona a Alicante durante el procés independentista de 2017 y, precisamente, en el acuerdo del PSOE con Junts para la investidura se dice que "se abordarán los elementos esenciales de un plan para facilitar y promover el regreso a Catalunya [sic] de la sede social de las empresas que cambiaron su ubicación a otros territorios en los últimos años". Y una de las medidas sobre la mesa del nuevo Gobierno sigue estando la fiscalidad de las entidades bancarias, con presión de Sumar.

Otro nombre es el de José Manuel Campa, también exsecretario de Estado de Economía con Zapatero y hoy presidente de la Autoridad Bancaria Europea.

El contrapeso

Además, con la salida de Calviño del Gobierno Sánchez modifica el difícil equilibrio de poder en el Gobierno de coalición. Calviño siempre ha sido freno y contrapeso de la parte de Unidas Podemos (ahora Sumar) en el Gobierno de coalición, y de los socios más radicales del Gobierno.

Por ejemplo, en 2020, en el inicio de la pandemia se opuso a algunas medidas propuestas por lo que entonces era el equipo de Pablo Iglesias, incluida la declaración en marzo del estado de alarma, que Calviño quiso frenar.

Luego ha tenido encontronazos con Yolanda Díaz. Por ejemplo, sobre la ley de riders, la reforma laboral o, estos días, la reforma del subsidio de desempleo. 

En esas batallas no siempre Sánchez ha dado la razón a Calviño y, de hecho, en varias ocasiones ha ganado la líder de Sumar, pero el papel de la vicepresidenta ha sido importante en ese equilibrio inestable.

Por eso, es trascendente en el funcionamiento del Gobierno el perfil de sucesor por el que opte el presidente.

Calviño ha tenido el poder del control de los fondos europeos y cada semana lo ha ejercido con la presidencia de la comisión delegada de asuntos económicos. Ese foro le permite controlar toda la parte económica del Gobierno, mientras Félix Bolaños preside la comisión política, la de secretarios de Estado cada viernes.

Calviño, además, asiste a las reuniones de ministros de economía de la UE, vitales para el Gobierno y para la apuesta europea de Sánchez.