La campaña electoral para las elecciones del 21-A vivió este jueves su pistoletazo de salida con reproches cruzados entre los dos grandes partidos nacionales. En unos comicios en los que PNV y Bildu se juegan la victoria y la supremacía del nacionalismo en el País Vasco, PP y PSOE mantienen su pulso por seguir desgastando al adversario.
La secretaria general de los populares, Cuca Gamarra, acusó a los socialistas de "rescatar" a Bildu del ostracismo y dibujó el suyo como el único partido constitucionalista en la contienda electoral.
Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, decidió atacar al PP por las acciones que el PP y Vox están llevando a cabo contra la Ley de Memoria Democrática en Aragón, Comunidad Valenciana y Castilla y León y dijo que "están negando los valores de la democracia".
Las dos coincidieron en Bilbao en el día de la pegada de carteles, y con sus declaraciones esbozaron parte de las líneas que seguirán durante la campaña: el PP atacará al PSOE por su proximidad a Bildu en el Congreso y "blanquearlo" y los socialistas explotarán la alianza de la formación de Alberto Núñez Feijóo con Vox.
Gamarra, en un acto junto al candidato, Javier de Andrés, acusó al PSOE de "entregar la piel de cordero" a Bildu para blanquear su presencia en las instituciones.
Según dijo, los dirigentes del PSOE "aparecen disfrazados de moderados a dos semanas de las elecciones, pero ya les tenemos calados". "Son los que han desalojado a UPN de la Alcaldía de Pamplona para que gobierne Bildu y han blanqueado a Bildu en las instituciones durante los últimos 5 años", añadió.
Cuca Gamarra aseguró que el PP es "la columna vertebral del constitucionalismo, el único partido constitucionalista que va a entrar en el nuevo Parlamento vasco".
Porque PNV, Bildu y PSE, añadió, son "tres marcas intercambiables de un mismo proyecto político, que hace que las cosas no cambien" en País Vasco: no ofrecen soluciones para los problemas cotidianos de los ciudadanos porque solo están interesados en mantenerse en el poder, con sus pactos y favores mutuos.
Gamarra añadió que, en estos comicios, la papeleta del PP es "el voto de los valientes, de los que no se resignan". Frente al "nacionalismo asfixiante" y las obsesiones "identitarias" de PNV y Bildu, sólo el PP se preocupa por mejorar los problemas de la sanidad, la vivienda y la economía, indicó.
A su lado, Javier de Andrés pidió a los vascos que "no voten a los partidos que han cruzado sus propias líneas rojas" porque "lo volverán a hacer", dijo en alusión al PSOE.
El PSOE sobre la Memoria
En el otro lado de la balanza, María Jesús Montero atacó al PP después de que Aragón haya decidido derogar la Ley de Memoria Democrática y después de que la Comunidad Valenciana y Castilla y León estén impulsando Leyes de Concordia contrarias a la norma del Ejecutivo de Pedro Sánchez.
En el PSOE sienten que la acción de los gobiernos autonómicos del PP y Vox contra la Memoria Democrática les permite plantear este intenso ciclo electoral en unos términos muy similares a los del 23-J.
En la campaña de las generales, PP y Vox empezaron a conformar sus gobiernos de coalición y eso sirvió a los socialistas para presentarse como una suerte de dique frente "a la derecha y la ultraderecha". Ese marco, además, funcionó en la última semana de la campaña y permitió movilizar a los suyos.
Ahora, en el PSOE creen que la oportunidad es similar. Montero aseguró en Bilbao que el PP y Vox "están negando las leyes de la memoria y, con ello, están negando los valores de la democracia".
Montero habló de las personas "que murieron por sus ideas" y dijo que era importante "reivindicar su memoria, que repara, purifica y da coherencia a la sociedad". "Hay que hacerlo, porque se trata de reivindicar los valores democráticos", añadió.
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La vicepresidenta primera también aseguró que el Gobierno de España va a poner "recursos a esas derogaciones de las leyes", refiriéndose a la ofensiva que el Ejecutivo ha lanzado contra las acciones de los gobiernos de Aragón, Comunidad Valenciana y Castilla y León.
El Gobierno anunció este jueves que promoverá un debate sobre estas normas en el pleno del Parlamento Europeo y que se pondrá en contacto con el Consejo de Europa para denunciar la "posible violación de varias disposiciones del Convenio de Derechos Humanos".
Desde el Ejecutivo también recurrirán al relator especial de la ONU sobre Verdad, Justicia y Reparación y al relator de Ejecuciones Extrajudiciales para que se pronuncien sobre las acciones de los gobiernos autonómicos del PP y Vox.
Este anuncio llegó una hora antes de que Pedro Sánchez se presentara, por sorpresa y sin que figurase en su agenda, en el Valle de los Caídos para conocer los trabajos de exhumación de 160 víctimas de la Guerra Civil y cuyos restos están siendo reclamados por sus familias. Esa ha sido la primera parada del presidente del Gobierno tras su visita a Oriente Próximo.
Además, en un acto por la tarde en Madrid, el presidente del Gobierno acusó al PP y Vox de tratar de reescribir la historia y "embellecer" la dictadura franquista valiéndose de una memoria "mutilada" y "mancillando" la palabra concordia.
Del lado nacionalista, el candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, apeló a la necesidad de regenerar la política en el País Vasco, para "acabar con el statu quo que ha estado vigente y en vigor durante tantos años en los tres territorios". Aseguró que "hoy EH Bildu ya es percibida como una fuerza de Gobierno", lo que ya es "un cambio en sí mismo".
Por su parte, los líderes del PNV abogaron en un acto en Vitoria por la estabilidad. Su candidato, Imanol Pradales, afirmó que en el País Vasco se vive bien, pero recordó que "todo lo construido puede agrietarse", de ahí la importancia de optar por la "experiencia, estabilidad, confianza y certidumbre" que ofrece su partido.