Bildu se acerca al 21-A con leve ventaja sobre el PNV pero la mayoría prefiere a Pradales de lehendakari

En especial porque el candidato de los peneuvistas, Imanol Pradales, es el favorito de los vascos para convertirse en lehendakari por encima de Pello Otxandiano, el aspirante de Bildu. Con las cuentas tan apretadas a una semana de las elecciones, la mínima diferencia puede decantar la balanza en una u otra dirección. 

Así lo revela el último barómetro de SocioMétrica para EL ESPAÑOL, que apunta a un resultado histórico para EH Bildu. La coalición liderada por Arnaldo Otegi subiría más de siete puntos de intención de voto (de 27,6% a 34,8%) y hasta siete escaños (de 22 a 29, como máximo) con respecto a las elecciones de 2020; todo a costa de la caída del PNV.

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La situación de ambos partidos es similar, en completa reconstrucción y con candidatos totalmente desconocidos para el electorado. Sin embargo, el desconocimiento debilita al PNV a la vez que da alas a la izquierda abertzale, que centra su campaña en el discurso de ámbito social, orillando sus pretensiones independentistas. Maddalen Iriarte, candidata en las dos anteriores citas, era un rostro demasiado conocido. 

La coalición abertzale formada por Sortu, EA, Alternatiba y Aralar es la formación que más voto retiene con respecto a los comicios de 2020, con casi un 86% de electores fieles, y la que más roba de otros partidos: un 23,4% de los antiguos votantes de Podemos y un 9,4% de los del PNV. 

El partido de Íñigo Urkullu, en cambio, se encuentra en un momento de transición algo más complicado. La renovación que a Bildu le sienta tan bien para alejarse de su pasado, le pasa más factura al PNV, fatigado por tres legislaturas seguidas al frente de la Lehendakaritza y alejado del voto joven. 

Según los datos de SocioMétrica, Bildu ganaría las elecciones pero todavía habría una ventana para que el PNV gobernase. Cualquiera de los dos necesitaría, sí o sí, al PSOE de Eneko Andueza, otro candidato nobel, que mantendría el mismo porcentaje de voto que el que sacó Idoia Mendia (13,5%) en 2020. Dependiendo del reparto de un puñado de votos, esto supondría 10 u 11 escaños. 

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Lo cierto es que ese escaño en juego puede ser crucial para lograr un nuevo Gobierno de coalición con el PNV: la mayoría absoluta está en 38 escaños. Si tanto jeltzales como socialistas se quedan en la parte baja de sus horquillas, podrían salir de las urnas con 37 parlamentarios. Por su parte, el PP podría subir hasta los 6-7 escaños tras absorber buena parte del voto de Ciudadanos.

Esto arrojaría un futuro muy incierto. Entre otras cosas, porque el PSOE ha basado su campaña en desvincularse de Bildu —"sabemos de dónde vienen, y no es para sentirse orgullosos", deslizó Patxi López la semana pasada— y ha garantizado que en ningún caso pactará con la formación de Otegi. Sumar, en cambio, ha hecho todo lo contrario.

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La coalición liderada por Yolanda Díaz tiene como candidata a Alba García, una desconocida activista que fue de número 3 de Podemos en las últimas elecciones al Ayuntamiento de Bilbao. A la falta de presencia mediática de su candidata se añade una desafección general por el proyecto, fracasado en Galicia, y los votos perdidos en Podemos, formación que todavía tiene cierto predicamento en el País Vasco (aunque se quedaría sin escaño).

De hecho, la vicepresidenta segunda ha pedido el voto para su formación diciendo que es la única "garantía" de derribar al gobierno PSOE-PNV, un proyecto que considera "agotado [y] sin imaginación política". Siguiendo los datos de SocioMétrica, Sumar podría entrar en el Parlamento Vasco con hasta tres escaños si supera el 3% de los votos totales en cada territorio. Si no, se quedaría fuera. 

Esto se debe a que Sumar tiene un voto muy lineal en las tres provincias, con más o menos el mismo porcentaje, y a que la ley electoral vasca sitúa en un 3% el umbral de votos válidos para tener representación en cada territorio, a falta de organizar el reparto por la Ley D'Hondt. SocioMétrica da a Sumar una horquilla de 0 a 3 escaños, uno por provincia, precisamente por este motivo, convirtiéndolo en la gran incógnita dentro de los partidos minoritarios.

En cambio, todo lo contrario le ocurriría a Vox, cuya bolsa de electores se encuentra únicamente en Álava. La formación de extrema derecha corre el riesgo de perder a su única representante en el Parlamento Vasco, pero si consigue retenerlo lo hará sólo por esa provincia.