El Consejo de Ministros aprobó este martes el cese de la directora del Instituto de las Mujeres, Isabel García Sánchez, tras haberse lucrado con contratos adjudicados por administraciones socialistas para la gestión de los 'Puntos Violeta' y en programas en materia de igualdad y feminismo. 

Las exclusivas publicadas por EL ESPAÑOL han revelado cómo las empresas de Isabel García y de su pareja, Elisabeth García Busnadiego, han recibido al menos 64 adjudicaciones de ayuntamientos gobernados por el PSOE y han ingresado al menos 250.000 euros por estos contratos. 

Tras una semana en la que la ministra de Igualdad, Ana Redondo, pidió "tiempo y humanidad" para que Isabel García pudiera dar sus explicaciones, el Consejo de Ministros ha terminado cesando a la directora del Instituto de las Mujeres ante la rotundidad de las pruebas publicadas por EL ESPAÑOL. 

Isabel García, desde que se publicaron las informaciones, no ha dado ninguna explicación de los hechos y sólo envió un escrito de rectificación a este periódico plagado de opacidad, falsedades y medias verdades

En todo momento, García defendió la legalidad de estos 64 contratos asegurando que sus empresas no entran en conflicto de intereses con su cargo, porque cumple "escrupulosamente la ley" y "las mujeres de los políticos tienen derecho a trabajar, a comer y a vivir". "Tengo la conciencia muy tranquila y la certeza de haber hecho las cosas bien. Me siento muy orgullosa", dijo el pasado jueves, dejando claro que no tenía ninguna intención de dimitir. 

Contratos amañados

El pasado martes, este periódico publicó también cómo Elig Consultoría e IMBER Consultoría de Igualdad, las sociedades vinculadas a la directora del Instituto de las Mujeres, habían amañado al menos dos contratos en el Ayuntamiento de San Fernando de Henares (Madrid) por valor de 23.000 euros.

Contrato adjudicado a la directora del Instituto de la Mujer por el Ayuntamiento de San Fernando de Henares (Madrid). EL ESPAÑOL

Estas adjudicaciones fueron realizadas por el alcalde socialista Javier Corpas y la concejala de Igualdad Silvia Buabent, exdirectora del Instituto de las Mujeres entre 2018 y 2019 en el primer Gobierno de Pedro Sánchez. El primero de los contratos fue para una campaña del 8-M y el segundo de ellos para gestionar los 'Puntos Violeta' de las fiestas patronales de la localidad madrileña.

El modus operandi fue el de presentar tres empresas a los concursos públicos, una de ellas sensiblemente más competitiva económicamente. Las sociedades que se presentaron fueron las dos gestionadas por la directora del Instituto de las Mujeres y su esposa, Elig e Imber, y una tercera de una amiga.

Tal y como desveló el pasado jueves EL ESPAÑOL, esta tercera empresa pertenece a María Tato, directiva de la Real Federación Española de Fútbol, quien, tras conocer el uso sin su conocimiento de su sociedad, ha interpuesto una denuncia ante la Policía Judicial por "usurpación de identidad".

María Tato es la administradora única de Afianza Global Service SL, empresa que se presentó a los dos concursos en la localidad madrileña. La sociedad facilitaba el "correo personal" de Isabel García como contacto.

La directora del Instituto de las Mujeres ha "pedido perdón" a Tato por el uso de su compañía de forma fraudulenta, según confirmó la directiva de la RFEF a EL ESPAÑOL.

Un día después, el pasado viernes, EL ESPAÑOL reveló que Isabel García había contratado directamente al menos en dos ocasiones a su pareja, Elisabeth García, que en aquel momento trabajaba como secretaria en la sede del PSOE de Madrid. 

Elisabeth García percibió al menos 18.700 euros de la Diputación de Valencia cuando Isabel García era diputada de Igualdad, Juventud y Deportes.

A la esposa de la actual directora del Instituto de la Mujer se la fichó como "experta en igualdad". Uno de los contratos ascendió a 17.726 euros y el otro a poco más de 1.000 euros.

Unos meses antes, Isabel García ya había elegido a su pareja para organizar en Valencia la coordinación del Challenge Play for Women, un evento del que se encargaba el área de Juventud y Deportes que dirigía la actual directora del Instituto de las Mujeres.

Planes de igualdad

Por último, este mismo martes, sólo unas horas antes de que el Consejo de Ministros acordara el cese de Isabel García, EL ESPAÑOL reveló que la directora del Instituto de las Mujeres y su esposa comercializaban planes de igualdad que subvenciona y fomenta el organismo presidido por la propia García Sánchez. 

El Instituto de las Mujeres fomenta estos planes de igualdad con Fondos Europeos. Elig Consultoría los oferta para entidades públicas, empresas privadas y ONG. El pasado 8 de julio, hace tan sólo dos semanas, Isabel García firmó una resolución por la que su organismo público subvenciona 550.000 euros a los sindicatos que necesiten realizar un plan de igualdad. 

Elig Consultoría, una de las dos sociedades que comparten Isabel García y Elisabeth García, publicó en sus redes sociales el pasado 16 de junio un cartel promocional con el logotipo del Instituto de las Mujeres junto al texto: "Para más información info@eligconsultoria.com".

La gestión de García al frente del Instituto de las Mujeres no ha llegado a siete meses y ha estado plagada de polémicas. En primer lugar, por sus opiniones contra la Ley Trans y también por las actividades empresariales junto a su esposa. 

Tanto el Partido Popular como Podemos e incluso Sumar, socio del PSOE en el Gobierno de coalición, ya habían exigido su destitución

Isabel García en su respuesta a EL ESPAÑOL afirmó que cumplía escrupulosamente con la ley y que sus empresas -de las que pasó a tener un porcentaje del 8% tras ser nombrada directora del Instituto de las Mujeres- no entraban en conflicto de intereses con su cargo. 

La ministra de Igualdad le concedió tiempo para que se explicara, un plazo que finalmente ha culminado con su cese este martes en el Consejo de Ministros. 

En los casi siete meses que Isabel García ha permanecido al frente del Instituto de las Mujeres, no ha comparecido ante el Congreso ni el Senado ni ha dado una rueda de prensa, con un mandato opaco y un perfil muy discreto.