Óscar López, fotografiado en el Congreso de los Diputados.

Óscar López, fotografiado en el Congreso de los Diputados. EFE

Política GOBIERNO

Vida, muerte, resurrección y éxtasis de Óscar López: de hombre de Rubalcaba a ministro de Sánchez

López recupera su proyección tras años fuera de foco. Buen conocedor del aparato del PSOE, Sánchez le premia en vísperas del congreso del partido. 

4 septiembre, 2024 18:44

Óscar López Águeda (Madrid, 1973) ha sido casi todo en política: secretario de Organización del PSOE, diputado, senador, candidato a presidente de Castilla y León, presidente de Paradores y jefe de Gabinete del presidente del Gobierno. Ahora será ministro.

En sus inicios, fue amigo del actual presidente del Gobierno, ambos como jóvenes aspirantes a dirigentes socialistas. Luego le apoyó en unas primarias y le abandonó en las siguientes. Pedro Sánchez lo recuperó para ser su mano derecha y principal colaborador en la Moncloa. 

De esa forma, la relación personal entre los dos ha pasado por casi todos los estados posibles, y ahora Sánchez cumple un compromiso personal y le convierte en ministro de Transformación Digital y de Función Pública. 

Sánchez da vuelo a Óscar López para que recupere su proyección política propia, tras años de ostracismo primero y de discreto papel de jefe de Gabinete a la sombra del presidente después. Los que fueron jóvenes compañeros de correrías entran en una nueva fase de relación: se alejan en el intenso día a día de la Moncloa, pero siguen formando parte del mismo equipo.

López tiene trayectoria y conocimiento como para convertirse en otro portavoz politico de Sánchez, como ya lo es su amigo Óscar Puente desde Transportes. Su salto al ministerio da más peso político al Gobierno, justo lo que buscaba Sánchez hace tiempo.

"Pedro Sánchez fue un tipo que supo interpretar los tiempos, que supo interpretar la nueva política, la velocidad, el vértigo. Yo recuerdo, y te lo dice alguien que ha sido uno de los mejores amigos de Alfredo Pérez Rubalcaba, que Alfredo era un tipo más acostumbrado a la vieja política. Le costaba tomar decisiones, le daba una vuelta, pero Pedro es un tipo rápido que las ve venir. Por eso digo lo del hombre adecuado en el momento adecuado", aseguraba López el pasado mes de julio en EL ESPAÑOL sobre el actual presidente del Gobierno, en una de las escasas ocasiones en las que el ahora ministro ha roto su silencio en los últimos años.

Eficaz, trabajador, madridista empedernido y pasional, con fundamentos prácticos de la comunicación política, los medios y las encuestas con base para el trabajo diario y con un conocimiento profundo de la estructura del PSOE como miembro del aparato, Óscar López se doctoró en la actividad del partido de la mano de Alfredo Pérez Rubalcaba. Con él aprendió los principios básicos de la política tradicional hasta convertirse en su persona de confianza en Ferraz, junto a Elena Valenciano.

Rubalcaba fue su mentor, junto con José Blanco. De hecho, en el PSOE de principios de los años 2000, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del partido, López formó parte de lo que se llamó "los chicos de Blanco" que, básicamente, eran él, Pedro Sánchez y Antonio Hernando.

Ahora uno es presidente del Gobierno, otro tomará posesión este jueves como ministro y el tercero forma parte del Gabinete y círculo de confianza de Sánchez, a la espera de su propio salto hacia un ministerio.

Y en algún momento, concretamente el de las segundas primarias, López y Hernando abandonaron a Sánchez para apoyar respectivamente a Patxi López y a Susana Díaz. El grupo se rompió y tardaron un tiempo en hablarse, para luego volver a trabajar codo con codo en la Moncloa, pero ya con Sánchez como líder indiscutible.

Y eso que Óscar López fue el primero que destacó en el grupo y, de hecho, se hizo primero con la Secretaría General del PSOE de Castilla y León y luego con la poderosa Secretaría de Organización del PSOE, mientras que Sánchez y Hernando apenas eran conocidos. Ocupó ese cargo entre 2012 y 2014, siempre a la sombra de Rubalcaba en los peores momentos del partido, tras la marcha de Zapatero.

Incluso, eligió su propia aventura e intentó hacerse con la Presidencia de la Junta de Castilla y León en 2011, pero fracasó en aquellas elecciones autonómicas. Por cierto, que su mano derecha en la asamblea regional era Ana Redondo, luego miembro de su equipo en Ferraz y ahora ministra de Igualdad gracias a la influencia de López.

Equipo sólido

En 2014 todo cambió. Se convocaron las primarias para sustituir a Rubalcaba a la Secretaría General del PSOE y todos los sectores del partido buscaron candidatos.

Blanco veía a Antonio Hernando más adecuado como parte destacada de la fontanería del partido que como líder; a Óscar López tampoco lo consideraba porque era responsable de Organización del PSOE y porque entonces estaba desgastado por la mala gestión de una moción de censura conflictiva y fallida en Ponferrada (León) que pretendía apoyarse en un acosador; y de Sánchez dijo, inicialmente, que no lo veía capaz de ganar unas elecciones.

Pero finalmente todo se alineó para que el ahora presidente fuera candidato en las primarias frente a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. López y Hernando le apoyaron y fueron recompensados con las portavocías del Congreso y el Senado cuando ganó la elección interna.

Formaron equipo sólido hasta que en octubre de 2016 se gestó una especie de golpe de Estado interno, con la abstención a la investidura de Mariano Rajoy como telón de fondo. Aquello acabó con la destitución de Sánchez como líder del PSOE. 

López y Hernando no defendieron a su amigo y el segundo intervino como portavoz socialista en el debate en el Congreso para justificar la abstención que fracturó al partido.

Y cuando hubo nuevas primarias contra Susana Díaz, los dos cambiaron de bando y abandonaron al ahora presidente del Gobierno. Se habló entonces de traición, vinculada a las escasas opciones que parecía tener Sánchez en esas primarias.

Así fue como los dos tuvieron que dejar la primera fila de la política. Hernando se refugió en la consultora de José Blanco, y Óscar López siguió refugiado como discreto senador hasta julio de 2018, cuando Sánchez ganó la moción de censura y dio muestras de no guardar rencor a su amigo y le nombró presidente de Paradores, empresa pública dependiente de Hacienda.

La relación se volvió a estrechar en julio de 2021, cuando Sánchez sorprendió nombrando a López jefe de Gabinete, el cargo de mayor confianza de cualquier presidente del Gobierno. Cambió a un profesional de la consultoría y sin afiliación política como Iván Redondo, por un apparatchik socialista procedente de la vieja política. También recuperó a Hernando para ese equipo más cercano.

Ahora Sánchez vuelve a dar un giro radical a ese cargo y nombra a Diego Rubio, un académico con amplia formación y con perfil diferente al de Redondo y al de López.

Para el futuro es clave el hecho de que López es un hombre de aparato del partido y el PSOE celebrará un congreso en noviembre con expectativas de giro estratégico y de cambio de caras para dar imagen de tiempo nuevo.