El PSOE teme que si ahora o en el futuro acepta las enmiendas para una ley de "amnistía integral" como la que propone Junts, la norma será rechazada por los tribunales europeos. Por eso sus diputados votaron este martes en el Congreso de los Diputados en contra de las pretensiones de la formación de Carles Puigdemont y, según aseguran fuentes socialistas, volverán a hacer lo mismo si llega el caso.
Junts presentó la semana pasada nuevas enmiendas a la ley para incluir en la amnistía todo el terrorismo y los delitos de alta traición, ya que consideran que si no se cubren esos aspectos, los jueces pueden encontrar "agujeros" en la norma y no aplicarla a Puigdemont y a algunos de sus colaboradores.
"No podemos hacer una ley que Europa luego nos va a tumbar", asegura una fuente socialista del PSC. "No podemos hacer una ley de estas características y meter unas enmiendas que luego van a provocar que la tumbe el Tribunal Constitucional", añade otra fuente de la dirección del PSOE.
Las investigaciones sobre la trama rusa del procés han generado alarma en Europa. También el hecho de que en España se puedan amnistiar delitos de terrorismo. Los socialistas temen que algún juez plantee una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Ello, de entrada, paralizaría la aplicación de la ley.
La propia Comisión Europea, que ya ha mostrado "serias preocupaciones" al respecto, también podría denunciar a España al TJUE. El comisario de Justicia, Didier Reynders, ha anunciado que estudiará la norma una vez sea aprobada.
Estos temores son los que llevaron al PSOE a votar en contra de las enmiendas de Junts y los independentistas catalanes. Estos, a su vez, decidieron votar en contra del texto de la norma, que ahora volverá a la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados. Porque el texto no decae y habrá que negociar las enmiendas de nuevo en un plazo de 15 días.
Los socialistas aseguran que su postura no va a cambiar porque son muchos los juristas consultados, y otros con los que han trabajado en la norma, que creen que de aceptar lo que pide Junts la ley acabaría siendo tumbada.
Por eso, esperan que sean los independentistas los que se acerquen a su postura, ya que, dicen, han dado varios pasos a favor de los independentistas, llegando a traspasar lo que consideraban "líneas rojas".
Esta posición la verbalizó, aunque no de forma taxativa, el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, tras acabar el Pleno del Congreso. "La Ley de Amnistía entró impecable, constitucional, y así saldrá. Lo vamos a hacer con la máxima seguridad jurídica", aseguró.
El ministro pidió a Junts que "reconsidere su posición" para seguir trabajando y que "sean conscientes de que es una ley muy positiva para la convivencia en Cataluña".
Entre las filas del PSOE aseguran no entender demasiado bien por qué Junts ha dejado que esta situación llegue tan lejos y hay quien cree que a los independentistas les da igual que la ley pueda ser tumbada en el futuro.
Los socialistas van a defender que se trata de una norma de la que podrían beneficiarse miles de personas y que Junts está decidiendo bloquearla por salvar a Carles Puigdemont, algo en lo que ERC también coincide.
Ambos partidos harán pinza para dibujar a Junts como un partido más centrado en salvar a Puigdemont que al resto de implicados en procesos judiciales.
Un revés para el PSOE
Que la Ley de Amnistía no saliera aprobada este martes en el Congreso ha afectado mucho al estado de ánimo dentro del PSOE. Una ministra del Gobierno respondía a la salida del Pleno con un tajante "sí" a la pregunta de si lo sucedido ha supuesto un varapalo para el Ejecutivo y no había más que ver el rictus con el que Pedro Sánchez y otros miembros del Gobierno abandonaban la Camara Baja.
La intención de los socialistas era salvar este martes el trámite, poder centrarse en las elecciones gallegas del próximo 18 de febrero y abordar de una vez los Presupuestos Generales del Estado. Ahora, tras la ruptura directa con Junts, hasta las cuentas están en el aire porque la coalición de gobierno no aúna mayorías suficientes.
"Estamos abriendo terrenos que no están explorados", reconoce un dirigente socialista. "Ahora hay que ver cómo respiran los Presupuestos", añade otro.
Una de las pocas bolsas de aire es que, según la Constitución, no se pueden convocar unas nuevas elecciones generales hasta que haya pasado un año de la anterior disolución de las Cortes, que tuvo lugar el pasado 29 de mayo.
"Hay discrepancias con Junts, pero hay tiempo. Se ha llegado a acuerdos más duros en menos tiempo, y tenemos 30 días hasta que se vuelva a votar", asegura otra fuente del partido. "Nosotros hemos dado los pasos que teníamos que dar, pero si no los dan ellos, los tendrán que explicar", añade.