Pedro Sánchez ha presentado esta mañana su libro Tierra Firme (Península, 2023) en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Era lunes a la una del mediodía y allí se ha encerrado más de la mitad del Consejo de Ministros. "¡Están todos!", decía Jorge Javier Vázquez, que conducía el acto junto a la periodista Ángeles Caballero.
Pese a que las páginas escritas de la mano de Irene Lozano sólo alcanzan hasta la celebración de las últimas elecciones generales, la charla ha girado en torno a distintos asuntos de actualidad. Uno de ellos ha sido la entrevista concedida por Santiago Abascal al diario argentino Clarín, donde el líder de Vox comparaba a Sánchez con Mussolini y le auguraba el mismo futuro: morir "colgado por los pies" en la plaza pública.
"Las declaraciones de Abascal son de una extraordinaria gravedad. No es un lapsus. Esas palabras tienen que hacer reflexionar al jefe de la oposición", ha reiterado Sánchez. La reacción del Gobierno a las palabras del candidato de Vox está clara: pedir a Feijóo que medite sobre ellas y presionarle para que quiebre los pactos autonómicos y municipales.
El presidente del Ejecutivo, ante el asentimiento de sus compañeros de Consejo de Ministros, ha acusado a Feijóo de ser el artífice de "la entrada de la ultraderecha" en las instituciones españolas.
"El líder de Vox, que es el partido del odio, iba a ser vicepresidente del Gobierno de España", insistía Sánchez, vinculando de nuevo a Feijóo con Santiago Abascal. Acto seguido, ha introducido una nueva idea en el debate: no existe la polarización y si la hay... "es asimétrica".
"No se está rompiendo nada en España. Quiero denunciar una polarización asimétrica. Están los que insultan y los que somos insultados. Están los asediadores y los que somos asediados. Nosotros tratamos de confrontar ideas con respeto", ha dicho.
El presidente del Gobierno ha dedicado gran parte de su intervención a hablar del PP y de Vox. De hecho, ha justificado el adelanto electoral de esta manera: "Durante estos últimos cinco o seis años, la derecha política y mediática ha dibujado un país que no es real. Con las elecciones, quería hacer justicia a la labor del gobierno de coalición en la pandemia".
Sánchez, igual que hizo en campaña, se ha revictimizado: "Con eso del sanchismo, dibujan a una persona aferrada al poder, fría y sin escrúpulos. Subestiman al PSOE y su fortaleza. Estoy encantado de que lo hagan".
Mañana martes hay debate en el Congreso. Se tomará en consideración la Ley de Amnistía. El presidente ha declarado su "respeto" a quienes se manifiestan en contra de la norma, pero ha cargado contra el PP pidiendo una "condena" del cerco a Ferraz.
"En España nos gusta mucho discutir", ha asegurado el presidente. Después, imitando a los que están en contra de la amnistía, ha ironizado con aspavientos: "¡Es que es inconstitucional! ¡Es que lo va a frenar Europa!". En ese sentido, se ha mostrado tranquilo y confiado en que "las cosas las resolverán las instituciones cuando llegue el momento".