Controlado el incendio que se originó en el Partido Popular en la noche del pasado sábado, por la confesión de que la dirección de Génova no vería con malos ojos un hipotético indulto a Carles Puigdemont si se dieran unas condiciones imposibles, este martes la número dos de ERC, Marta Rovira, ha intentado reavivar las llamas con estopa de su propia cosecha.
En una entrevista radiofónica, la dirigente independentista fugada de la justicia española, ha asegurado que tras las elecciones generales del 23-J el PP quiso negociar con su formación política un hipotético apoyo para la investidura de Feijóo.
Acto seguido, la dirección de los populares ha matizado, con mayúsculas, que el PP "nunca ha entablado negociaciones con ERC en el marco de la investidura. Nunca". El único acercamiento, han matizado desde Génova, fue un comentario "coloquial" del diputado Carlos Floriano a una colega republicana en el Congreso: "Deberíais dejar gobernar a la lista más votada". Sin más.
Después, ha sido el propio líder del partido, en un mitin en A Coruña, el que ha reaccionado a las palabras de Rovira: "No descartéis que mañana digan que he ofrecido el ministerio del interior a ERC y el Ministerio de Defensa al señor Otegi. No penséis que esto no es posible, llevamos una tras otra, una insidia, una calumnia y otra más".
Lo que empezó con una declaración espontánea de un miembro de la dirección nacional del partido sobre un hipotético plan de reconciliación para Cataluña que, en base a los requisitos que planteó era directamente inviable, ha ido degenerando en aguas de la izquierda; hasta el punto de que el Gobierno pide a Feijóo que aclare sus pactos con Junts, y ERC dice que el PP trató de cortejarla para que votase a favor de la investidura de Feijóo.
La tesis de Feijóo
La tesis del líder del PP es que todo lo que está sucediendo en las últimas horas obedece al nerviosismo de la izquierda por las inminentes elecciones en Galicia, en las que su candidato, Alfonso Rueda, parte como favorito en todos los sondeos. Y, por tanto, los adversarios, Vox incluido, han hecho de una piedra una montaña para revertir la tendencia que marca la demoscopia.
Para todo el PP, el fuego de los indultos quedó sofocado anoche, cuando Feijóo proclamó: "Yo no soy Pedro Sánchez. Yo no acepto la amnistía ni la aceptaré. No acepto los indultos ni los aceptaré". A partir de ahí, la intención de los populares es reenfocar la campaña gallega al carril que le corresponde: las cuestiones domésticas.
"Galicia se juega continuar con un modelo que ha sido un ejemplo de estabilidad y de buen gobierno no solamente en España, sino en las regiones europeas, o acabar con él. Acabar con él y emprender un camino a ninguna parte", ha apostillado hoy Feijóo durante el mitin que ha protagonizado a mediodía en la localidad coruñesa de Oroso.
Más allá de su reacción a la declaración de la número dos de ERC, Feijóo sólo se ha centrado en un asunto nacional: la embestida de unos narcotraficantes en aguas de Barbate que provocó la muerte de dos guardias civiles. Una polémica que afecta, directamente, al responsable de Interior del Gobierno: Fernando Grande-Marlaska.
Al respecto, el jefe de la oposición ha sido breve y conciso: "Tampoco hay que darle muchas vueltas, señor Marlaska, ¡dimita! Señor Sánchez, ¡pida perdón y césele!".
Feijóo ha expresado su "bochorno" por la respuesta que ha ofrecido el Gobierno a este suceso: "Es lamentable, no han pisado el lugar de los hechos, han prohibido a los guardias civiles vestir de uniforme en los homenajes". Además, ha censurado que el PSOE ha tenido "la indignidad de negarse a participar en los minutos de silencio por los asesinatos de los agentes de la guardia civil".