Puente hace propósito de enmienda tras el 'caso Milei' y se propone hablar menos a partir de ahora

Según trasladan fuentes de su entorno, el ministro lleva tiempo descontento con el revuelo que generan algunas de sus declaraciones, cree que a veces se centra el foco demasiado sobre su figura y considera que no se le mide con la misma vara que a otros ministros del Gobierno.

Esto le ha llevado a reflexionar que debería rebajar el tono en algunas ocasiones, contenerse y no generar problemas que tanto él como Moncloa consideran innecesarios. Ello no significa que vaya a rebajar el tono contra la oposición, donde seguirá desempeñando el papel duro que le encomendó Pedro Sánchez.

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De hecho, el ministro está muy satisfecho con la "estrategia" que está siguiendo en Twitter, donde saca pecho de que está subiendo en seguidores. Nadie en su equipo le maneja las redes y es él mismo el que publica, entrando a trapo en múltiples ocasiones.

El tono ahí y en lo político seguirá siendo el mismo, pero con cuidado de no pisar charcos que abran frentes que no sigan un objetivo concreto. Esto se traduce en dejar de mostrarse espontáneo con la prensa y medir más las palabras en situaciones como las de la semana pasada.

El pasado viernes, Puente participó en la III Escuela de Gobierno organizada por el PSOE en Castilla y León. Ahí, en una conversación que los socialistas califican como "distendida", Puente habló en los siguientes términos de Milei: "Cuando salió no sé en qué estado y previa a la ingesta o después de la ingesta de qué sustancias y salió a decir aquello y yo dije, es imposible que gane las elecciones, cavó su fosa. Pues no".

Estas palabras fueron interpretadas por el Gobierno de Argentina como un ataque directo a Milei. La Casa Rosada emitió un duro comunicado en el que acusó a Pedro Sánchez de hacer peligrar la unidad de España y señaló el supuesto caso de corrupción de su mujer, Begoña Gómez. Además, aseguraba que el presidente Sánchez había "puesto en riesgo a las mujeres españolas permitiendo la inmigración ilegal".

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Esta situación generó un doble malestar en Moncloa. Por un lado, descontento hacia el propio Puente por el conflicto que había generado. Por otro, por la respuesta de Argentina, que consideran desproporcionada.

Por ello, Puente acabó pidiendo disculpas este martes tras el Consejo de Ministros. Aunque lo hizo a su manera: dijo que "si hubiera llegado a saber la repercusión" de sus palabras, "no lo hubiera dicho".

Según fuentes cercanas al ministro, en la misma Escuela de Gobierno la ministra de Igualdad, Ana Redondo, hizo unas declaraciones "todavía peores" contra el Gobierno de Joe Biden y acusando a los periodistas de "enemigos". "Si Puente llega a decir algo así, el problema habría sido…", indican, señalando que siente que sus palabras son más analizadas que las del resto de sus compañeros y que por eso va a pasar a una fase más silenciosa a partir de ahora.

Desde su equipo aseguran que nadie en Moncloa se puso en contacto para amonestarle y que nadie le ha dado un toque de atención para pedirle más contención. Sí que habló el sábado con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Este le tranquilizó y le trasladó que intuían que el Gobierno de Argentina se iba a mostrar públicamente molesto durante unos días y que, después, dejaría correr el asunto.

Esto es finalmente lo que ha pasado. El portavoz del Ejecutivo argentino, Manuel Adorni, afirmó este lunes que "es un tema saldado para nosotros, se terminó, no tiene por qué escalar". También dijo que no va a haber un encuentro bilateral entre Milei y Sánchez cuando el presidente argentino se traslade a Madrid este mayo, para participar en un acto de Vox.