"Ninguna sorpresa, pero mucha vergüenza ajena". Con estas palabras, poco después de finalizar la declaración de Pedro Sánchez, se dirigía a EL ESPAÑOL uno de los principales mandos del Partido Popular. La quiniela de Alberto Núñez Feijóo, desde el primer momento, ha sido la misma: que se queda.
Por eso, el líder de la oposición, en una comparecencia institucional desde la sede de Génova 13 (con preguntas) y tras mantener una larga reunión con su comité de dirección, ha acusado al presidente del Gobierno de hacer "el ridículo", utilizar "su intimidad" y montar una "película" en la que incluso ha puesto al Rey de "actor secundario". Todo para "ganar tiempo" y ser "más presidente a costa de menos democracia".
Feijóo ha alertado de que la breve alocución de Sánchez, a través de un plasma en la Moncloa, ha sido "el discurso más peligroso de todos los que ha entonado" hasta la fecha. Porque de sus palabras se desprenden varias conclusiones: que "no acepta la discrepancia" y que "quiere un país a su medida y a su servicio, ciudadano a ciudadano; institución a institución".
El presidente popular ha compartido su tesis sobre la carta abierta a la ciudadanía, la reflexión de cinco días, las movilizaciones y el anuncio final. Para él, todo ha formado parte de una "estrategia electoral" o "judicial", motivada por el "miedo", con la que Sánchez "ha cohesionado a los suyos a costa de dividir" España.
La única salida al entuerto generado por el presidente en estos días con el amago de renuncia, a ojos de Feijó, pasa por "un nuevo gobierno democrático" con alguien que "esté a su altura". Y no por un "cambio de régimen" como el que Sánchez, ha atemorizado, "pretende colar por detrás de toda esta obra de teatro".
Tras definir al jefe del Ejecutivo como alguien que "no puede soportar nada que no sea que le den la razón", Feijóo ha sostenido que la trayectoria de su rival se supedita a "su soberbia" y a la necesidad de que "le aclamen". En definitiva: "Representa a la España del pasado, la de liderazgos que no admiten réplica".
Justo lo contrario, ha apostillado, de una "nación que los españoles han construido" desde la Transición que en nada se parece a "regímenes que no creen en la plena libertad" y que, a su juicio, Sánchez ahora quiere "emular" con el último de sus característicos golpes de efecto.
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Durante su discurso, Feijóo ha definido como "conjura antidemocrática" el intento de Sánchez de "no hacer nada frente a la realidad democrática". Lejos de darse por aludido con el órdago del presidente, sintetizado en el "punto y aparte", el dirigente popular ha confirmado que no piensa dar un paso atrás en su afán por arrojar luz a todos los posibles escándalos de corrupción que rodean a Sánchez. Aunque tengan que ver con Begoña Gómez.
"Que el señor Sánchez sepa que, después de su teatro, su realidad no ha cambiado ni un ápice. Sigue habiendo una investigación en la Fiscalía Europea, dos en la Audiencia Nacional y comisiones de investigación que no controla como la del Senado sobre la presunta corrupción de su partido, su gobierno y su entorno", ha prevenido al presidente.
"Impide el control"
Con el eco de las proclamas en favor de la democracia por parte del Gobierno, el PSOE y la izquierda en general, el presidente del PP ha replicado: "Quien amenaza a la democracia es quien pretende imponerle un proyecto de puro poder, sin límites, para no dar las explicaciones que le exige la sociedad".
Feijóo, ante los emplazamientos de los socios de Sánchez al Gobierno para controlar a jueces y medios de comunicación, ha sentenciado: "En un Estado de derecho no se puede invocar al poder al mismo tiempo que se impide el control por parte de quienes son tan legítimos como pueda ser el Gobierno".
"¿O es que la oposición no sale de las urnas? ¿O es que los poderes distintos del Gobierno no son poderes constitucionales? ¿O es que las libertades no están en el pacto constitucional y en el Derecho europeo?", se ha preguntado.
Para el presidente popular, "que los jueces actúen con independencia no es una anomalía democrática ni una persecución, es la normalidad democrática; que los medios informen con libertad y que las personas se expresen como consideren mejor, no es una anomalía democrática; es la normalidad democrática; que la oposición ejerza sus derechos y denuncie los atropellos del Gobierno, o la inmoralidad de quienes lo apoyan, no es una anomalía antidemocrática ni una deslegitimación, es la normalidad democrática".