Carles Puigdemont volverá a España. El expresident ha anunciado este miércoles que ya ha emprendido "el viaje de retorno desde el exilio" para estar presente mañana en el debate de investidura de Salvador Illa, arriesgándose a ser detenido.
"El Parlament de Cataluña ha convocado a todos los diputados al debate de investidura del próximo presidente de la Generalitat. Yo tengo que estar y quiero estar", ha señalado en redes sociales.
Como adelantó EL ESPAÑOL, el Consell de la República Catalana ha organizado para mañana un acto de recibimiento al líder de Junts a las 9:00 horas en el Paseo Lluís Companys de Barcelona para acompañarle al Parlament, donde se celebrará el pleno para investir a Illa president de la Geneneralitat una hora después.
Si es detenido, el pleno podría suspenderse por decisión de Junts, que controla la Mesa a través del presidente de la cámara, Josep Rull (un leal procesista) y una mayoría independentista con ERC. De hecho, fuentes de los republicanos confirman a este diario que no les quedará otra opción que apoyar esa petición. El PSC y los comunes también lo harán.
"Inicio el viaje de retorno"
En un vídeo, de apenas dos minutos, Puigdemont ha explicado que el anuncio de que un diputado acuda a un pleno tendría que ser "irrelevante" e "innecesario" pero que se presenta como algo excepcional porque "las nuestras -en alusión al fugado Lluís Puig, también diputado- no son condiciones de normalidad democrática".
En este sentido denuncia la "larga persecución" que han sufrido "por haber permitido que los catalanes votasen en un referéndum" y ante un Tribunal Supremo que se niega a cumplir con la Ley de Amnistía. En su opinión, no hay que "callar ante la actitud de rebeldía, de rebelión, en la que se han bunquerizado algunos jueces del Supremo".
"Este desafío debe ser contestado y confrontado. Por esto, he emprendido el viaje de retorno desde el exilio, convencido de que no hay ningún otro camino hacia la normalidad democrática que el fin de la represión política", ha recalcado.
También lanza un reproche tanto al Gobierno de Pedro Sánchez como a Illa: "No parece que en el Gobierno español inquiete demasiado y me temo que al futuro Govern de Cataluña le resultará igual de indiferente".
"Que yo pueda asistir al Parlament tendría que ser normal. Que por hacerlo me arriesgue a una detención que sería arbitraria e ilegal es la evidencia de la anomalía democrática que tenemos el deber de denunciar y de combatir, no porque seamos independentistas, sino porque somos demócratas", concluye.
En el vídeo, Puigdemont aparece en un plano corto junto a las banderas de Cataluña y Europa. En él no hay ninguna pista que revele si se ha grabado en Francia, Bélgica o si ya está en España, de donde huyó en 2017 en el maletero de un coche.
Acompañado de una multitud
Puigdemont ha convocado por carta a cada uno de sus fieles para que lo "acompañen" cuando entre en territorio español. Y como su objetivo, sostienen las fuentes de su entorno, es "estar dentro del debate de investidura", de lo que se trata es de que los miles que logre convocar lo acoracen para poder entrar en el Parlament, disuadiendo a los Mossos de intervenir.
Luego, tendría la intención de participar en el debate, hacer ver que ERC está apoyando a un "españolista" sin sensibilidad catalana como president, advertir de las "consecuencias" que el acuerdo de los republicanos con el PSC tendrá en Madrid... y finalmente, salir a la calle, y ya ser detenido. Forzando así la suspensión de la sesión.
Con este escenario ya sobre la mesa, Junts ya ha advertido a Salvador Illa de que si es investido con Puigdemont en prisión dará por roto el Acuerdo de Bruselas pactado con Pedro Sánchez.
Illa no será investido mañana
De este modo, lo lógico es pensar que la fecha del 8 de agosto como la de la vuelta de un socialista al Govern de la Generalitat no se cumplirá.
Una vez arrestado, Puigdemont será llevado ante el juez de guardia en Barcelona, que deberá consultar con el Teibunal Supremo la situación procesal del expresident. Y el juez Pablo Llarena reclamará su traslado a Madrid para comunicarle en persona su acusación y tomarle declaración.
Si luego el magistrado calibra que hay opciones de fuga, algo muy lógico dado su historial, o que las penas del delito de malversación lo aconsejan (hasta doce años en su caso), ordenaría su ingreso en prisión provisional.
Cómo influirá esto en la nueva convocatoria de la investidura esta por ver. El Parlament modificó su reglamento recientemente para permitir el voto telemático de los fugados -"exiliados", dicen los independentistas-, y lo hizo con el voto a favor del PSC de Salvador Illa.
En este caso, con un diputado y expresident encarcelado, los socialistas deberían retratarse en este aspecto y buscar un modo de que Puigdemont pudiera votar desde la cárcel.
Pero el empeño del líder de Junts es participar del debate. Así que buscará el modo de no ser arrestado, acorazándose entre la multitud para llegar al Parlament. Y ya luego, tras hacer su discurso "institucional" como el "presidente destituido ilegítimamente por el Estado español", y afeándole a ERC su "traición" por pactar con "el más españolista del PSC", entonces se dejaría detener. Así lo relatan fuentes de Junts a este diario, como el escenario que ven más favorable para sus tesis, "dadas las condiciones".
La detención de Puigdemont
Los Mossos d'Esquadra ven imposible que Puigdemont entre en el Parlament si se cumple el dispositivo de seguridad, que ya está organizado. Los agentes tienen la orden del juez de detener a Puigdemont en cuanto ponga un pie en España. Pero tienen, también, la instrucción de sus mandos de consultar a la jefatura policial antes de hacerlo.
Primero, por las posibles implicaciones de la Ley de Amnistía; segundo, por la condición de diputado de Puigdemont; y tercero, por si esa multitud que lo rodee hace aconsejable la no intervención de los agentes. El reglamento de la policía autonómica contempla los distintos escenarios.
Según los principios de "congruencia, oportunidad y proporcionalidad", fuentes del independentismo consideran que una operación para arrestar al expresident si camina acompañado de una multitud podría provocar "un daño mayor" del que se pretendería evitar con su detención.
Además, también hay que tener en cuenta que más allá de implicaciones políticas de esta detención, estarían los posibles altercados y enfrentamientos físicos de los ciudadanos con los agentes.