"¡Ya está bien!". Con estas tres palabras, la portavoz del Partido Popular en el Senado, Alicia García, ha manifestado este martes su hartazgo con que el Gobierno identifique a su formación política, día sí y día también, con "la extrema derecha" por pactar y gobernar con Vox. Una tesis que ha tratado de contrarrestar pasando al ataque.

En la sesión de control en la Cámara Alta, la dirigente popular, en la pregunta a la vicepresidenta María Jesús Montero, ha aplicado la regla de tres del PSOE: "Si alguien pacta con la extrema derecha, según ustedes, es extrema derecha. Entonces, cuando pactan con Bildu, ¿qué son? ¿Filoetarras? Cuando pactan con Puigdemont, ¿qué son? ¿Independentistas?". 

Emulando el ¡basta ya! de Aznar con la lucha antiterrorista, la portavoz popular ha seguido expresando su hastío con la situación actual: "¡Ya está bien del destrozo de la ingeniería institucional!, ¡Ya está bien de amenazar a los españoles con controlar el Poder Judicial!, ¡Ya está bien de mantener al ministro 23, al fiscal General del Estado reprobado en el Senado!". 

Para rematar su indignación con el Ejecutivo, García ha puesto el foco en las investigaciones judiciales a la mujer y el hermano de Sánchez: "Once ministerios implicados en los negocios de la familia del presidente y ustedes se ríen porque lo único que va como un cohete es la inflación y la economía de Pedro Sánchez en la Moncloa y en Portugal". 

La bronca que se ha instalado en las Cortes en esta legislatura ha subido los decibelios ese momento. Si en anteriores plenos el presidente del Senado recibió un alud de quejas del grupo socialista por no frenar las interrupciones de la bancada popular, hoy Pedro Rollán ha optado por paralizar la sesión cada vez que una de las dos bancadas vociferaba a la otra, para evidenciar que, a fin de cuentas, las dos se comportan de la misma manera. 

Y eso que la número dos para todo de Sánchez, Montero, ha instado a la portavoz del PP a mantener la calma. A diferencia de su estridente actitud en el Congreso la semana pasada, hoy la vicepresidenta se ha mostrado más relajada: "Ni porque uno grite más, ni porque uno meta en un batiburrillo todo el argumentario que le han pasado esta mañana va a tener la razón, usted ha fundamentado su intervención en bulos y mentiras". 

Montero ha recomendado al PP tener "un poquito de pudor" a la hora de hablar de la Justicia cuando "lleva más cinco años sin cumplir con la renovación del CGPJ". También ha denunciado que el principal partido de la oposición hable de "la mala reputación de las instituciones" mientras critica a la "Fiscalía General del Estado". 

En su rifirrafe con Montero, García ha cargado contra el Ejecutivo por la falta de acción legislativa: "Ustedes no gobiernan, están en el Gobierno para su beneficio partidista". La portavoz ha acusado a la vicepresidenta y el resto de ministros de tener una única vocación política: "Levantarse cada día para seguir ahí, sentados en el sillón, como Yolanda Díaz, que dimite pero solo un poco". 

Después, ha censurado el nuevo capítulo de cesiones que prepara Sánchez para garantizar que Illa sea el próximo presidente de la Generalitat: "¿Qué viene ahora? ¿Una financiación exclusiva para Cataluña?". A sabiendas de que las sesiones de control también se han convertido en diálogos de sordos, García ha exigido a Montero que tenga "valentía, coraje" y responda a las dos preguntas. 

Pero la responsable de Hacienda se ha puesto a silbar. "No he entendido cuál es la pregunta". Y ha repetido su teoría de que en democracia "los ciudadanos se expresan libremente en las urnas, y los ciudadanos han decidido articular una mayoría", que es la que está "dirigiendo" el Gobierno. 

Con un Sánchez ausente en el Hemiciclo, lo que empieza a ser tradición en las sesiones de control en el Senado, Montero y el triministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, han sido los que han asumido por parte del Gobierno el grueso de las preguntas de la oposición.

Frente a una de las cuestiones que más censura la oposición al Ejecutivo, que ha copado todas las instituciones con perfiles afines -caso del CIS-, Bolaños ha defendido: "A esto, en España, se le llama democracia; cuando hay un Gobierno progresista, nombra en las instituciones a personas progresistas". 

Enzarzado en el debate de la calidad institucional, y con un argumento muy parecido al que usa el PP contra Sánchez, Bolaños ha espetado a la bancada popular: "Dejen trabajar a los jueces y magistrados, a los fiscales, a la Guardia Civil, a la UCO, a la Agencia Tributaria, a todos los que persiguen delitos que afectan al PP o a personas de su entorno".