"Presumen de relevancia internacional y acaban de crear una crisis política con un país hermano como es Argentina". De esta forma, ha reaccionado Alberto Núñez Feijóo a la última polémica del Gobierno de Pedro Sánchez: el choque con el Gobierno de Argentina por la insinuación de Óscar Puente de que Javier Milei consume "sustancias".
El líder de la oposición en España, desde Badalona, donde este sábado se ha desplazado para participar en el mitin central del PP en la campaña catalana, ha pedido la cabeza del ministro de Transportes por su choteo con Milei. Lo ha hecho en vano. Porque, tal y como ha admitido él mismo, es consciente de que ni Puente va a dimitir, ni Sánchez lo va a cesar.
Según su tesis, no se van a dar ninguno de los dos escenarios porque tanto el presidente como su ministro disfrutan en el combate permanente: "Piden que no se les insulte y ellos insultan a todo el mundo, dicen que están hartos de los bulos y son una fábrica de bulos, hablan de fango cuando ellos se mueven como nadie en el lodazal".
El responsable de la cartera de Transportes, ha propiciado la primera brecha manifiesta entre el gobierno de España y el de Milei por la frase que pronunció ayer en un acto del PSOE en Salamanca: "He visto a Milei en la tele y dije, según le estaba oyendo no sé en qué estado, previa a la ingesta o después de la ingesta de qué sustancias".
Rápidamente, a través de su oficina, Milei censuró a Puente y, de paso, enmendó a la totalidad al Gobierno de España. Mención incluida al escándalo que ha tenido en vilo al país en los últimos días: la reflexión de Sánchez sobre la continuidad en el cargo por la investigación que un juez ha abierto sobre su mujer por un posible delito de tráfico de influencias.
"El Gobierno de Pedro Sánchez tiene problemas más importantes de los que ocuparse, como las acusaciones de corrupción que caen sobre su esposa, asunto que lo llevó incluso a evaluar su renuncia", señala la oficina del mandatario argentino en respuesta al ataque de Puente.
Para Feijóo, este episodio es, directamente, "lamentable". Así lo ha calificado esta mañana: "Es lamentable que se tensione de este modo las relaciones con un país hermano. España merece otro nivel. España está a otra altura. Hoy el señor Puente debería de dimitir o ser cesado. Pero va a dimitir ni va a ser cesado, porque Puente y Pedro Sánchez disfrutan del lozadal en el que intentan meter a España. No os olvidéis, que no somos tontos".
En su arenga, el presidente popular se ha preguntado, de forma retórica, "qué diría el Gobierno de España si un ministro del presidente Milei" dijera "lo que ha dicho un ministro de Pedro Sánchez" del mandatario argentino.
Feijóo ha asegurado que este asunto es un ejemplo de cómo "Sánchez y los suyos entienden la política". De la "regeneración democrática" anunciada por Sánchez para poner fin a la "máquina del fango" de la "derecha y la ultraderecha", ha señalado que la operación que sólo tiene un fin: "Intentar dividir". Una vez más, ha cargado contra los "cinco días de teatrillo" de Sánchez que, ha sostenido, "no le han salido bien".
No obstante, el presidente popular, en referencia a la "huida hacia adelante" del presidente del Gobierno, ha reflexionado: "Si no se convive con la ley, llegará un momento en que este país no tendrá ley y, automáticamente, los poderosos, los amos, decidirán sobre vuestras libertades, decidirán sobre lo que es bueno o malo; decidirán sobre lo que se puede publicar o no, decidirán sobre lo que los jueces tienen que sentenciar y, automáticamente, entraremos en un periodo negro y oscuro de nuestra historia".