Pedro Sánchez lo ha vuelto a hacer. Un tuit, una carta, un amago de dimisión y toda la política española pende de los cinco días que ha decidido tomarse para reflexionar sobre su continuidad en el cargo. El último golpe de efecto del presidente del Gobierno, por lo pronto, despierta recelos en las filas del Partido Popular, donde no dudan en apuntar a una "Operación Mártir" que quedará en agua de borrajas.
Todos los dirigentes del principal partido de España consultados por EL ESPAÑOL coinciden en concluir que Sánchez no abandonará la Moncloa. Ni tan siquiera dan credibilidad a que esté meditando su continuidad en el cargo.
Más bien, aseguran que todo obedece a una estrategia de victimización para eludir cualquier tipo de responsabilidad en el posible conflicto de intereses al que podría haber incurrido por las actividades de su mujer.
En este contexto enmarcan las palabras de esta mañana en la sesión de control, cuando Sánchez dijo: "A pesar de las informaciones que hemos conocido hoy, sigo creyendo en la justicia de mi país", en referencia a la investigación que un juez ha abierto sobre Begoña Gómez por un posible delito de tráfico de influencias.
No obstante, desde el comité de dirección del PP hay quienes consideran que "tiene que haber algo muy gordo" para que Sánchez recurra a esta baza insólita en la historia de España. Una "cortina de humo" a efectos de buena parte de los mandos de la formación conservadora.
Desde que Sánchez ha detonado la explosión, en los mentideros populares no han dejado de intercambiar distintas impresiones, algunas con matices, pero todas alcanzando un mismo punto de consenso: no habrá dimisión, ni nueva sesión de investidura, ni tan siquiera elecciones generales.
De forma oficial, el PP ha remitido a todos los medios unas fuentes en las que señalan: "Creemos que, en lugar de desaparecer cinco días, el presidente debe aparecer de manera urgente para dar una explicación razonada de los escándalos que rodean a su partido, a su Gobierno y a su pareja".
"Lamentamos que el silencio y no la transparencia sean el camino escogido por Pedro Sánchez, sobre todo teniendo en cuenta los estándares de ejemplaridad que les quiso aplicar a personas en supuestos mucho más dignos que los suyos", añade la formación de Feijóo.
Desde el PP, inciden en que "el problema de Sánchez no es una u otra querella, sino las diligencias abiertas por instancias judiciales. Su problema no es político, es fundamentalmente judicial". Por lo que en Génova denuncian que el presidente "apueste por la victimización y la lástima en lugar de por la rendición de cuentas y la claridad".