El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se vuelca estos días en su ofensiva diplomática para convertirse en actor principal en la resolución del conflicto de Oriente Medio y en el reconocimiento de Palestina como Estado.
El equipo de Sánchez explica que esa labor exterior es uno de los principales activos del presidente y, sobre todo, es en lo que se siente más cómodo. Y al mismo tiempo, salta a la vista que la estrategia de Moncloa es impulsar esa imagen de Estado de Sánchez para contraponerla con la bisoñez de Alberto Núñez Feijóo en asuntos de política exterior.
De hecho, en el debate del miércoles en el Congreso, centrado en gran medida en asuntos de política exterior por primera vez desde hace mucho tiempo, Sánchez se esforzó en tratar con displicencia a Feijóo y en cuestionar sus conocimientos sobre geoestrategia.
El presidente del Gobierno insistió en presentar al líder del PP como supeditado a las posiciones duras de José María Aznar, quien recientemente se burló de la decisión de reconocer a Palestina y dio un apoyo cerrado a la actuación del Gobierno israelí.
"Dice que lo hagan antes otros países de peso. ¿Esa es su propuesta para la política exterior de España? ¿Que lo hagan otros? Usted no tiene autonomía política porque el que decide es el señor Aznar. Usted baja la cabeza y asiente ante lo que dice", le espetó Sánchez a Feijóo en la réplica el miércoles en el Congreso.
Fuentes del PP explican que la posición defendida por Feijóo en el debate, que consiste en apoyar el reconocimiento de Palestina, pero de forma más pausada y acompañada de otros Estados europeos, parte de las aportaciones de su equipo de asesores de Exteriores, formado por ex altos cargos de gobiernos del PP, especialmente, de la etapa de Mariano Rajoy.
Ese equipo fue anunciado antes de las elecciones generales de julio y recientemente se ha incorporado el diplomático Ildefonso Castro, que fue secretario de Estado desde enero de 2017 hasta junio de 2018. Es decir, hasta que Rajoy perdió la moción de censura y tuvo que abandonar la Moncloa. Con Rajoy, fue antes director del Departamento de Asuntos Internacionales del Gabinete de la Presidencia.
Castro, amigo de Feijóo, fue luego embajador de España en Irlanda y recientemente se afilió al PP y se incorporó al equipo más cercano de Feijóo. De hecho, fuentes no oficiales del PP aseguran que su nombre estaba en la cabeza del líder de los populares para ser ministro de Asuntos Exteriores si hubiera podido gobernar, como esperaba, tras las elecciones generales.
En ese equipo participan también Juan Pablo García-Berdoy y Ramón Gil-Casares. El primero fue embajador de España ante la Unión Europea entre 2016 y 2021, es decir, durante parte del Gobierno de Pedro Sánchez, y antes embajador en Alemania entre 2012 y 2016, entre otros destinos.
Gil-Casares fue el principal asesor de José María Aznar sobre política Exterior en la Moncloa y luego fue nombrado secretario de Estado de Asuntos Exteriores. Rajoy le nombró embajador de España en Estados Unidos.
Este diplomático fue el principal ideólogo, asesor y defensor de la política de Aznar sobre Irak y defendió públicamente entonces la tesis de las "armas de destrucción masiva" que sirvió para justificar la invasión de ese país y que luego se demostró falsa.
Los "dos Estados"
Este grupo prepara habitualmente informes para Feijóo, que se complementan con informaciones que recibe habitualmente de embajadores y diplomáticos. Tiene un papel destacado Esteban González Pons como exeurodiputado en las últimas legislaturas y que, previsiblemente, repetirá en las listas de junio para las europeas.
Todos esos diplomáticos que asesoran a Feijóo compartieron en sus cargos la posición tradicional de España de defender la tesis de "los dos Estados", es decir, del reconocimiento de Palestina como Estado.
Estaban en gobiernos de Aznar cuando el expresidente hablaba con Yassir Arafat y cuando en la etapa de Rajoy el Congreso aprobó una resolución unánime para el reconocimiento de Palestina. Obviamente, lo que no hicieron fue cumplirlo y llevarlo a la práctica.
Lo que sí hicieron hace menos de un año es incorporar esta posición en el programa electoral con el que Feijóo se presentó a las elecciones generales. "Debemos trabajar para la resolución de conflictos, especialmente el israelo-palestino, por medio de la solución de dos Estados", dice ese programa.
Feijóo expresó el miércoles en su respuesta a Sánchez sus dudas sobre la oportunidad de abordar ahora el reconocimiento de Palestina, en pleno conflicto bélico. De hecho, hizo preguntas como si ese Estado debe tener ejército o cuáles serían sus fronteras.
Fuentes del PP explican que la solución de los dos Estados se hubiera podido impulsar más fácilmente cuando era más fuerte la Autoridad Nacional Palestina. Ahora, es Hamás quien domina casi totalmente Gaza, tras haber suspendido las elecciones desde hace años, y en su ideario patrocinado por Irán está la destrucción de Israel y, por tanto, no permite la existencia de dos Estados, sino de uno sólo islámico.
La ofensiva terrorista de Hamás del pasado mes de octubre tiene que ver precisamente con la intención de países árabes como Arabia Saudí de reconocer a Israel, en contra de Irán.
Por eso, los populares entienden que antes de proceder al reconocimiento, es necesario estabilizar la zona y lograr un acuerdo entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina, al margen de Hamás, que hoy parece muy difícil.
Por contra, la posición del Gobierno consiste en considerar que el reconocimiento inmediato puede ayudar a poner fin a la guerra.