El 'caso Koldo' ha provocado un auténtico terremoto en España a todos los niveles. La compleja situación que atraviesa el exministro en los últimos días ha desembocado en una situación casi insostenible para el Gobierno. Desde el Ejecutivo de Pedro Sánchez se presiona para intentar conseguir una dimisión que no llega, ya que Ábalos ya ha tomado la decisión de continuar en su cargo.
Tal y como ha confirmado EL ESPAÑOL, el todavía diputado socialista parece haber tomado una decisión en firme que ha sorprendido a casi todos dentro de su bancada: no renunciará a su acta de diputado y se irá al Grupo Mixto. Sin embargo, la polémica que ha salpicado al exministro de Fomento y de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, amenaza con arruinar definitivamente su carrera, y todo por sus sospechosas relaciones con su asesor, Koldo García Izaguirre.
Estas oscuras relaciones y los negocios fraudulentos de su antiguo número dos durante la pandemia han provocado un auténtico seísmo en el entorno de Ábalos y del propio Partido Socialista. Sin embargo, no es la primera vez que el político valenciano se encuentra en una situación controvertida. Ya en el año 2020 fue acusado de participar en una vulneración de una prohibición de la Unión Europea que generó un enorme revuelo a su alrededor y al del Gobierno.
Así fue la otra gran polémica de Ábalos
Corría el mes de enero del año 2020. José Luis Ábalos, casi igual que ahora, fue protagonista de una agria polémica que puso en vilo su permanencia en la vida política. El por aquel entonces ministro de Fomento de Pedro Sánchez acudió de madrugada al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas para un curioso encuentro que, horas después, fue contado a través de varias versiones diferentes.
El exministro estaba esperando un avión que llegaba desde Venezuela, concretamente desde Caracas, y en el que viajaba la vicepresidenta de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez. Sin embargo, la versión del entorno de Ábalos en aquel momento fue que en realidad el político español tenía previsto reunirse con Félix Plasencia, ministro de Turismo de la dictadura venezolana, y que su encuentro con Rodríguez había sido fruto de una casualidad, ya que ella hacía escala en Madrid en un viaje con destino Turquía.
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Desde el PSOE explicaron también que, aunque hubo una conversación entre ambos, no fue en tono formal, si no fruto de esa aparición fortuita. De hecho, afirmaron que Delcy ni siquiera llegó a bajarse del avión, por lo que el intercambio entre ambos se habría producido a bordo de la aeronave.
Sin embargo, lo grave de este asunto, incluso por encima de haberse reunido con la número dos de Maduro, brazo ejecutor de la dictadura chavista en Venezuela, es que Delcy Rodríguez tenía prohibido entrar en España, ya que sobre ella pesaban sanciones impuestas por la Unión Europea que le impedían poner un pie en el 'Viejo Continente'. Una sanción que fue impuesta por la vulneración de los derechos humanos y que también implicaba la congelación de sus bienes en cualquiera de los 28 estados miembros de la UE.
Además, esta situación dejó también otro suceso que provocó un cierto enfrentamiento interno en el PSOE. Josep Borrell, compañero de Gobierno de Ábalos en aquel momento y ministro de Exteriores por aquel entonces, fue quien solicitó esas medidas a la Unión Europea tras conocer el informe de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos. Así pues, el también comisario europeo de Exteriores tuvo que ver como uno de sus compañeros de ejecutiva mantenía una polémica reunión con una de las personas a las que él había perseguido a través de las normativas de la propia UE.
Horas después de aquel escándalo, Ábalos mantuvo una reunión con Félix Plasencia, quien después continuó junto a Delcy Rodríguez su ruta hacia Turquía como ambos tenían previsto. Sin embargo, aquel encuentro se mantuvo en un absoluto secreto institucional y solo fue reconocido de manera oficiosa.
Aquella polémica puso de nuevo contra las cuerdas a un José Luis Ábalos que sufrió tanto presiones internas como presiones externas, estas últimas llegadas sobre todo desde el descontento manifestado por el PP y por Ciudadanos. Las dos formaciones políticas exigieron explicaciones al por aquel entonces ministro de Fomento.
Uno de los más duros en sus críticas fue Pablo Casado, quien expresó lo siguiente: "Sánchez debe explicar si su ministro de Fomento se reunió con la vicepresidenta de Maduro cuando tiene prohibido pisar suelo europeo por su participación en la represión y corrupción de la dictadura venezolana. Si se confirma denunciaremos esta vulneración de las normas de la UE". Ahora, Ábalos vuelve a estar contra las cuerdas, aunque de momento se agarra a su condición de diputado.