Agencias

El exministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla (PSOE), ha cargado contra el acuerdo entre PSC y ERC para establecer un concierto fiscal en Cataluña, lo ha calificado como un paso hacia la independencia y hacia una confederación asimétrica, que además "refuerza al independentismo cuando peor lo tienen en las urnas, convirtiendo sus derrotas electorales en victorias politicas" : "No era esto", se lamenta.

"¿Cómo creernos, después de esto, que no habrá un referéndum de independencia en Cataluña? ¿de qué sirve lo dicho por los responsables socialistas si se lo lleva el viento? Y las escasas explicaciones que se han dado", se ha preguntado.

Sevilla sostiene que lo conocido del acuerdo con los republicanos para hacer presidente de Cataluña a Salvador Illa "es todo lo negado por el PSOE en los últimos cuarenta años y por el propio Gobierno hasta hace unos días", especialmente por la vicepresidenta primera y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, que rechazó esta opción.

Señala además que es una "ruptura total" con lo aprobado hasta ahora por el PSOE en sus Congresos "y en la famosa Declaración de Granada", que rechazaba una financiación basada en "privilegios". "Y, lo malo, no es eso, si no las razones por las que se hace (una investidura débil y maniatada) y el coste político que se paga al hacerlo", apunta.

En un artículo publicado por el medio Agenda Pública, Sevilla recuerda sus discusiones como ministro con el entonces president Pasqual Maragall, que intentó que el nuevo Estatut recogiera una financiación singular para Cataluña y acabó renunciando "ante la seguridad de que el rechazo del PSOE y del Gobierno sería inamovible y haría descarrilar todo el Estatut".

'No moderniza el socialismo'

Sevilla, que formó parte del primer Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2007), dice que el acuerdo no busca mejorar el encaje de Cataluña en España sino que representa "un paso hacia la independencia gradual y por etapas en las que está embarcada ERC tras el fracaso del procés y el posterior rechazo de los catalanes al mismo", afea.

Advierte por tanto de que "no era esto (contagiarnos de populismo y cesarismo)" lo que a su juicio debe ser la modernización del discurso socialista europeo ante los retos del siglo XXI, empezando por combatir las amenazas "internas y externas" a la propia democracia. "A menudo, son los pequeños obstáculos los que hacen descarrilar a un tren demasiado ligero de proyectos reconocibles", ha alertado.

Sevilla, que es economista del Estado por oposición, explica su rechazo al concierto -"por muy solidario que se defina", apunta- porque responde al relato independentista del 'España nos roba' que presenta a Cataluña como una comunidad infrafinanciada. Una idea "falsa", apunta, pues hay comunidades que aportan más (Madrid) y otras que reciben menos que la media, como Murcia y la Comunidad Valenciana.

No basta con cambiar la LOFCA

Sostiene además que no es posible sacar a Cataluña del régimen común de las comunidades autónomas mediante una modificación de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA), tal como apunta el acuerdo, y requiere de una reforma de la Constitución o al menos del Estatuto autonómico.

Lo enmarca además en lo que llama "la rebelión de los ricos" que defienden que pagan demasiados impuestos para el escaso uso que hacen de los recursos públicos y que hay que poner un límite a la solidaridad porque sino "los pobres se aprovechan de los ricos viviendo a su costa".

"La primera batalla la ganaron los ricos catalanes, cuando impusieron en el Estatut el principio de ordinalidad para establecer un máximo a su nivel de solidaridad interterritorial y la segunda la ganarían ahora asumiendo el control total sobre el IRPF. Como socialista, no comparto esa visión", añade.