Uno de los principales retos que se ha fijado la dirección del Partido Popular para las elecciones en el País Vasco es arrebatar a Vox el único escaño que tiene. Según consideran en Génova, de esta forma darían un paso importante a la hora de consagrarse como la única fuerza política con posibilidades de echar del poder a Pedro Sánchez

Hay heridas que tardan en suturar. Y Alberto Núñez Feijóo todavía respira por aquella que se le abrió en la noche del 23-J, cuando cuatro escaños le impidieron hacer las maletas para trasladarse al palacio de la Moncloa. A toro pasado, su entorno considera que aquel gatillazo se debió, entre otras cosas, a la fragmentación del voto de centro-derecha. 

Desde entonces, el líder del Partido Popular trabaja para propiciar una nueva reunificación del electorado en toda España, como aquella que en su día consiguió José María Aznar, que concitó en unas mismas siglas el apoyo de todo lo que estaba a la izquierda del PSOE. Así ganó en el año 2000 con una mayoría absoluta incontestable. 

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Para la consecución de ese hito, tres décadas más tarde, los comicios vascos del próximo 21-A son una parada importante. Si los populares consiguen arrebatar a Vox el único escaño que tiene en el parlamento regional, "podría marcar un punto de inflexión", según indican fuentes de la cúpula. 

Primero, porque sería la segunda comunidad consecutiva en la que el partido de Santiago Abascal se queda sin representación. En febrero, sucedió en Galicia, donde Alfonso Rueda triunfó con 40 escaños, dos por encima de la absoluta. Y, segundo, porque proyectaría al PP como el "único partido capaz de plantarle cara al sanchismo y sus socios". Una vitola que Feijóo quiere poner a su formación. 

En el entorno del presidente popular aseguran que, para ensanchar la base electoral por la derecha, una parte importante de la estrategia pasa por identificar al PP como la única opción que tiene en su mano "echar a Pedro Sánchez". Para ello, es necesario arrebatar a Vox el escaño en el Parlamento vasco y, después, sacarle una amplia ventaja en las elecciones catalanas. 

Con los últimos sondeos, todo apunta a que el PP será la única fuerza no nacionalista de centro-derecha que logre representación en el País Vasco. La expectativa de la formación verde de preservar su escaño pasa por Álava, circunscripción en la que históricamente los populares han cosechado buenos resultados. En su capital, Vitoria, antaño gobernaron Alfonso Alonso y Javier Maroto

El escaño en Álava

Fuentes del PP vasco explican a EL ESPAÑOL que las posibilidades de sacar un buen resultado por la circunscripción alavesa son elevadas: "Quedaremos terceros, por detrás de PNV y Bildu, estamos seguramente en cuatro diputados, peleando por el quinto". Ese quinto, sería el de Vox. 

El País Vasco es una de las regiones más hostiles para los populares. Esta vez, con un liderazgo renovado, el de Javier de Andrés, las perspectivas son más halagüeñas, pero en Génova son conscientes de que todavía no están en condiciones de ser una fuerza decisiva, que es el siguiente objetivo: influir en la política vasca. Por lo que la meta esta vez es arrebatar a Vox su escaño. 

La gesta de incrementar los resultados en las vascas y recibir buena parte de las papeletas que hace cuatro años fueron a parar a orillas del partido de Abascal, aseguran en el entorno de Feijóo, podría tener un efecto inmediato en la siguiente parada electoral: Cataluña. 

El único parlamento autonómico en el que Vox se mantiene todavía por delante del PP es el catalán. En 2021, Alejandro Fernández estuvo a punto de quedarse sin representación. Finalmente, consiguió tres escaños. Por su parte, Ignacio Garriga logró armar un grupo de once representantes. 

Y después, Cataluña

Ahora, las tornas han cambiado. El PP, tal y como apunta la demoscopia, está en condiciones de quintuplicar sus resultados. La meta la fijó el CEO catalán hace unos meses, cuando presagió hasta 18 diputados en la horquilla alta. Lo cierto es que las dos formaciones pugnan por el espectro constitucionalista. 

Pero en las filas populares insisten con que la desaparición de Vox en el País Vasco sería clave para obtener un buen resultado en Cataluña y, posteriormente, en las elecciones europeas. 

La intención de Feijóo con esta última cita es convertirla en un plebiscito sobre la figura de Pedro Sánchez y sus pactos de investidura. Será la primera consulta de ámbito nacional en la que los españoles se pronunciarán sobre cuestiones tan polémicas como la ley de amnistía, que para entonces, además, ya estará aprobada. 

"Si Vox desaparece en el País Vasco y en Cataluña les sacamos mucha ventaja, en las elecciones europeas podremos capitalizar todo el voto de castigo hacia Sánchez", explica uno de los principales dirigentes del PP a este periódico.