Como era de esperar, Óscar Puente se defendió atacando. Y el Congreso de los Diputados volvió a ser este miércoles una guerra de partidos. Una batalla del y tú más. Principalmente, entre PP y PSOE.
En esta ocasión, el motivo fue el caso Koldo, la investigación judicial por la que fue detenido Koldo García, exasesor de José Luis Ábalos, por el supuesto cobro de comisiones ilegales en contratos públicos adjudicados durante lo peor de la Covid-19.
Le tocó dar explicaciones a Puente, el actual titular del ministerio que encabezó Ábalos hasta 2021. El antiguo departamento de Fomento, llamado hoy Transportes.
Y durante casi 180 minutos, el vallisoletano defendió la respuesta de su partido, el PSOE, al escándalo. "No somos iguales", retó, una y otra vez al PP, al que le recordó sus antiguos casos de corrupción.
Puente barrió para casa y enumeró la auditoría interna que ha encargado en su ministerio o el reciente cese de un alto cargo del mismo, Álvaro Sánchez Manzanares, el secretario general de Puertos del Estado que tramitó los contratos con la trama Koldo.
"Una cosa es que un grupo de personas haya podido tener un comportamiento ilícito y lucrarse de forma indigna (...) y otra bien distinta es que dicho comportamiento haya sido consentido o conocido por ninguna de las personas que ostentan responsabilidad en el ministerio que dirijo", defendía desde la tribuna de oradores del Hemiciclo, desde la que se proclamaba contrario a "abrir una causa general dentro de Transportes, donde no hay ninguna persona que esté siendo siquiera investigada".
"No podemos permitir que se extienda la imagen de los primeros y se tape el buen hacer de los segundos", recalcaba. "No puedo responder por el nombramiento de Koldo [García] ni me corresponde, como ministro, exigirle ninguna responsabilidad, porque ya no presta servicios en mi departamento", añadía.
"¿Están ya borrando e-mails?", le preguntó al ministro la portavoz del PP, Ester Muñoz de la Iglesia, en una dura y tajante intervención muy aplaudida por los suyos, en la que definió a Transportes como "el cortijo del conseguidor" Koldo García.
En respuesta, quien hoy encabeza el ministerio ha recordado que el PSOE le exigió —con nulo éxito— el acta de diputado a Ábalos, que fue quien sí encumbró a Koldo, al que designó asesor, escolta, consejero de Puertos del Estado, de Renfe Mercancías SA y, en definitiva, su hombre para todo. Solo y sin nadie al lado —como él mismo se quejó—, el exministro, otrora número tres en el organigrama del Partido Socialista, forma parte del Grupo Mixto.
El novio de Ayuso
Además de ensalzar sus propias decisiones, la gran arma de Puente contra el PP ha sido la denuncia de la Fiscalía contra Alberto González Amador, novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El Ministerio Público le atribuye dos delitos de fraude fiscal y uno de falsedad documental.
"Y esto no es un rumor, no es un 'no sé quién se reunió con no sé quién en no sé dónde', no son cotilleos, chismes...", ha comparado el ministro, en alusión a las habituales comidas que recoge el sumario del caso Koldo del exasesor de Ábalos con empresarios y altos cargos de Transportes en la marisquería La Chalana. "Ahora se sospecha de todos: del que cenó, del que no cenó, del que se tomó un gin-tonic y del que se tomó una caña...", criticaba.
De hecho, de tanto comparar un caso y otro —para dejar claro que, a su juicio, nada tienen que ver—, el ministro ha cometido dos lapsus linguae: "la pareja del señor Koldo" y "la pareja del señor Ayuso".
"Hemos actuado como se debía hacer: con una comisión de investigación, con una auditoría interna en mi ministerio, hay un procedimiento judicial en marcha, la exigencia del escaño a un alto responsable del PSOE...", ha enumerado Puente.
Molesto, ha recriminado a los portavoces de otros partidos —algunos, socios del Gobierno— su "equidistancia". Junts, Podemos, ERC o Sumar, por ejemplo, han criticado tanto el caso Koldo como la actuación del novio de Ayuso, cuyo abogado ofreció que Amador reconociera los dos delitos fiscales para alcanzar un pacto con la Fiscalía.
"Koldo se llenó los bolsillos como la pareja de Ayuso, aprovechando la pandemia y gracias a los contactos en el ministerio que usted dirige. Koldo es un sinvergüenza —llamemos a las cosas por su nombre— y todo aquel que haya favorecido su negocio también lo es", replicó, tajante, Javier Sánchez Serna (Podemos), el mismo que ha acusado a la lideresa madrileña de "apretar el gatillo" contra los ancianos durante la pandemia.
Tirando de hemeroteca, un diputado de Esquerra, por su parte, recordó el caso Naseiro y los tejemanejes de Juan Guerra, hermano de Alfonso Guerra.
"La equidistancia hace el juego al PP y a Vox", reprochó Puente. "Mi partido no tiene nada que ver con el PP", matizó. "No todos somos iguales. Los equidistantes no van a colocar al Partido Socialista en el lugar del Partido Popular, que es fuera de las reglas de la democracia, porque no respetan los resultados... No...", comparó, de nuevo, el ministro.
"Es un caso de corrupción que nos avergüenza y abochorna", retomó. "Y yo cesaré a alguien si tengo la convicción de que ha hecho algo que merezca ese cese", replicó el ministro al PP y minutos antes de llamar "fascista" a la portavoz de Vox.
"Seré implacable con la corrupción", proclamó Puente, antes de anunciar "medidas precisas para evitar en el futuro situaciones de esta naturaleza".
Hasta el último minuto de esas casi tres horas, Puente se defendió atacando. Tras las innumerables críticas a su tuit en el que llamaba a González Amador "testaferro con derecho a roce" de Ayuso, el ministro ha enumerado una larga retahíla de frases de dirigentes del PP —en algunos casos, se retrotrajo a Álvarez-Cascos o Fraga— para recriminar a los conservadores "su verdadero machismo".
Los roces entre Puente y la bancada del PP no acabaron ahí. Fueron constantes durante toda la sesión. Pasado el mediodía, al inicio de su intervención, un diputado del Partido Popular gritó al vallisoletano: "¡Vaya ministro!". "Vaya ministro, sí... No como Zaplana, mañana en el banquillo", ironizó él. "Este ministro tiene la dignidad que a ustedes les falta...", zanjó la bronca.