El Partido Popular ve a Vox envuelto en una dinámica "desesperada", porque "no encuentra su sitio" tras la pérdida de 600.000 votos en las generales del 23-J. En la dirección popular consideran que el vaticinio que hizo Santiago Abascal desde Argentina, "habrá un momento en que el pueblo español quiera colgar por los pies" a Sánchez, supone un "grave error" que tiene dos vertientes.
Por un lado, desde el punto de vista "ético", porque no es "aceptable" el paralelismo del presidente del Gobierno con Mussolini, que ahonda en un clima de crispación y violencia verbal; y, por otro, porque es una "torpeza política" que, con esta "salida de pata de banco", el presidente de Vox vuelva a "desviar el foco de lo importante", generando una polémica a las puertas de la toma en consideración de la Ley de Amnistía en el Congreso de los Diputados.
Además, en la cúpula popular razonan que Abascal, con sus últimos movimientos, se está "dando un tiro en el pie" ante los fieles de su parroquia. Primero, por un ataque desmedido al presidente del Gobierno. Pero también por cargar las tintas contra el principal partido de la oposición con distintos vaivenes, como pedir primero una estrategia coordinada para hacer frente a Sánchez y escenificar después una ruptura de las relaciones.
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"Está haciendo oposición a la oposición", critican en el PP, donde se muestran, sobre todo, indiferentes con Vox. De las palabras que pronunció Abascal al diario argentino Clarín y que han copado todo el protagonismo informativo en las últimas horas, en el PP reflexionan que "una parte importante del electorado de Vox es gente de ley y de orden", que no comulga con "groserías" de ningún tipo.
En Génova aseguran que, salvo los seguidores más exaltados de Vox, aquellos que acuden a la puerta de Ferraz y que siguen ciegamente a Abascal, diga lo que diga, la mayoría de sus votantes no comparte ahora las declaraciones incendiarias, ni actitudes "revolucionarias"; ni, tampoco, las burlas hacia el PP, como la de Ortega Smith a Almeida con su metáfora de los huevos y las gallinas.
Feijóo se desmarca
En Vox se ha instalado la teoría de que Pedro Sánchez es un dictador que está perpetrando un golpe de Estado a la nación. En el PP, nadie niega la legitimidad del presidente, aunque Feijóo propugna una oposición sin cuartel por cómo Sánchez ha conseguido amarrar el poder, a través de cesiones a los independentistas.
En ese sentido, fuentes populares aseguran que incluso el público más conservador "no quiere a un PP macarra", como creen que se está comportando el partido de Abascal en los últimos meses. Además, en la cúpula de Feijóo celebran que todo el partido, de forma unánime, haya decidido poner pie en pared contra la última sentencia del líder de Vox. "Haríamos mal si nos calláramos", agregan.
Este lunes, Feijóo se desmarcó de Abascal, dijo que su predicción sobre Sánchez va "en la misma línea" de "construir un muro en España, un muro de las dos Españas"; por tanto, remarcó: "No solamente son condenables, sino que no tenemos nada que ver con este tipo de pronunciamientos, los lamentamos profundamentes".
Acto seguido, Abascal disparó contra Feijóo en las redes sociales: "Contestan a las manipulaciones del gobierno y de sus meretrices mediáticas como si fueran realidades. Y piden perdón a la izquierda nada más empezar a hablar. Son los nostálgicos de la derechita cobarde. Mejor un muro frente al golpe que sentarse con los golpistas a negociar políticas, comisiones y sillones. La estafa al pueblo español; eso condenamos nosotros".
La secuencia completa, a ojos de los dirigentes del PP, evidencia que Vox está "desenfocado" dentro de la oposición. A la petición del PSOE de que Feijóo ordene la expulsión de Vox de los gobiernos autonómicos, en Génova recuerdan que si esos gobiernos se constituyeron es porque, en su momento, Sánchez se negó a negociar una propuesta para dejar gobernar a la lista más votada.